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El Gobierno británico ofrece la ayuda del Ejército para "descongelar" el aeropuerto de Heathrow

  • Desde el sábado el aeropuerto opera muy por debajo de su capacidad
  • El Gobierno ha recibido duras críticas por la incapacidad para limpiar las pistas

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Las máquinas quitanieve no dan abasto en el aeropuerto londinense de Heathrow.
Las máquinas quitanieve no dan abasto en el aeropuerto londinense de Heathrow.

El Gobierno británico ha ofrecido apoyo del Ejército a la empresa gestora del aeropuerto de Heathrow, BAA, para normalizar la situación en el aeródromo, que opera por debajo de su capacidad tres días después de la fuerte nevada caída en Londres.

"Si BAA necesita refuerzo de personal adicional en Heathrow, podemos ofrecerle apoyo militar. Pero nos han dicho que tienen suficiente personal para hacer el trabajo",  ha señalado el ministro de Transporte, Philip Hammond en declaraciones a la BBC.

La pista sur del aeropuerto londinense, el de más tráfico de Europa, sigue cerrada a causa de la nieve, lo que está prolongando por cuarto día consecutivo los retrasos y las cancelaciones de vuelos, afectando a cientos de miles de viajeros en todo el mundo.

El Gobierno y BAA han recibido numerosas críticas en las últimas horas por la incapacidad de limpiar con celeridad las pistas y las zonas de rodadura del aeropuerto, y Hammond ha anunciado que habrá una investigación una vez se vuelva a la normalidad.

"Tendremos que trabajar con BAA y con las aerolíneas para entender exactamente lo que se hizo mal en Heathrow durante el fin de semana y por qué está costando tanto tiempo que el aeropuerto se recupere", ha indicado el ministro de Transporte.

Más problemas para el fin de semana

Hammond se ha reunido en Heathrow con los principales responsables de BAA, propiedad del grupo español Ferrovial, para conocer la última hora de las medidas para paliar el caos aeroportuario.

Un portavoz de BAA ha informado de que el ministro recibió información sobre las medidas para agilizar el viaje de quienes han visto sus vuelos cancelados y para atender a las personas que aún esperan.

Con una sola pista operativa, el aeropuerto opera este martes en torno a un tercio de los vuelos programados y sus responsables han advertido de que los problemas continuarán hasta pasado el fin de semana, en uno de los puentes más importantes del año.

El primer ministro, David Cameron, ha expresado su "frustración en nombre de todas las personas afectadas por la excesiva tardanza para para solucionar el problema" y ha asegurado que "esta misma noche la segunda pista del aeropuerto volverá a estar abierta".

Una nevada "excepcional"

En una rueda de prensa para hacer resumen del año, Cameron ha afirmado no obstante que "5 pulgadas (12,7 centímetros) de nieve en una hora es algo excepcional en el sur de Inglaterra" y ha recordado que el Reino Unido está sufriendo "el diciembre más frío en un siglo".

El consejero delegado de BAA, Colin Matthews, ha defendido la respuesta de la empresa a la nevada y también ha pedido tiempo para determinar si se pudo actuar mejor, una vez se consiga que los pasajeros retenidos puedan llegar a sus destinos.

Todo iba bien hasta que llegó una nevada que no había visto en mi vida

"Lo estábamos haciendo extremadamente bien (este invierno), hasta que llegó la nieve a mediodía del sábado, en una nevada que yo no he visto en Heathrow en mi vida", ha afirmado Matthews, que reconoció que las tareas de limpieza se están prolongado más de lo esperado.

El tráfico ferroviario, congelado

Los efectos de la nevada siguieron notándose también en el transporte ferroviario,  con un segundo día de largas colas en la estación internacional de Saint Pancras de Londres, de donde salen los trenes de alta velocidad hacia París y Bruselas.

El lunes, miles de personas tuvieron que esperar en el exterior de la estación, con temperaturas bajo cero, para poder acceder a sus trenes, y la policía llegó a cerrar los accesos a Saint Pancras para evitar que se incrementaran las colas a la intemperie.

Eurostar ha informado de que seguirá habiendo retrasos, ya que el estado de las vías a causa del frío obliga a que los trenes de alta velocidad circulen a la mitad de su ritmo habitual, lo que convierte un viaje de dos horas y media en uno de cuatro.

Varias líneas regionales y de cercanías del sureste de Inglaterra fueron clausuradas o sufrieron cancelaciones y retrasos, y cientos de pasajeros tuvieron que ser evacuados de trenes atrapados.