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Un delito castigado con cadena perpetua por la ley de Francia

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Nunca antes ETA había llegado tan lejos en el país vecino.  La  muerte del policía Nérin supone el golpe más grave de la banda en  Francia y el presidente de ese país, Nicolás Sarkozy, ha declarado este martes que espera "un  duro castigo" para sus autores.

Con la legislación penal gala en la mano, si el pistolero es  identificado y detenido puede ser condenado a cadena perpetua.  Y eso que, a falta de que concluya la investigación, con los datos  ahora conocidos, la muerte del agente se calificaría únicamente como  homicidio. Sólo se considera asesinato cuando existe premeditación, algo  difícil de probar en un tiroteo como éste.

Sin embargo, y como explica Enrique Peñaranda, catedrático de Derecho  Penal de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), debido a que la  víctima ha sido un policía, se aplicaría el agravante recogido en el  art. 221 del Código Penal francés.

"Así, se trataría de un homicidio cualificado, castigado con  cadena perpetua", explica Peñaranda. Como ocurre en España, las  penas se revisan y, en la mayoría de los casos,  no se cumplen íntegras. De hecho, las de este tipo suelen reducirse 22 años, de ahí que Sarkozy haya insistido en aumentarlas hasta los 30 años cuando la víctima sea un agente de las fuerzas de seguridad.

En España, la legislación introduce un agravante en  las muertes causadas por personas pertenecientes a bandas  terroristas o que trabajen para ellas (art. 572, aptdo. 1 del  Códido Penal) que sitúa la pena entre los 20 y los 30 años  de prisión, la máxima con la que se puede castigar un único delito.  Además, señala Peñaranda, "también se contempla un agravante si la  víctima es un miembro de las fuerzas de seguridad".

'Disfrazados' de delincuentes

El modus operandi seguido por los etarras este martes, al  intentar robar en grupo varios coches de gama alta, marca -según  expertos en la lucha antiterrorista consultados por EFE- un cambio en su  forma de operar. Tratan de imitar a la delincuencia organizada,  a las mafias, para no ser detectados.

En lo que va de año, las fuerzas de seguridad han detenido a  34 miembros de ETA, siete de ellos, en Francia.

La práctica habitual es que los arrestados en el país vecino  sean imputados por un delito definido como "asociación de malhechores  relacionada con acciones terroristas" al que se suman otros como el de  tenencia de armas. Las condenas que reciben suelen rondar los 15  años de cárcel.

Una vez cumplidas las penas en Francia, se atienden las peticiones de  extradición de las autoridades españolas. Así se ha actuado siempre,  con algunas excepciones como la de Txeroki, que fue entregado  de forma temporal a nuestro país para responder por cinco de las más de  veinte causas que tenía pendientes aquí.

La Fiscalía  española ya ha ordenado a los jueces de la Audiencia Nacional  que tramiten las órdenes de detención europeas para pedir la  extradición de Joseba Fernández Aspurz,  El Guindi, acusado de varios actos de kale  borroka y detenido este martes a consecuencia del tiroteo en  las afueras de París. Sin embargo, los expertos advierten de que es muy  probable que no se le envíe a España y sea juzgado en Francia por su  participación en la muerte del policía galo.