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José Mujica, el guerrillero "utópico"

  • Luchó con el Movimiento de los Tupamaros en la década de los 60
  • Cuenta con la simpatía de los jóvenes y las clases humildes
  • El apoyo de su mujer, también senadora, ha sido fundamental en su vida
  • La lectura, el tango, el fútbol y el cultivo de flores, entre sus grandes aficiones

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El candidato uruguayo del Frente Amplio, José Mujica, participa en uno de sus últimos actos de campaña en Maldonado, Uruguay.
El candidato uruguayo del Frente Amplio, José Mujica, participa en uno de sus últimos actos de campaña en Maldonado, Uruguay.

Campechano y directo, José Mujica, el "Pepe", de 75 años, es un senador y ex ministro uruguayo, que luchó como guerrillero en la tormentosa década de los 60 y hasta principios de los 70.

Durante la campaña electoral, ha intentado restar importancia a su pasado militar, con el fin de ganarse el apoyo de votantes de clase media y algunos empresarios.

Mujica, que fue ministro de Agricultura en el actual gobierno, pasó en la cárcel trece años, la mayoría durante la dictadura militar (1973-1985), por su papel en el Movimiento Nacional de Liberación-Tupamaros.

En un esfuerzo por aliviar las preocupaciones de los inversores, contará en su gobierno con el ex ministro de Economía, Daniel Astori, aunque ha asegurado que sus ideas políticas todavía se basan en los ideales socialistas.

Los jóvenes y las clases humildes son los sectores más seducidos por este antiguo guerrillero tupamaro, que en los últimos tiempos sucumbió a las normas del protocolo y cambió su guayabera, su boina y su cabello alborotado por un traje de chaqueta y un pulcro corte de pelo.

Sin embargo, su rostro revela que es un "cuasi panteísta", pues "ama la tierra" por encima de todo,  según ha afirmado su esposa, la también senadora del Frente Amplio Lucía Topolansky.

Aficionado a la lectura, el tango y el fútbol

"Lo acompañaré como lo he hecho siempre", ha apuntado la senadora, cuya relación con Mujica comenzó hace más de cuatro décadas en la clandestinidad del MLN-Tupamaros, en el que ambos militaron y por cuyas acciones fueron encarcelados y torturados.

El matrimonio comparte su afición al cultivo de flores y hortalizas, la lectura, el tango, el fútbol, "el mate y un buen asadito", como la mayoría de los uruguayos, ha explicado su esposa.

"Pepe estuvo en peores condiciones que yo", ha recordado Topolansky, quien ha indicado que la "dureza" de esos años les hizo comprender que "en la vida hay cosas principales y secundarias".

De ahí el estilo de vida del matrimonio, sobrio y sencillo. "No por una vocación de sacrificio", sino "por una opción filosófica", ha recalcado la senadora, quien ha destacado su admiración y la de su marido por el Gobierno del brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva.

Y en esa convicción de perseguir siempre la utopía, Mujica apela al espíritu de Don Quijote, cuyas aventuras figuran entre sus libros de cabecera.

"Vaya si seremos utópicos que nos proponemos cambiar al ser humano. Ésa es la verdadera revolución", apostilla su esposa.