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La evolución del teléfono móvil: del 'zapatófono' a los smartphones

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Los teléfonos móviles han evolucionado a velocidad de vértigo en sus casi tres décadas de existencia.
Los teléfonos móviles han evolucionado a velocidad de vértigo en sus casi tres décadas de existencia.

Los terminales de telefonía móvil más avanzados del mundo son los protagonistas del MWC, el Congreso Mundial de Telefonía Móvil que se celebra desde este lunes y hasta el jueves 17 de febrero en Barcelona.

Pero hubo un tiempo en el que los teléfonos móviles no tenían pantalla táctil, ni grababan vídeo, ni siquiera podían conectarse a Internet. Por no poder, ni siquiera servían para enviar y recibir mensajes. Tan sólo permitían… hablar por teléfono.

Un tiempo que no es tan lejano. Hace 20 años, los móviles eran dispositivos grandes y pesados que llamaban la atención cuando sus usuarios hablaban a través de ellos en plena calle, ya que se consideraban un artículo de lujo.

Y es que a principios de 1991 en España sólo había unos 100.000 clientes de telefonía móvil. Un cifra que contrasta con los más de 54 millones de líneas que existen en la actualidad, según datos de la Comisión del Mercado Nacional de las Telecomunicaciones.

De hecho, para gran parte de la población, el móvil es hoy un artículo imprescindible del que depende su trabajo o su vida social y familiar.

Locos por el móvil

El primero, en 1983

La popularidad de este sistema de comunicación ha ido paralela a un vertiginoso desarrollo de los terminales. Resulta casi cómico hoy en día ver imágenes de Martin Cooper, considerado el inventor del teléfono móvil, presentando el Motorola DynaTAC, el primer dispositivo de estas características, en 1983.

Aquel auténtico avance de la tecnología pesaba nada menos que 800 gramos, medía 33 centímetros de alto, 4,5 de ancho y 8,9 de grosor y su batería permitía sólo una hora de conversación. Todo ello al precio de 4.000 dólares de la época.

Aunque la verdadera popularización del teléfono móvil no llegó hasta la década de los 90, con la segunda generación de estos dispositivos.

La comunicación digital permitió mejorar la calidad de la escucha de voz, la reducción del tamaño y peso de los terminales y, sobre todo, el incremento de compañías operadoras que dieron paso a un mercado más competitivo y accesible para todos.

Los usuarios asistieron asombrados a avances como la identificación de llamada o los mensajes de texto, que dieron paso a una nueva forma de comunicación.

De la noche a la mañana, el móvil pasó de ser considerado una herramienta de trabajo o un capricho a generalizarse en todos los estratos de la sociedad.

Adiós a las antenas

Según avanzaba la década, los teléfonos móviles iban adaptándose a esas novedades, incorporando pantallas cada vez mayores y, en los más avanzados, haciendo desaparecer la característica antena que era necesario desplegar para poder tener una comunicación en condiciones.

Con el cambio de siglo surgieron las pantallas a color y nuevas funciones

Poco a poco, los terminales empezaron a integrar cada vez más funciones: aviso por vibración, juegos, bluetooth, infrarrojos, politonos y, ya con el cambio de siglo, pantallas a color y cámaras fotográficas. Más adelante llegaría la grabación de vídeo, el acceso a Internet o las pantallas táctiles.

Hoy en día, aparatos como iPhone 4, Blackberry Torch o Nokia N8, por citar sólo algunos modelos, son potentes dispositivos que nos permiten realizar múltiples funciones, incluyendo por supuesto hablar por teléfono, aunque no sea ésta la más importante.

Pero de vez en cuando también conviene dejar un hueco a la nostalgia y recordar aquellos enormes ‘zapatófonos’ que para muchos de nosotros supusieron una auténtica revolución y que cambiaron por completo nuestra forma de trabajar y de relacionarnos.