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Los secuestradores del clan tribal filipino liberan a dos rehenes y mantienen retenidos a otros 46

  • Piden la anulación de la orden de detención de su jefe y el desarme de un clan rival
  • Los secuestradores han liberado a 18 escolares y un profesor
  • Filipinas vive una ola de violencia entre el Gobierno y rebeldes islamistas

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Decenas de personas permanecen secuestradas en la isla de Mindanao

Dos rehenes han sido liberados durante la noche por los pistoleros de un clan tribal, que aún retiene a 46 personas del grupo secuestrado hace dos días en la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas.

La asistenta social Josefina Bajade, quien lleva el peso de las negociaciones en la jurisdicción de Prosperidad, en la provincia de Agusan del Sur, insistió en que Ondo Perez, el jefe de los secuestradores, está dispuesto a entregarse si las autoridades hacen lo que pide.

Este antiguo miembro de milicias gubernamentales que convirtió en jefe de una banda de forajidos en Agusan del Sur buscada por robos y asesinatos, quiere que se desarme y detenga a un grupo rival, para lo que ha dado de plazo una semana, y que retiren todos los cargos que pesan contra ellos.

La detención de la operación militar para rescatar los rehenes y atraparlos ya se ha cumplido y se ha permitido la presencia de periodistas en la zona donde se llevan a cabo las negociaciones desde el jueves.

Ese día arrancó el secuestro cuando las fuerzas de seguridad fueron a detener a Perez y a sus correligionarios por asesinar a seis familiares de Joel Tubay, jefe de otro clan tribal conocido en la región por "Datu Kalbit", el pasado febrero.

Armados con fusiles automáticos y pistolas, la banda huyó y por el camino secuestró a escolares, profesores y aldeanos, hasta que, con ya 75 "escudos humanos" en su poder, se atrincheró en una zona boscosa de un monte, a unos dos kilómetros del pueblo más próximo.

Comenzó a negociar con el comité de crisis y ese mismo día liberó a 17 niños y a personas mayores de edad y el viernes dejó en libertad a un grupo de mujeres en varias tandas para quedarse con los 48 rehenes que permanecen en su poder y que vigilan 15 pistoleros.