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Los socialistas portugueses se resignan a gobernar en minoría

  • Ningún grupo quiere darle su apoyo con las municipales en perspectiva
  • El presidente del partido asegura que esta fórmula "no es una tragedia"
  • Sin embargo, la unión del centro-derecha podrá tumbar fácilmente sus iniciativas
  • La izquierda marxista, que podría salvarle, le exige un cambio en política económica
  • El próximo domingo se celebran elecciones municipales entre el hastío del electorado

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Los socialistas se han resignado a gobernar Portugal en minoría tras constatar la falta de apoyo de toda la oposición, que le ha hecho blanco de nuevos ataques en el último día de la campaña para las elecciones municipales del domingo.

El presidente luso, el conservador Anibal Cavaco Silva, ha concluido sus contactos para la formación del Gobierno con una reunión con el Partido Socialista (PS) a la que no acudió el primer ministro en funciones, José Sócrates, que aspira a seguir en el Ejecutivo tras ganar, sin mayoría absoluta, las elecciones del pasado día 27.

El jefe de Estado había recibido antes a Manuela Ferreira Leite, líder del principal partido de oposición -del que proviene Cavaco- el Social Demócrata (PSD, centro-derecha) la cual, como los dirigentes de las otras tres formaciones del Parlamento  ha recalcado a la prensa que no apoyará a Sócrates.

El presidente del PS, Antonio de Almeida Santos, que ha representado a su formación en la reunión con Cavaco, ha intentado minimizar la falta de apoyo de los demás partidos y ha asegurado a los periodistas que administrar el país en minoría "no es una tragedia".

Almeida Santos, un histórico del socialismo con 83 años, recordó que en el pasado hubo otros Gobiernos democráticos, en los que él participó, que no tuvieron mayoría absoluta "y no fueron malos del todo y lograron la estabilidad que era de esperar".

Riesgo de moción de censura

Sócrates, con cuya gestión se han cebado todos los partidos en las consecutivas campañas electorales para las legislativas y las municipales, no quiere hacer comentarios sobre la formación de Gobierno hasta después de las votaciones del domingo.

Sin embargo, otros dirigentes de su partido se han mostrado resignados a gobernar con la amenaza de un rechazo parlamentario a leyes o presupuestos e incluso una moción de censura que podría derribar fácilmente el Gobierno.

En las elecciones del 27 de septiembre los socialistas perdieron la mayoría absoluta conquistada en 2005 y 24 diputados y, aunque fueron el partido más votado con un 36,5 por ciento, sus actuales 97 asientos de los 230 del Parlamento les dejan a merced de las otras cuatro fuerzas políticas.

Su principal rival, el PSD, tiene 81 diputados a los que se sumarán con facilidad los 21 del democristiano CDS-PP (Centro Democrático Social-Partido Popular) con el que forma coalición electoral en la mayoría de los 308 municipios que entran en liza en los comicios del domingo.

Los dos partidos marxistas que completan la Asamblea Legislativa, el Bloque de Izquierda (BI, con 16 diputados) y la coalición de comunistas y verdes (CDU, con 15) subrayaron tras la reunión de sus líderes con Cavaco que tampoco apoyarán al Gobierno Sócrates, al que exigen un cambio de política social y económica. Clima electoral

En los actos del cierre de la campaña para las municipales el líder de la CDU y figura del comunismo luso Jerónimo de Sousa, ha vuelto a centrarse en las críticas al PS y en un populoso barrio del cinturón industrial de Lisboa ha hecho hincapié en que no se vote a los candidatos del partido gubernamental.

Ferreira Leite que espera mantener la hegemonía del PSD en las votaciones municipales y debilitar a Sócrates, ha vuelto también a la carga contra el Gobierno en sus últimos actos de campaña y le acusó de favorecer a sus alcaldes.

La ex ministra de Finanzas no ha querido comentar si su partido piensa ya en una moción de censura contra el futuro Ejecutivo, ahora pendiente de una invitación formal de Cavaco que la Constitución deja a su entender, aunque tradicionalmente se hace al líder del partido más votado.

En tanto aguardan la llamada del jefe del Estado, los socialistas se preparan para la segunda prueba en las urnas en sólo dos semanas con unas municipales en las que el gran rival a batir es el PSD y la saturación del electorado tras mes y medio de propaganda electoral.

El partido de Gobierno confía en el triunfo, que pronostican todas las encuestas, del alcalde de Lisboa, Antonio Costa, pero da por pérdida la otra gran urbe de Portugal, Oporto, que lleva ya dos mandatos en poder del PSD.