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El Pentágono dice que la presencia de gays en el Ejército no daña a las Fuerzas Armadas de EEUU

  • Así lo revela un estudio elaborado por la propia institución militar 
  • El 70% de los soldados dicen que  "el impacto sería positivo, mixto o inexistente"

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Un estudio elaborado por el Pentágono,  y que ha sido difundido este martes, concluye que la derogación de la ley que impide prestar servicio militar a los homosexuales que expresen abiertamente su condición sexual no afectará a las Fuerzas Armadas.

El secretario de Defensa, Robert Gates, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, han presentado el informe efectuado entre los militares estadounidenses para analizar el impacto que tendría la derogación de la ley después de 17 años en vigor.

La derogación podría causar algún contratiempo en un primer momento pero no sería ningún problema generalizado ni de larga duración, algo a lo que se podrá hacer frente con más entrenamiento y educación, ha dicho Gates.

Los militares no ven un gran impacto

El estudio concluyó que el 70% de los militares estadounidenses consultados consideran que el impacto sería "positivo, mixto o inexistente".

No obstante, la oposición fue mayor entre las tropas de combate (el 40%) y las fuerzas especiales,  en particular entre el cuerpo de Infantería de Marina que están sirviendo en misiones de combate, cuya oposición fue del 58%.

Gates ha aseverado que para que la transición sea positiva hay algunas "preocupaciones" que tienen que ser tratadas, pero también ha resaltado que el informe revela que la derogación "no provocaría los cambios dramáticos que muchos han pronosticado".

Tiempo de adaptación para las tropas

En este sentido, ha asegurado que si el Congreso de EEUU aprueba antes de finales de año la derogación se debería conceder a las Fuerzas Armadas un tiempo de adaptación para que los mandos y las tropas se preparen para la transición.

La ley, aprobada en 1993 durante la presidencia del demócrata Bill Clinton, permite a los homosexuales ser miembros de las Fuerzas Armadas siempre que no divulguen su orientación sexual.

La norma fue concebida como un "término medio" entre la propuesta de Clinton,  que quería levantar la prohibición, y quienes consideraban contraproducente que los homosexuales formaran parte de las Fuerzas Armadas.

El estudio muestra que para el 92% de los militares que han trabajado con algún compañero homosexual su experiencia ha sido buena, muy buena o no ha tenido impacto.