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La toma de posesión del nuevo gobierno belga cierra la herida política

 

  • Bélgica cierra nueve meses de crisis política debido a las disputas territoriales
  • El líder democristiano flamenco, Yves Leterme, será el primer ministro
  • El traspaso de competencias es el principal objetivo de los partidos flamencos

La reforma institucional será la gran asignatura pendiente del Gobierno  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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leterme dentro

Con la toma de posesión de un nuevo gobierno de coalición, Bélgica ha cerrado una crisis política de nueve meses. La situación ha sido de tal calado que se llegó a especular con la disolución del país debido a las disputas territoriales.

Finalmente, el líder democristiano flamenco, Yves Leterme, ha asumido el cargo de primer ministro de un Ejecutivo formado por otros 14 ministros y siete secretarios de Estado, en cumplimiento del pacto exigido por la compleja coalición de cinco partidos que sustenta al Gobierno.

Leterme ha jurado el cargo ante el rey Alberto II y después ha presentado su programa de gobierno ante las dos cámaras del Parlamento, donde tiene asegurada la confirmación -prevista para este sábado- gracias a la amplia mayoría de su coalición. 

Se aparcan las disputas territoriales

"Bélgica tiene muchas cosas de las que podemos estar orgullosos", ha afirmado el primer ministro al pedir la confianza a la Cámara de Diputados, en un intento de dejar atrás la crisis política y las conjeturas sobre una disolución del país.

El acuerdo de gobierno supone aparcar, pero sin resolver, la disputa territorial, que será objeto de una negociación paralela que, en teoría, debe conducir a una reforma institucional que descentralice aún más el Estado Federal, tal como reclama Flandes, la región más rica y poblada del país.

Las competencias de la discordia

El traspaso de importantes competencias a las regiones, objetivo número uno de los partidos flamencos pero del que recelan los francófonos, envenenó durante meses las negociaciones y obligó a Leterme a renunciar dos veces (en agosto y diciembre) a su tarea de formar un Gobierno.

Ante el desacuerdo, los partidos convinieron en dejar congelada la reforma institucional -aunque existe el compromiso de pactarla este verano- y formar un Ejecutivo basado esencialmente en un programa de reformas fiscales, sociales y migratorias.

Coalición de liberales, democristianos y socialistas

La coalición es de las llamadas "asimétricas", ya que incluye a los partidos liberales flamencos y francófonos (VLD y MR) y democristianos (CD&V y CDH), pero sólo a los socialistas francófonos (PS) pues sus correligionarios flamencos han optado por la oposición.

Aunque derrotado en las elecciones de junio pasado, el PS se hizo necesario a fin de lograr una coalición que totalizara los dos tercios necesarios del Parlamento para sacar adelante una futura reforma institucional.

En cambio, el partido soberanista flamenco N-VA, aliado del CD&V del primer ministro, ha renunciado a formar parte del Ejecutivo por el aplazamiento de la reforma institucional, aunque no se opondrá en el Parlamento a la confirmación del Ejecutivo.

La reforma necesaria

Tras nueve meses de disputas entre las regiones, esa reforma institucional será la gran asignatura pendiente del Gobierno. "Una reforma del Estado Federal es necesaria para crear una política más eficaz", ha afirmado Leterme en la Cámara de Diputados, asegurando que su Gobierno se esforzará por llegar a un acuerdo entre ambas regiones.

El acuerdo incluye además que un flamenco sea el próximo miembro belga de la nueva Comisión Europea, que asumirá funciones a finales de 2009, después de que los dos últimos comisarios de este país hayan sido francófonos.

El ejecutivo

Didier Reynders, líder del liberal Movimiento Reformador (MR), quien logró en las elecciones de junio desbancar al PS como primera fuerza política entre los francófonos, se mantendrá como uno de los pesos pesados de la política nacional al repetir como viceprimer ministro con la cartera Finanzas.

Además, Reynders se encargará de la reforma institucional, como un símbolo de garantía de que cualquier pacto tiene un amplio acuerdo entre los partidos de ambas comunidades.

El liberal flamenco Karel de Gucht repetirá por su parte como ministro de Exteriores en el nuevo gabinete.

Entre otras figuras ascendentes destaca también el salto cualitativo de la joven de ascendencia española Julie Fernández-Fernández (PS, 35 años), hasta ahora concejala de la ciudad de Lieja (este del país) y que pasa a ser secretaria de Estado de Personas Discapacidades