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Un estudio español refleja la importancia de la fauna boscosa en la dispersión de semillas de árboles

  • Los árboles cuyas semillas dispersan los animales, más resistentes a la deforestación
  • Lo dice un estudio de la Universidad de Alcalá de Henares publicado por Science
  • Las semillas dispersadas por el viento son menos proclives a germinar

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Los animales ayudan a los árboles
El estudio demuestra la relación directa en la interacción entre animales y árboles.

Las especies de árboles cuyas semillas son dispersadas por animales (aves y mamíferos, principalmente) son generalmente más resistentes a la deforestación, que aquéllas otras en las que lo hace el viento, según una investigación dirigida por españoles y que aparece publicada en el último número de la revista Science.

El autor del estudio, el investigador Daniel Montoya, del Departamento de Ecología de la Universidad de Alcalá (Madrid), explica que las distintas formas mediante las cuales un árbol dispersa sus semillas son "un factor clave para entender la sensibilidad de las distintas especies frente a la deforestación".

De las conclusiones de esta investigación, en la que ha participado también el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, así como el Microsoft Research Cambridge, se desprende, según Montoya, que "las especies de árboles efectivamente responden de forma diferente a la falta de hábitat forestal".

Interacción directa animales-plantas

En condiciones similares, una especie dispersada por viento se verá más amenazada por la pérdida de hábitat que una especie dispersada por animales, según los resultados de este trabajo para el que se ha utilizado "una extensa base de datos que cubre la Península Ibérica (excepto Portugal)".

Se ha demostrado que la riqueza biológica disminuye en áreas deforestadas, y la mayoría de especies se ven perjudicadas por la pérdida de superficie boscosa.

Un árbol, aunque sus semillas sean dispersadas por animales, será más vulnerable a la pérdida de bosque si el animal dispersor de sus semillas se extingue, ya que el árbol no dispondrá de ningún medio para transportar su descendencia y sobrevivir otra generación.

"Estos resultados indican que la protección de las interacciones planta-animal es uno de los pilares fundamentales hacia donde deben dirigirse los esfuerzos de conservación", añade el experto.