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Solana y el negociador iraní comen juntos y siguen negociando en presencia de Estados Unidos

  • El jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, se reúne con el negociador Said Jalili
  • Los interlocutores han comido juntos y apartados del resto de participantes
  • En las conversaciones está presente un alto representante de la diplomacia de EE.UU.
  • La presencia norteamericana supone un giro en la política de Washington

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Previa reunión entre la UE e Irán

El negociador iraní para asuntos nucleares, Said Jalili, y el representante de las potencias internacionales, Javier Solana, conversan largo y tendido este sábado en Ginebra, con la histórica presencia como observador de un alto representante de la diplomacia de EE.UU, el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, William Burns.

Solana y Jalili se estrecharon la mano y se sentaron a la mesa de negociación sobre las 11.30 (hora local y en la España peninsular) en el ayuntamiento de la capital suiza. Los negociadores siguen hablando esta tarde tras comer juntos y apartados del resto de la delegación internacional, formada por los cinco del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia; más Alemania).

Por el momento, no ha trascendido nada y los protagonistas no han hecho declaraciones. No obstante, un delegado iraní adelantó a la agencia Reuters que Irán ni siquiera abordará la posibilidad de suspender el enriquecimiento de uranio. El embajador iraní en Suiza, Keyvan Imani, también dijo a la prensa que esa cuestión "está fuera de la agenda".

Estados Unidos, que no mantiene relaciones diplomáticas con Irán desde hace 1980, participa por primera vez en estas negociaciones, que buscan disuadir a la República Islámica de seguir adelante con su programa nuclear. Las potencias occidentales sospechan que Irán quiere dotarse de la bomba atómica, algo que Teherán niega.

La participación de EE.UU. marca un giro en la política exterior de Washington, que baraja la posibilidad de abrir una oficina diplomática en Teherán, según adelantó The Guardian.

EE.UU. asiste como oyente

No obstante, Washington ha aclarado que sólo escuchará y no participará formalmente en las discusiones, en las que Jalili deberá entregar la respuesta final de su Gobierno a la última propuesta de Solana.

Estados Unidos exige como primer paso la renuncia de Irán a enriquecer uranio, combustible para la energía atómica y materia prima para la fabricación de bombas atómicas.

En nombre de los países negociadores, Solana entregó a mediados de junio una oferta a Irán, que incluye un paquete de incentivos para que este Estado suspenda el enriquecimiento de uranio y las negociaciones puedan reanudarse de modo positivo.

Sin embargo, la propuesta occidental también abre la puerta a un período de pre-negociación, durante el cual Irán podría continuar con esa actividad, pero se comprometería a no poner en marcha nuevos centrifugadores.

A cambio, las seis potencias no adoptarían sanciones en su contra.

Grandes expectativas

La reunión de Ginebra ha generado una gran expectativa ya que, justamente, llega precedida de una oferta occidental que revela cierta flexibilidad y que podría contribuir a moderar el clima creado hasta ahora por Teherán.

La Unión Europea e Irán pidieron a Suiza, que tiene la neutralidad como pilar fundamental de su política exterior, que organizara este encuentro.

Los observadores estiman que esta reunión podría abrir una nueva fase diplomática, caracterizada por una rebaja del tono agresivo mantenido por Teherán hasta ahora para defender su actividad nuclear que -asegura- sólo tienen fines civiles, así como por una actitud más conciliadora por parte de Occidente.