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El director de la RAI intenta parar en directo un programa de debate sobre el caso Ruby

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Mientras que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi prepara su venganza, el caso Ruby sigue siendo el protagonista de agrios debates en los medios de comunicació y provocó un hecho inaudito en la televisión italiana RAI.

En esta ocasión el director general de la RAI, Mauro Masi, telefoneó en directo a un programa de debate en el que se abordaba el tema de la  menor marroquí para advertir de que podría estar transgrediendo la ley. Se trataba de la primera vez que ocurría algo así.

En la llamada el director dijo que debía preservar el interés de la RAI y que la cadena se disociaba del contenido del programa que dirige el periodista Michele Santoro. En este sentido, el director apelaba a los principios legislativos y juiciales. El presentador le preguntó si estaba diciendo que no se podía hacer la retransmisión, a lo que el director contestó que no siguiera. 

La intervención se cerró diciendo el presentador, “ya hemos comprendido cómo es usted como director general. Buenas noches”.

Luego, el programa “Annozero” continuó normalmente,  analizando los pormenores escabrosos de la vida personal del primer ministro, pidiendo un líder del centro derecha diferente y zarandeando a la izquierda porque no tiene ni siquiera un candidato alternativo con mínimas posibilidades si hoy se convocaran elecciones.

La venganza de Berlusconi

La venganza de Berlusconi está preparada: el 13 de febrero sacará a la calle a sus seguidores en una muestra de fuerza contra los jueces. "Los italianos están conmigo", asegura convencido el primer ministro, "todos deben tomar una posición para que se aclare que yo no he hecho nada malo".

Esa gran manifestación será en la Plaza del Duomo y su objetivo es defender al premier contra la justicia politizada, según anuncian un dirigente de su partido.

Entre tanto, la Junta de la Cámara ha   rechazado la solicitud de la fiscalía de Milán para poder registrar el despacho del contable de Berlusconi donde, presumiblemente, figurarían, los pagos a los jóvenes que acuden a sus fiestas. El asunto aún se debe votar en   el aula, pero no tienen ninguna posibilidad de salir adelante.

Así, el juez de Milán tiene de plazo dos semanas para decidir si   el caso puede ser juzgado por el rito inmediato o bien es un asunto que corresponde al tribunal de ministros tal y como argumenta la defensa.