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Río 2016 | Juegos Paralímpicos

Río explota sus iconos en una ceremonia vital y colorista

  • La ceremonia empezó con un vertiginoso salto acrobático
  • Tradición brasileña y toques futuristas, ejes centrales de una gran fiesta
  • Abucheos del público en los discursos de los dos dirigentes paralímpicos
  • Sigue los Juegos Paralímpicos de Río 2016 en RTVE.es

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Maracaná inicia los Juegos Paralímpicos de Río 2016

Sin barreras. Sin límites. Sin miedos. Los Juegos Paralímpicos de Río 2016 se presentaban al mundo a toda velocidad, con un espectacular salto acrobático realizado en silla de ruedas por Aaron Wheelz a través de una rampa de 17 metros ante la mirada atónita de todos los espectadores de Maracaná.

Salto acrobático con el que dio comienzo Río 2016

Espectacular salto acrobático realizado en silla de ruedas por Aaron Wheelz. HB

Tras el salto vino la pausa, y con ella los ritmos de samba y la rueda, elemento central para muchos paralímpicos, una rueda que sirve de engranaje colorista y creativo donde todos los sueños son posibles. La rueda ayuda a muchos a desplazarse y hace que se rompan los límites y las barreras

La rueda, elemento central de la Ceremonia de Apertura

Escenografía donde la rueda es la gran protagonista. HB

Y de la rueda, al agua. En unos segundos el estadio se convirtió en una gigantesca piscina y Daniel Dias, mito del deporte internacional, la cruza nadando. Y de la piscina a la playa, una playa carioca donde caben todos, desde el vendedor de mate hasta los bañistas, un espacio abierto y vital donde todo es posible. La playa cumple también el papel de liberador social, la gente sale con la tabla de la oficina para hacer surf u otro tipo de deportes. Una gran batucada nos enseña una playa alegre y colorista, un espacio donde disfrutar sin importar las barreras.

La playa de Río, presente en la Inauguración de los Juegos Paralímpicos

Un grupo de artistas recrean una de las playas de Río de Janeiro HB

Más tarde apareció la bandera de Río de Janeiro que entró al estadio portada por Roseana Micolis que atravesó esa playa para entregar la bandera para su izado, mientras el maestro Joao Carlos Martins ponía música con su piano.

La emoción del desfile de los distintos países

Y la bandera de Río daba paso a los atletas, la parte más emocionante de la ceremonia, que se iniciaba con el equipo de refugiados, un momento muy emotivo y que contó con el aplauso y el cariño del público reunido en Maracaná. Poco a poco iban desfilando los distintos países con sus atletas que llevaban una sonrisa dibujada en sus caras fruto de la emoción del momento.

Se sucedían los países por orden alfabético portugués y a las 00:24 apareció la delegación española en el puesto 52 con José Manuel Ruiz como abanderado de España. Una delegación compuesta por 127 deportistas que se ha fijado como objetivo superar las 42 medallas que se consiguieron en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Los deportistas se mostraban muy emocionados al entrar en el estadio contagiándose de ese ambiente de fiesta que reinaba en el Estadio de Maracaná.

La delegación española desfila en el estadio de Maracaná

El atleta paralímpico José Manuel Ruiz Reyes, lleva la bandera de la delegación de España. BRV

Todas las delegaciones entraban en el estadio con una pieza de puzzle donde estaba inscrito el nombre del país, que al colocarlo en el suelo, iban formando un tapiz gigantesco. Brasil llegaba con la última pieza del puzzle para cerrar ese mosaico: un gigantesco corazón que une a todos los deportistas que van a participar en estos Juegos Paralímpicos. Un corazón que late al ritmo del deporte y de la vida con el lema "Un corazón no conoce límites".

Los discursos de los dirigentes

Tras estos artísticos latidos llegaban los actos más protocolarios. En primer lugar el discurso del Carlos Arthur Nuzman, presidente del Comité Organizador Río 2016 quien dijo "Hoy todos somos cariocas". El dirigente añadió "que celebramos un gran desafío, construir un mundo más justo para todos, donde todos puedan ir de la mano sin obstáculos". El público dio un sonoro abucheo cuando Nuzman habló del esfuerzo de todos los gobiernos brasileños para hacer posible estos Juegos Paralímpicos.

Después tomó la palabra el Presidente del Comité Paralímpico Internacional, Philip Craven, quien comenzó hablando en portugués y dando la bienvenida a todos a la 'ciudade maravilhosa'. "Estos Juegos Paralímpicos servirán para que esas limitaciones no sean un freno. Los atletas os asombrarán pero sobre todo os cambiarán para siempre". Los pitos volvieron a oirse cuando el dirigente paralímpico anunció al presidente Temer para que declarara inaugurados los Juegos Paralímpicos.

Una visión futurista del deporte

Aparecía después un ojo gigantesco en el centro del estadio, un ojo que iluminaba todo el rectángulo y que nos invita a experimentar con otros sentidos. Un gran espectáculo de luz y colorido que rompía con la primera parte de la ceremonia y viraba hacia toques futuristas. Un caleidoscopio cobraba protagonismo en el tapiz central a través de una perfecta y cuidada coreografía.

Y el escenario se volvió de repente un campo de fútbol, o una cancha de baloncesto, o cualquiera de las múltiples disciplinas deportivas que van a formar parte de los Juegos acompañados por los pictogramas de los diferentes deportes. Más adelante una coreografía hecha con unos paneles forma los tres aros paralímpicos del Movimiento Paralímpico Internacional, lema gráfico de estos Juegos.

Y la bandera paralímpica entraba en el estadio llevada por unos padres y sus hijos, miembros del proyecto "Bota del Mundo" para preceder al himno paralímpico y a los juramentos de los atletas, árbitros y entrenadores.

Amy Purdy, una bailarina, se encontraba con un robot articulado que la desafiaba a realizar movimientos complicados, circunstancia que Amy conseguía solventar con soltura. La conexión entre el hombre y la tecnología era total, un baile realizado en perfecta fusión y sincronía.

La bailarina Amy Purdy baila con un robot

La tecnología y el ser humano se dan la mano HB

Y se acercaba el momento cumbre, como es la llegada de la antorcha paralímpica cuyo último relevista fue el nadador Clodoaldo Silva y el cielo de Río lloraba de emoción para acompañar el encendido del pebetero olímpico que estaba situado en los alto de unas escaleras que el deportista paralímpico sorteó subiendo a través de una rampa. La lluvia ponía más dificultades en el intento pero no hay nada imposible cuando existe la determinación y las ganas de superar todas las barreras.