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La epigenética se centra en la búsqueda del elixir de la eterna juventud

  • La disciplina estudia tratamientos para prolongar la juventud y curar el cáncer
  • Han conseguido doblar la expectativa de vida en ratones o gusanos
  • La siruina es la proteína clave en el proceso para alargar la vida

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La epigenética, una disciplina que se dedica a estudiar los cambios heredables que no dependen de la secuencia del ADN, están obteniendo resultados alentadores en la investigación de un posible elixir de la eterna juventud.

Esta rama de la ciencia ofrece enormes posibilidades en la lucha de enfermedades como el cáncer y en la búsqueda de tratamientos para prolongar la juventud. Así lo  ha explicado el investigador Manel Esteller, director del programa de epigenética y biología del cáncer del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge-Instituto Catalán de Oncología (IDIBELL-ICO) cuyos últimos descubrimientos se han publicado en Nature Genetics y Genome Research.

Distintos experimentos con levadura, gusanos, moscas y ratones han desvelado que es posible aumentar la longevidad de los organismos en porcentajes de al menos el 50% con respecto a sus expectativas de vida convencionales.

Aumentar el tiempo de vida sin provocar cáncer

El científico, quien ha destacado la similitud entre la epigenética de los recién nacidos y la población centenaria, ha explicado que uno de los grandes retos de los investigadores es el de encontrar un equilibrio genético, que garantice una reproducción celular sin riesgos.

Es decir, "conseguir incrementar la longevidad sin el peligro de que en el proceso de aumentar la vidad celular se produzcan daños genéticos irreparables causantes de tumores", ha dicho Esteller.

El vino tinto alarga la vida, según los científicos

Dentro de la investigación los científicos se han centrado en el estudio de la sirtuina, la proteína implicada en los procesos de restricción calórica, lo que también influye en la longevidad ya que, se sabe por ejemplo, que los organismos que comen menos viven más.

Un agente clásico actividor de sirtuinas es el resveratrol, uno de los componentes del vino tinto que, según Esteller, está demostrado que alarga la vida. Los científicos trabajan en desarrollar moléculas que contengan este componente con mayor eficacia y menos efectos secundarios.

El equipo que dirige Esteller busca la relación entre cáncer, evejecimiento y epigenética y moléculas que también sean activadoras de sirtuinas, y por tanto prolongadoras del tiempo de vida.