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Imagina Europa en 2020

  • Frente a Lisboa 2010, esta vez Europa se marca objetivos realistas
  • Se trata de actuar para "evitar el declive de Europa"

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La Comisión Europea acaba de presentar su proyecto de plan de reformas económicas para la próxima década. Es un modesto recetario que demuestra cómo la élite europea ya no aspira a dominar el mundo, sino a sobrevivir en el mundo.

En el año 2000, los gobiernos de la UE confiaban tanto en el ciclo virtuoso de la integración europea, que se fijaron un objetivo soberbio: convertir al viejo continente en "la economía más competitiva del mundo" para el año 2010.

Cumplido el plazo, el fracaso es evidente. Europa no sólo no ha reducido su desventaja con Estados Unidos, sino que mira inquieta cómo se le acercan por el retrovisor Brasil, India o China.

Mirada de futuro

Con esta lección de humildad en la pizarra, la Comisión Europea ha elaborado y presentado su borrador de plan económico para los próximos diez añosla llamada estrategia "Europa 2020".

Su meta no es reconquistar el liderazgo económico del mundo. Ahora se trata de salir de la crisis y de "actuar para evitar el declive" de Europa, según recoge el documento de la Comisión enviado a los Estados miembros y al Parlamento Europeo.

Es el espíritu del momento. La crisis económica, sumada al rápido y, tal vez, prematuro desencanto con el Tratado de Lisboa, ha supuesto un duro ajuste en las expectativas de futuro de eurócratas y europeístas.

Y ha brindado un terreno ideal para la acción del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, cuya máxima cualidad política es el realismo.

Los planes

Su recomendación a los gobiernos europeos es concentrarse durante el próximo decenio en la consecución de unos pocos objetivos socioeconómicos, medibles y, en principio, razonables (lea la propuesta de la Comisión (.pdf).

  1. Elevar del 69 al 75 por ciento la tasa de empleo entre la población activa (de 20 a 64 años).
  2. Aumentar las inversiones en Innovación y Desarrollo del 1,9 al 3 por ciento del PIB.
  3. Reducir del 15 al 10 por ciento la tasa de abondo escolar.
  4. Rebajar de 80 millones a 60 millones de euros el número de personas que viven por debajo del umbral de pobreza.
  5. Recortar en un 20 por ciento las emisiones de dióxido de carbono en comparación con los niveles de 1990.

Con modestia

Para facilitar la tarea, Barroso ni siquiera aspira a que todos y cada uno de los Estados alcancen esos objetivos. Le basta con que lo haga la Unión Europea como conjunto.

Aunque llegó a planteárselo, el portugués tampoco ha defendido finalmente la posibilidad de penalizar a los estados que no hagan lo suficiente. Como máximo, la Comisión les señalará con el dedo.

El plan de Barroso será examinado en la próxima reunión del Consejo Europeo -jefes de Estado y de Gobierno-, los días 25 y 26 de marzo. El objetivo es que, una vez negociado y enmendado, sea aprobado formalmente en junio.