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Alerta de emergencia en la central nuclear de Cofrentes, ante la presencia de Greenpeace

  • La central nuclear denuncia la agresión a tres de sus vigilantes
  • Greenpeace pide el cierre de la central, cuya licencia expira en marzo
  • Delegación de Gobierno espera que abandonen la central a mediodía

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Activistas de Greenpeace acceden a la central nuclear de Cofrentes

La central nuclear de Cofrentes (Valencia) ha declarado este  martes la Alerta de Emergencia, de acuerdo con su Plan de Emergencia  Interior, ante la acción de protesta que está desarrollando la  organización ecologista Greenpeace.

Por su parte, el Consejo de  Seguridad Nuclear (CSN) ha activado su organización de respuesta a  emergencias, según ha informado la central en un comunicado.

Catorce activistas de Greenpeace han accedido sobre las 6.30 horas a la central nuclear de Cofrentes para reclamar al CSN y al Gobierno que no se renueve el  permiso de explotación de la central y que la cierre definitivamente. El permiso de la central explotada por Iberdrola vence el próximo 19 de  marzo.

Según Greenpeace,la acción para reclamar el cierre de esta instalación "está muy  avanzada" y la veintena de activistas que han entrado en el complejo de  la central "continúa trabajando" pese a la presencia de medios  policiales. Tres escaladores han conseguido escribir la palabra "Peligro nuclear" en una de las torres de refrigeración de la central nuclear.

La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella,  ha afirmado que la situación en la central está "totalmente controlada" y que espera que mediodía los activistas desalojen "por su propio pie" la instalación. De no ser así, ha  advertido de que estudiarán cómo actuar.

La central continúa funcionando

La organización de respuesta a emergencias del CSN implica la  constitución de su Sala de Emergencias (SALEM) y el mantenimiento de una  continua comunicación de la misma con el Centro de Coordinación  Operativa de la Subdelegación del Gobierno en Valencia.

La central continúa funcionando en condiciones estables y con  todos los sistemas de seguridad disponibles. Algunos activistas  permanecen en la zona de las torres de refrigeración de la planta,  controlados por las fuerzas de seguridad aunque no han accedido a las  zonas vitales de la instalación, según las mismas fuentes.

Ante esta situación, se han activado los procedimientos  establecidos en el plan de seguridad de la central y de las  autoridades competentes coordinadas por la Delegación del Gobierno en  la Comunidad Valenciana, entre las que se encuentran diversas  unidades de la Guardia Civil.

Además, se ha reforzado el control de accesos a la central. El CSN  mantendrá su dispositivo de seguimiento en coordinación con las  autoridades y con la central nuclear mientras sea necesario.

La delegada del Gobierno ha hecho hincapié en que esta situación "no produce ningún riesgo de contaminación radiológica ni para la población ni para el medio ambiente" y ha avanzado que, una vez controlado el incidente, se estudiará lo sucedido y "si hay mejoras que incorporar, se incorporarán" en materia de seguridad.

Un vigilante herido, según la central

Según informa la dirección de la central, los activistas accedieron a la instalación rompiendo el doble vallado de seguridad, cortándolo con herramientas mecánicas. Además, en esta acción, uno de los vigilantes de seguridad de la planta resultó herido leve. Otros dos vigilantes requirieron atención de los servicios médicos de la central por contusiones.

Según las mismas fuentes, todos los equipos de seguridad se encuentran adecuadamente protegidos de acuerdo a los Planes de Seguridad Física de la instalación. El titular de la instalación ha informado de que está realizando rondas de vigilancia complementarias.

Una instalación "de funcionamiento peligroso"

Los ecologistas pretenden denunciar lo que consideran falta de seguridad de la central, que entró en funcionamiento en 1984 y cuya autorización de explotación está pendiente del informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y posterior decisión del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

En 2009, diversos grupos ecologistas y vecinales constituyeron la plataforma "Tanquem Cofrentes" para pedir el cierre de la central.

La central valenciana de Cofrentes es la quinta más antigua de España, tras las de Garoña (1970), Almaraz I (1980), Ascó I (1982) y Almaraz II (1983).

Greepeace cree que Cofrentes es una instalación "envejecida y de funcionamiento peligroso".

Es una instalación peligrosa que cuenta con un interminable listado de fallos y de problemas de seguridad sin resolver, lo que evidencia, según los ecologistas, el agotamiento de su vida útil.

Este martes, el Congreso aprobará previsiblemente una enmienda al proyecto de Ley de Economía Sostenible (LES) que abre la puerta a la prolongación de la vida de las centrales nucleares en contra de lo que hasta ahora defendía el PSOE.