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El Gobierno de Irak lamenta la sentencia de EE.UU. que desecha los cargos contra Blackwater

  • Irak insistirá en que los culpables sean juzgados
  • Un juez de EE.UU. desechó los cargos contra cinco mercenarios

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El Gobierno de Irak ha lamentado la decisión de un juez estadounidense de desestimar los cargos contra varios agentes de la firma de seguridad Blackwater por las muertes de hace dos años y ha anunciado que insistirá en que los culpables sean juzgados.

"El Gobierno iraquí seguirá los procedimientos de rigor para poder enjuiciar a los responsables de la empresa mencionada y preservar los derechos de los ciudadanos iraquíes afectados y sus familias", ha afirmado el portavoz del Gobierno iraquí, Ali al Dabagh.

Un juez estadounidense desechó ayer los cargos presentados contra los cinco vigilantes de Blackwater que estaban procesados por la muerte de 14 personas en 2007 en el centro de Bagdad

En una decisión que ocupa 90 páginas, el juez federal Ricardo Urbina dijo que el gobierno había violado los derechos de los mercenarios cuando usó las declaraciones de los procesados, a quienes se les había otorgado inmunidad, para adelantar las investigaciones.

El veredicto se produce después de una serie de audiencias en las que se discutió si los fiscales y agentes federales habían usado, de manera inapropiada, las declaraciones que los vigilantes dieron a los investigadores del Departamento de Estado después del incidente el 16 de septiembre de 2007.

La decisión de Urbina retorna el caso a una polémica internacional. El gobierno iraquí quería que los mercenarios fueran juzgados en Irak, y las autoridades en Bagdad habían dicho que observarían cuidadosamente la forma en que el sistema judicial de Estados Unidos manejaría los casos.

Mercenarios

Blackwater Worldwide fue una compañía que durante años contrató y suministró personal paramilitar para la protección de convoyes, edificios, instalaciones militares y funcionarios de gobiernos, en áreas donde las fuerzas armadas de Estados Unidos están en guerra.

Los cinco hombres -Paul Slough, Nicholas Slatten, Evan Liberty, Dustin Heard y Donald Ball- fueron acusados de homicidio voluntario e infracción en el uso de armas por la muerte de 14 civiles y las heridas que sufrieron otras 20 personas.

Según el Departamento de Justicia los mercenarios, que se trasladaban en un convoy, atacaron sin provocación a los civiles iraquíes en la Plaza Nisoor, cerca del centro de la capital iraquí.

Uno de los vigilantes, Jeremy P. Ridgeway se ha declarado culpable y se esperaba que testificara en contra de los otros.

Blackwater, que desde el incidente cambió su nombre a Xe, tenía un contrato para proporcionar vigilantes armados y protección al personal del Departamento de Estado en Irak.