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Muere uno de los cuatro egipcios que se han quemado a lo bonzo tras el éxito de Túnez

  • En total, once árabes se han quemado a lo bonzo en 48 horas
  • Otro joven francés se ha inmolado en Marsella 
  • Las fuerzas de seguridad egipcias dicen que tenían problemas mentales

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Cuatro ciudadanos egipcios, un argelino y un joven francés se han quemado a lo bonzo este martes en nuevos casos de emulación del acto de inmolación que llevó a cabo un joven tunecino en diciembre, que acabó con la salida del poder del presidente del país la pasada semana.

El adolescente marsellés de 16 años se roció con un líquido inflamable en los baños de su instituto Saint-Joseph-Les-Maristes, por razones que aún se desconocen y está en estado grave.

En Egipto, uno de los cuatro hombres que se han inmolado este martes, Ahmad Hashem al Sayed de 25 años, ha muerto a causa de las quemaduras en la ciudad mediterránea de Alejandría. El joven se inmoló en el tejado del edificio donde vive en el barrio de Al Muntaza.

Al Sayed llevaba tiempo buscando trabajo, aunque sin éxito, a pesar de haber licenciado en Derecho.

En total, doce personas -cinco egipcios, cinco argelinos y un mauritano- se han inmolado en las últimas 48 horas inspirados en el suicidio de Mohamed Bouazizi, un joven de 26 años licenciado en informática  que trabajaba de vendedor de fruta.

En El Cairo, un abogado egipcio identificado como Mohamed Faruk Mohamed Hasan, de 50 años, fue a la sede del Gobierno para denunciar que la Policía egipcia no había hecho lo suficiente para dar con el paradero de su hija, desaparecida hace tres meses.

Allí, Hasan se prendió fuego y varios agentes intervinieron para sofocar las llamas. Hasan ha sido trasladado al hospital de Munira, cerca al lugar del suceso, junto a un agente de Policía que le socorrió y que presentaba síntomas de asfixia.

Las fuentes no ofrecieron detalles del estado de salud de los afectados.

Egipto y Argelia

Sin embargo, han explicado que las investigaciones han revelado que Hasan sufría un desequilibrio mental tras la desaparición hace tres meses de su hija. Hasan se quejaba de que la Policía no había logrado dar con su paradero.

También en la capital egipcia, un jubilado de 60 años, Sayed Ali al Sayed, se ha prendido fuego frente a la sede del Parlamento,  a un centenar de metros de la sede del Gobierno, en la capital egipcia.

El hombre, que se quejaba de no haber cobrado la pensión, ha sufrido quemaduras leves al intentar quemarse a lo bonzo y ha sido ingresado en el hospital de Munira, donde se encuentra también internado Hasan.

Otro de ellos sido un desempleado de 36 años, que  ha tratado de poner fin a su vida rociándose con gasolina en la región argelina  de El Oued, cerca de la frontera con Túnez, según han informado  periódicos argelinos.

Este padre de seis hijos se ha quemado dentro de la sede de la Wilaya  de la Asamblea Popular (APW, asamblea departamental), donde ha llegado a  pedir un trabajo y un hogar.

La última víctima es un mecánico de 35 años identificado como Tarek  Mohamed al Gadafi, quien se quemó a sí mismo en la ciudad de Ismailiya,  situada en el Canal de Suez.

Todos protestaban por sus malas condiciones de vida, mientras el régimen egipcio insiste en el apoyo del presidente Mubarak a los más pobres

"Todo país tiene sus circunstancias y particularidades, (...) por lo que es muy difícil comparar la situación y los últimos disturbios de Túnez con otro Estado", ha subrayado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto, Hosam Zaki, que no quiere que la mecha de Túnez prenda también en su país.

Resonancia en el mundo árabe

Inspirados por el caso de Bouazizi ha habido otros casos de auto inmolación. En Argelia, donde se produjeron incidentes similares a los de Túnez, la prensa informó de la muerte de cuatro hombres por autoinmolación entre el domingo y el lunes.

En un acto similar de otro egipcio se quemó el pasado también ante el  parlamento por las malas condiciones de vida, aunque acabó solo con  heridas leves.

Como en Túnez, los árabes de muchos estados están frustrados por la  pobreza, los altos precios, el desempleo y los sistemas autoritarios que  no le dan la oportunidad de alzar su voz.

Por eso, activistas en todo el mundo árabe aseguran estar inspirados  por el ejemplo de Túnez, el primer país en décadas donde un líder árabe  ha caído por protestas propulares.

"El suicidio está prohibido en el Islam"

Ante esta situacion, el Gobierno argelino ha comprado un millón de toneladas de trigo en las pasadas dos semanas. Su director, Nouredine Kahel no ha hecho ningún comentario pero una fuente del Ministerio ha detallado las razones de que Argelia haya comprado cantidades tan grandes en tan poco días.

"Una es que queremos asegurarnos de que tenemos suficiente trigo en caso de revuelta", ha detallado la fuente, que ha subrayado que la segunda es precisamente intentar calmar la situación al tratar de bajar los costes de algunos alimentos aumentando la cantidad de trigo que se suministra al mercado local cada mes.

En Egipto, por su parte, el líder opositor y anterior máximo responsable del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha calificado de "inevitable" un cambio de régimen en el país, donde encarna las esperanzas de la nueva generación de menos de 30 años, que supone el 60% de la población.

Ante esta oleada de inmolaciones, Al Azhar, la más alta institución de enseñanza en el Islam sunita, ha subrayado que "el Islam prohíbe categóricamente el suicidio por la razón que sea y no puede utilizarse para expresar el malestar, el enojo o la protesta", ha señalado el portavoz de Al Azhar, Mohamed Rifa ha al-Tahtawi.