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Cumbre histórica entre China y Taiwán

  • El presidente chino Hu Jintao se ha reunido con el vicepresidente taiwanés Vincent Siew
  • Ambos pretenden dar un impulso a la cooperación económica bilateral

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El presidente chino Hu Jintao (a la derecha) departe con el vicepresidente taiwanés Vincent Siew en el Foro Económico de Boao (China).
El presidente chino Hu Jintao (a la derecha) departe con el vicepresidente taiwanés Vincent Siew en el Foro Económico de Boao (China).

El presidente chino Hu Jintao y el nuevo vicepresidente taiwanés Vincent Siew se han reunido este sábado en el marco del Foro Económico de Boao, en la isla china de Hainan. Este encuentro representa la cumbre política al más alto nivel entre la República Popular China y la República de China (nombre oficial de Taiwán) desde el triunfo de los comunistas de Mao en 1949.

La reunión se produce a pocos días de la victoria en las elecciones presidenciales taiwanesas del Kuomintang, partido político partidario del mantenimiento del statu quo de la isla, que nunca ha proclamado oficialmente su independencia.

Siew y Hu han expresado su voluntad de estrechar los lazos económicos entre ambos territorios, entre los que hace casi sesenta años se abrió un abismo político, económico y cultural que ambas partes pretenden ahora cerrar. Lin Chong-pin, antiguo funcionario del Gobierno de Taiwán y presidente de una fundación destinada a promover los vínculos entre las dos Chinas, ha asegurado que este encuentro marca el "comienzo de una distensión".

Siew y Hu han charlado durante 20 minutos, la mayor parte en privado, acompañados de sendas delegaciones de sus respectivos Gobiernos. "El desarrollo económico es una esperanza compartida de la gente a ambos lados del estrecho de Taiwán", ha dicho Siew a Hu. Por su parte, Hu ha manifestado su interés en intercambiar ideas acerca de la cooperación económica bilateral.

El mismo año en que se constituyó la República Popular China se creó en la isla de Taiwán (antigua Formosa) la llamada República de China, a la que Pekín considera desde entonces una provincia rebelde. Una eventual declaración de independencia de Taiwán -independiente, no obstante, de facto- ha sido señalada repetidamente por Pekín como casus belli.