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Condenan a seis meses de prisión a una madre por pegar a su hijo de 11 años

  • El tribunal la condena también a seis meses de alejamiento
  • La madre pegó un puñetazo a su hijo en la nariz

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El juzgado de lo penal número 2 de Oviedo ha condenado a una madre a seis meses de prisión por pegar a su hijo de 11 años. El juez impone además a la mujer la prohibición de aproximarse durante seis meses al menor como autora de un delito de malos tratos, según recoge la sentencia a la que ha tenido acceso la agencia Europa Press.

Los hechos sucedieron el día 14 de junio cuando la acusada mantuvo una discusión con su hijo menor de edad, el cual estaba pasando el fin de semana con ella en su domicilio de Oviedo.

En el curso de la discusión, la mujer propinó al menor un puñetazo en la nariz. El menor salió corriendo de la vivienda sangrando abundantemente, y tuvo que ser socorrido por un viandante.

Socorrido en la calle

El niño salió corriendo de la vivienda sangrando abundantemente, y tuvo que ser socorrido por un viandante que resultó se un policía nacional. Como consecuencia de la agresión, el menor sufrió traumatismo facial con edema y tumefacción en la pirámide nasal de la que tardó 10 días en curar.

En el juicio, la mujer negó haber maltratado o golpeado a su hijo que relató los hechos de "forma escueta y muy fría", según recoge la sentencia. El menor narró "de forma pormenorizada cómo ocurrieron los hechos cómo su madre le golpeó en la nariz y cómo salió huyendo del domicilio, hasta que fue encontrado por un señor que le ayudó".

Para la juez el relato del pequeño fue "escalofriante" al haber manifestado "de forma tranquila, casi asumiendo la situación, cómo su madre le había dado un puñetazo en la nariz, que sangró mucho y que cuando le preguntó por qué le había mancado le manifestó que le daba igual".

El pequeño continuó relatando que fue entonces cuando "escapó y que la madre lo siguió cogiéndole por la capucha y golpeándole".

Maltratado en varias ocasiones

Según el pequeño, su madre "ya le había maltratado en varias ocasiones y también a su hermana pequeña, que salió corriendo y que se encontró a un señor que le ayudó".

A este relato, la "acusada asistió sin inmutarse ni dar muestra de sentimiento alguno, ante tal declaración". Asimismo, la mujer dijo desconocer cómo el niño se había hecho las lesiones y demostró "un gran resentimiento hacia el padre del menor".

Por su parte, en el juicio declaró un policía nacional que fue el que se encontró y asistió al niño. Este aseguró que el pequeño mostraba "miedo y nerviosismo" cuando huía y le manifestó que le había pegado su madre.

En cuanto al padre del niño, en la vista oral dijo que el menor le contó lo que había ocurrido ese día y fue entonces cuando se dio cuenta de que hacía tiempo se había quejado de otro golpe.

El niño no quería verla

El padre aseguró que pese a que el niño se quejaba del trato que su madre le daba, él seguía llevándolo y recogiéndolo a 200 kilómetros de distancia para que la viera. También admitió que el niño hacía año y pico que "no quería ir a verla".

El juez considera que todos estos testimonios constituyen "prueba de cargo más que suficiente para enervar la presunción de inocencia" de la acusada. Sin embargo, en cuanto al delito de abandono, el juez considera que aunque la conducta de la acusada es "reprochable" no está acreditado que "hubiera abandono".

"No se acreditó la labor deficiente, decidida y asumida por la acusada, refiriendo el menor únicamente que comía en el campo de fútbol propiedad de los suegros de la madre y que a veces no comía o no cenaba".