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'Las 200 viviendas', un barrio pacífico azotado por la marginación y la exclusión social

  • La barriada protagoniza disturbios desde el sábado noche
  • Los altercados comenzaron con el asesinato de un joven senegalés
  • Varias organizaciones destacan que se trata de un barrio tranquilo
  • Más de 140 nacionalidades conviven pacíficamente
  • Almería Acoge apunta a la exclusión social como caldo de cultivo

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Casas viejas, no muy altas y apiñadas conforman el paisaje de Las 200 viviendas en Roquetas de Mar. La barriada surgió en los años 60 para cobijar a los trabajadores españoles retornados, aquellos que habían emigrado a Alemania y otros países para ganarse el pan. El incremento del poder adquisitivo de los españoles dio paso a los nuevos pobladores: luchadores del sustento subsaharianos, marroquíes y europeos del Este, así hasta sumar las más de 140 nacionalidades que conviven en el barrio almeriense.

Ahora, este barrio obrero, que varias asociaciones califican de pacífico, se ha convertido en protagonista de debates y portadas debido a los altercados que se originaron el sábado por la noche tras la muerte a puñaladas de un inmigrante senegalés al parecer a manos de un hombre de étnia gitana.

Juanjo Castillo es el presidente de Almería Acoge, la asociación lleva más de 20 años batiéndose el cobre para integrar a los inmigrantes con programas de inserción laboral, formación y ayuda psicosocial entre otros. Para él, los disturbios no son fruto de un brote racista o xenófobo sino el resultado del azote del paro y la marginación. "Se dan lo problemas de cualquier zona marginal con altas tasas de paro y familias desestructuradas pero no se trata de un problema de racismo. No ha sido un crimen fruto de la xenofobia sino de la delincuencia" sentencia Castillo.

La exclusión social, raíz del problema

Tanto Juanjo Castillo como Juan Miralles, Director de Almería Acoge, destacan que se trata de un barrio tranquilo donde no hay constancia de incidentes violentos anteriores aunque si se dan casos de tráfico y menudeo de droga, como al parecer es el caso del presunto asesino. Además, Castillo destaca que se ha producido cierta degradación del barrio por la falta de intervención y que el barrio está sucio y descuidado por la Policía.

" Existe una sensación de desprotección que sumado a la angustia de la situación en la que vive cualquier inmigrante puede haber generado el caldo de cultivo de los disturbios" apunta Juan Miralles. "Más que de un problema de color de piel es un problema de exclusión social" añade.

Acceso a servicios

Antonio Hermoso, portavoz de Cruz Roja Almería, destaca que los inmigrantes tienen acceso a servicios como escuelas y médicos y que, desde el Ayuntamiento, se promueven programas de integración. "Desde los sucesos de El Egido se han promovido programas para evitar situaciones como aquella," comenta Hermoso quien apunta que lo que desató la ira de los inmigrantes fue la tardanza de la ambulancia que debía socorrer al joven senegalés apuñalado y que los inmigrantes impideron la labor de los bomberos porque la que estaba ardiendo era la vivienda del presunto asesino.

Desde Almería Acoge destacan que el inmigrante asesinado no estaba relacionado con las drogas y que era un trabajador conocido en el barrio que acababa de conseguir el permiso de residencia con autorización para trabajar, "la culminación del sueño de cualquier inmigrante" aseguran.