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Aguirre insiste en un gobierno de concentración y Arenas dice que no sería ministro con Zapatero

  • La presidenta madrileña incide en que en "otros países" se dan estos pactos
  • El líder de la oposición, Mariano Rajoy, dijo el martes que Aguirre "ironizaba"

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Apenas 24 horas depués de que el líder de la oposición, Mariano Rajoy, asegurara que la propuesta de la presidenta madrileña era una "ironía", Esperanza Aguirre insiste. La dirigente 'popular' ha incidido este miércoles en su idea de que si el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero quiere un "pacto de Estado" lo que debería hacer es proponer un "gobierno de concentración" con el PP.

Aguirre ya defendió esta idea en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP el pasado lunes, cuando incluso propuso nombres: Cristóbal Montoro, como ministro de Economía, y Javier Arenas, como titular de Trabajo. Aunque este último ha dicho este miércoles que "nunca" sería ministro con Zapatero.

Tras la reunión del Comité de Dirección del PP de Madrid, Aguirre ha subrayado que las deliberaciones del Comité Ejecutivo son "secretas", pero ha reconocido que su opinión es que "si el Gobierno, de verdad, quisiera un pacto, tendría que proponer un pacto de Estado a fondo, que proponga un gobierno de concertación", pues "lo demás serían pactos puntuales y eso no está claro".

Aguirre, que ha destacado que este tipo de prácticas se usan en "otros países", ha dicho que su punto de vista es que los pactos, por sí mismos, no significan nada, "lo importante son las cuestiones que se pactan".

"En este momento España está en una situación económica no difícil sino muy difícil con cuatro millones de parados, sin que se vea la luz al final del túnel, sin una medida en la buena dirección. Lo que se tendría que hacer es reducir el gasto público drásticamente y bajar los impuestos", ha considerado.

"Al contrario, lo que nos espera el próximo 30 de junio es una subida del IVA del 2%, lo que va a encarecer todos los bienes y servicios de España y retraer el consumo", ha planteado.

En esta situación, "lo que se le ocurre proponer a Zapatero es una comisión", ha criticado, para recordar después que según Napoleón "cuando se propone una comisión es que no se quiere resolver el problema". "El Gobierno tiene que decir lo tiene que pactar, en qué sentido y sobre qué bases", ha estimado.

"En el PP tenemos demostrado que habiendo cogido el gobierno con una tasa de paro del 24%, rompimos la tendencia y se bajó a un diez por ciento y se crearon 5,5 millones de puestos", ha expuesto Aguirre, por lo que "si Zapatero quiere pactar" --"y mi opinión es que no quiere, como dijo ayer Rajoy, que Zapatero no le ha llamado"--, "diría 'aquí hay unos señores que forman parte del arco parlamentario que son los que saben invertir la tendencia y crear empleo a base de generar confianza en quienes tienen que crear empleo".

Arenas no sería ministro con Zapatero

El vicesecretario general de Política Territorial del PP, Javier Arenas, ha afirmado que "nunca aceptaría" ser ministro de Trabajo en un gobierno encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero, como sugirió su compañera Esperanza Aguirre al proponer un Ejecutivo de concentración entre populares y socialistas.

Arenas ha declarado en una entrevista a Onda Cero, recogida por Servimedia, que lo dicho por Aguirre "nunca fue una propuesta", sino que "más bien fue una ironía".

"Es evidente que yo nunca aceptaría y es más que seguro que el señor Zapatero nunca me nombraría", ha añadido. "Yo creo que una fórmula de esas características de cara al futuro no es descartable en absoluto; ahora, en estos momentos es absolutamente inviable".

Arenas ha explicado que "para que se dé un gobierno de coalición hace falta un presidente con ideas claras, que tenga sentido de Estado y que tenga un proyecto para España y esas circunstancias desgraciadamente no se dan bajo ningún concepto".

A su juicio, es posible que "a medio y largo plazo" los dos principales partidos politicos de España tengan que ponerse de acuerdo en cuestiones como el Estado de las Autonomías, la política de inmigración y la financiación del gasto público, además de la lucha antiterrorista, en la que actualmente caminan de la mano.