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Escasa participación en las manifestaciones a favor del Tíbet convocadas en ciudades españolas

    

60 personas en Madrid y dos decenas en Barcelona se concentran a favor del Tíbet

    

Convocados por el Comité de Ayda para el Tíbet han pedido el fin de la "represión"

    

En París, un grupo de diputados franceses se ha manifestado frente a la embajada china

    

Las manifestaciones se repiten ante las sedes de las organizaciones internacionales

 

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Crónica del Telediario sobre la crisis del Tíbet

En Madrid y Barcelona se han llevado a cabo este martes concentraciones de apoyo a El Tíbet. El seguimiento ha sido escaso. Así, en Madrid, frente a la embajada de China, se han concentrado unas 60 personas, y apenas dos decenas lo han hecho en Barcelona.

Convocados por el Comité de Apoyo a El Tíbet (CAT), se ha llevado a cabo, de manera pacífica, la concentración frente a la embajada china en Madrid, en la que se han visto pancartas con las leyendas: "El chino miente pero el mundo sabe" o "50 años sin Derechos Humanos en el Tíbet".

Carlos Mundy, miembro del Comité, ha dicho que "la represión que se está llevando a cabo sobre el Tíbet es brutal", a la vez que ha calificado de "mentiras" las acusaciones al Dalai Lama. Tampoco le merece credibilidad a Mundy la posibilidad de que el Dalai Lama pueda dimitir.

Según el CAT, el Dalai Lama nunca ha pedido la independencia tibetana, "sólo desea una autonomía plena para la región", mientras que han asegurado que, de dimitir, el escenario no cambiaría, ya que el poder del Dalai Lama es "espiritual" y el gobierno en el exilio tomaría las riendas.

Protesta pacífica

Piden la paz para su pueblo y con ella han protestado ante la "brutal represión" que están sufriendo en su propia tierra. Alejados de la tensión y dejando claro que "la ideología tibetana" está basada en la paz, las sesenta personas reunidas en Madrid han entonado su conocido om mani pade hum.  

Durante más de una hora, esta oración mantra, acompañada del relajante humo del incienso repartido entre los asistentes, han convertido la manifestación en una relajante exposición de la mentalidad budista en pleno centro de Madrid.

"Tibet libre"

No obstante, detrás de este relajante panorama, el aire reivindicativo se ha exhibido a través numerosas pancartas en las que se ha pedido "libertad para El Tibet" o simplemente "Paz". En otras también se ha denunciado la falta de "libertad de expresión" en el país asiático.

Y sobre los lemas en cartón, los gritos de los asistentes, liderados por un monje budista que se ha dirigido en inglés (idioma reprimido en El Tibet) a los dirigientes de la embajada de China. Les ha recriminado que no bajaran a hablar "cara a cara" y ha calificado al gobierno chino de "asesino". La respuesta ha sido una tímida 'ojeada' a través de las ventanas, desde las que han fotografiado a los manifestantes.

Mundy ha declarado que, a pesar de que la mayoría de los gobiernos europeos han pedido "moderación" a China, "son sólo buenas palabras, no hechos".

Además, ha recordado que el CAT tiene interpuesta una querella ante la Audiencia Nacional por "genocidio" desde 2006. "Ahora se está empezando a mover, con declaraciones de testigos, aunque le resulte molesto al gobierno español", ha añadido Georgina Thynne, miembro del grupo.

Historias en primera persona

A la concentración han acudido los pocos tibetanos que viven en Madrid. Según el CAT, tan sólo unas 10 o 12 personas originarias del país asiático viven en la capital española.

Tsering Yarlinstang es una de ellas. Salió del país a pie, atravesando el Himalaya. Ahora, en España, donde regentaba hasta hace poco un restaurante tibetano, ve con "tristeza" como China acosa a su país de nacimiento.

"Tengo familia allí y es imposible contactar con ellos", añade Tsering, que se lamenta de que sucedan estos hechos ya que, asegura, "los tibetanos siempre hemos expuesto nuestra voluntad de que todo marche en paz".

Las Olimpiadas, cada vez más cerca

Los Juegos Olímpicos de Pekín, que comenzarán el 8 de agosto, están en la mente de todos los tibetanos. Para Mundy, "se trata de una extraordinaria oportunidad de que la propuesta se extienda a todo el mundo". Sin embargo, las opiniones son dispares. Para Tsering, los juegos no deberían celebrarse, porque "no se los merecen".

La cercanía de los Juegos es, para Georgina Thynne, una de las razones de la "sensibilidad china" en estos momentos, en los que se ha recrudecido una represión que se vive durante todo el año.

Según Thynne, "China no puede hacer la política que hacía hace 50 años, la represión es brutal: se busca a los manifestantes casa por casa, se castiga el uso del inglés y el tibetano e incluso se limita la reproducción de las mujeres tibetanas".

En Francia, los diputados se manifiestan

Mientras, en París, un grupo de ocho diputados se ha manifestado ante la Embajada china, en protesta por la represión del Gobierno de Pekín contra el pueblo tibetano. 

Entre los manifestantes también estaba el socialista Jean-Louis Bianco, quien señaló que "en el caso del Tíbet todos los diputados están unidos".  "Queremos que se abran por fin las negociaciones que pide desde hace 20 años el Dalai Lama sobre la autonomía y el respeto de la cultura tibetana", señaló.

Las manifestaciones de rechazo a la represión que han sufrido los manifestantes tibetanos se están reproduciendo en otros países europeos. Así, ante la sede del Consejo Europeo se han concentrado numerosos ciudadanos a favor del Tíbet y reclamando una postura clara contra China por parte de las autoridades europeas.

En Lausana, hasta la sede del Comité Olímpico Internacional se ha producido otra marcha para pedir a la organización que tome medidas contra China, que en agosto próximo acogerá los Juegos Olímpicos.

Más muertos

El Gobierno tibetano en el exilio ha denunciado la muerte de 19 personas, al parecer tiroteadas por la Policía durante la protesta de tibetanos en la provincia china de Gansu, al noroeste del país.

Por otro lado, sobre el terreno una fuente oficial tibetana ha explicado a la televisión estatal que 100 personas se han entregado a la policía después de haber participado en los disturbios ocurridos en Lhasa, capital del Tíbet. Un responsable del gobierno tibetano aseguró que se trata de personas a quienes buscaba la policía por haber participado en las manifestaciones violentas.