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La ONU pide entre 1.000 y 2.000 cascos azules más para hacer frente a la crisis de Costa de Marfil

  • El jefe de operaciones lo ve necesario para proteger el cuartel de Ouattara
  • Gbagbo se niega ahora a retirar el bloqueo si no se marchan las milicias
  • El Consejo de Seguridad, preocupado por la "fragilidad" de la situación

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El jefe de las operaciones de paz de la ONU, Alain Le Roy, ha pedido el envío de entre 1.000 y 2.000 nuevos cascos azules para Costa de Marfil por la grave crisis política que se vive en el país africano.

En declaraciones a AFP, Le Roy ha explicado que la misión de la ONU se enfrenta a una hostilidad creciente de la población por las informaciones falsas difundidas por la televisión pública controlada por el presidente saliente, Laurent Gbagbo, que se niega a abandonar el poder pese a perder las elecciones del pasado 28 de noviembre ante su rival Alassane Ouattara, según los observadores y la comunidad internacional.

Le Roy ha explicado que los cascos azules suplementarios son necesarios para defender el cuartel general de Ouattara, situado en el Hotel Golf de Abiyán, que está rodeado por las fuerzas fieles a Gbagbo.

Mientras, el Consejo de Seguridad de la ONU, que tiene que aprobar los nuevos cascos azules en las próximas semanas, ha expresado su preocupación por "la fragilidad" de la situación en Costa de Marfil tras más de un mes de crisis política y ha respaldado las gestiones regionales para convencer a Laurent Gbagbo de que abandone el poder.

"El Consejo ha expresado su preocupación por la fragilidad de la situación, pero también ha expresado su respaldo a los esfuerzos en marcha encabezados por la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental) y la Unión Africana", ha declarado su presidente de turno, el embajador bosnio Iván Barbalic, a la salida de la reunión en la que se analizó esta cuestión.

Barbalic ha declinado precisar si en la reunión se discutió la posibilidad de imponer sanciones a Laurent Gbagbo y sus aliados, así como autorizar el uso de la fuerza para obligarle a ceder el poder a Alassane Ouattara.

"Ahora tenemos que dar todo nuestro apoyo a los esfuerzos de la UA y la CEDEAO para que encuentren una salida diplomática a la situación", ha insistido el embajador bosnio.

Aclaración de Gbagbo

Por su parte, el bando de Laurent Gbagbo ha anunciado el mantenimiento del bloqueo de la sede de su rival y ha rechazado toda idea de "amnistía" para Gbagbo a cambio de abandonar el poder, tal y como le ha ofrecido la Unión Africana.

"Tan pronto como las FN vuelvan a Bouaké (plaza fuerte del antiguo movimiento rebelde en el centro del país), el bloqueo será levantado, ha declarado en rueda de prensa en la capital financiera marfileña el ministro de Asuntos Exteriores de Gbagbo, Alcide Djedje.

Según Djedje, antiguo representante permanente de Costa de Marfil ante las Naciones Unidas, "no podemos tolerar que más de 300 efectivos fuertemente armados de la ex rebelión continúen en el hotel, pues constituyen una amenaza para el presidente Gbagbo, cuya residencia se encuentra a cinco minutos de viaje" por mar.

El Hotel Golf, custodiado asimismo por 800 efectivos de la ONU, se encuentra cercado desde el pasado 16 de diciembre por las fuerzas leales a Gbagbo, que se niega a entregar el poder a Ouattara pese a que éste ha sido reconocido por la comunidad internacional como el presidente legítimamente electo en los comicios del 28 de noviembre.