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El marxismo vuelve a estar en boga en Alemania

  • Dos décadas después de la cáioda del muro, el comunismo reaparece en plena crisis
  • El 43% de los alemanes orientales dicen preferir el socialismo al capitalismo
  • Muchos de ellos están desencantados con la transición al sistema de mercado

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Casi dos décadas después de la caída del muro de Berlín, la doctrina comunista formulada por Karl Marx vuelve a ganar adeptos en Alemania oriental, a causa de la crisis financiera, que ha provocado la desconfianza del sistema capitalista.

Así, la obra crítica sobre el capitalismo de Marx, El Capital (1867), está viviendo una resurrección editorial hasta convertirse en un sorprendente best-seller para la editora de libros de texto Kart-Dietz-Verlag. "Nadie pensaba que habría demanda de El Capital nunca más", comenta el director ejecutivo de la editorial, Joel Schuetrumpf, tras las ventas de más de 1.500 ejemplares, el triple que en 2007.

"Incluso los banqueros y los ejecutivos leen ahora El Capital para intentar entender que es lo que han estado haciéndonos. Marx está de moda, ahora", afirma Schuetrumpf.

Rechazo del capitalismo

La recuperación de Marx refleja el rechazo que el capitalismo provoca en muchos alemanes orientales, originarios de una región que hasta 1989 vivía bajo un sistema comunista y que ahora sufre el desempleo y la pobreza.

El sentimiento anticapitalista se ha agudizado tras las últimas turbulencias financieras, que han obligado a la nacionalización de varios bancos en Alemania. La canciller alemana, Angela Merkel -originaria del este- ha anunciado la inyección de 500.000 millones de euros para rescatar el sistema financiero, una decisión denostada por recompensar a los banqueros irresponsables.

Un sondeo reciente revela que el 52% de los alemanes orientales creen que la economía de libre mercado es "inadecuada" y el 43% aseguran preferir el socialismo al capitalismo. Los datos se confirman al preguntar a los interesados: "Leímos sobre los 'horrores del capitalismo' en la escuela. Era cierto. Karl Mark estaba en lo cierto", señala un obrero berlinés, Thomas Pivitt, de 46 años.

"Tenía una buena vida antes de que cayera el muro", añade. "Nadie se preocupaba por el dinero porque el dinero no importaba realmente. Tendías un trabajo aunque no lo quisieras. La idea comunista no era tan mala", concluye.

Desempleo

El desempleo en el este es del 14%, el doble que en el oeste; en la reunificación se perdieron miles de puestos de trabajo. "Creía que el comunismo era una mierda, pero el capitalismo es aún peor", asegura Hermann Haibel, de 76 años, en la Alexanderplatz, el corazón de Berlín Este. "El libre mercado es brutal. Los capitalistas quieren sacar más, más, más", comenta.

Muchos alemanes orientales han sufrido ese desencanto, tras la efímera euforia capitalista que siguió a la caída del muro. "La distribución de la riqueza es injusta. Ahora lo estamos viendo", subraya Ralf Wulff. "La gente normal como yo va a pagar por este lío financiero con impuestos más altos a causa de la avaricia de los banqueros".

No todo el mundo, sin embargo, cuestiona el capitalismo. Astrid Gerber, de 42 años, trabajaba en una empresa textil antes de la caída del muro -"era el trabajo de mis sueños"-  y después de que la fábrica cerrara estuvo siete años en el paro, abrió una tienda y tuvo que cerrarla para no perder a su familia, ya que le dedicaba 90 horas a la semana. "El capitalismo tiene sus ventajas y también el comunismo. No puedo decir que uno sea mejor que el otro", concluye.