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Ciclismo | Vuelta a España 2012

Los Lagos de Covadonga, testigos indirectos de la debacle de Indurain

  • El campeón navarro echó el pie a tierra al pie de uno de los templos de la Vuelta
  • El regreso a la ronda española de Indurain significó el final de su carrera
  • Todo el archivo de la Vuelta ciclista a España en RTVE.es

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Vuelta 1996: Indurain abandona

"Nada, eliminado". Así de dolorosamente sencillas fueron las palabras del mejor ciclista español de todos los tiempos antes de echar el pie al suelo para no volver a subirse a una bicicleta, aquel fatídico 20 de septiembre de 1996, cuando la Vuelta a España enfilaba el camino de los míticos Lagos de Covadonga. [Todo el archivo de la Vuelta ciclista a España en RTVE.es]

Uno de los templos del ciclismo nacional fue el testigo directo del desplome del gran Miguel Indurain. Tras un año irregular, derrotado por primera vez en el Tour de Francia tras subirse cinco veces consecutivas a lo más alto del podio de París, y con la brillante medalla de oro en contrarreloj en los Juegos de Atlanta en su cuello, el navarro, casi obligado, cerró su temporada y su carrera deportiva en la Vuelta a España.

Su histórico lunar volvió a atragantársele. Cinco veces ganador del Tour de Francia y dos del Giro de Italia, 'Miguelón' nunca logró inscribir en su currículum la gran vuelta por etapas de su país, en la que fijó su techo en la edición de 1991, cuando terminó segundo por detrás de Melchor Mauri. Aquel año comenzó su idilio con el Tour y no volvió a la Vuelta hasta, precisamente, 1996.

Su larga ausencia coincidió con su etapa dorada, lo que disparó la expectación por su regreso entre los seguidores de la Vuelta. Sin embargo, la opinión mayoritaria ya apuntaba que Indurain no llegaba, ni mucho menos, en su mejor momento. Su ocaso en el Tour predijo el abrupto final de su carrera, que empezó a decidirse en el hotel de Banesto al pie de la subida a los Lagos, en Cangas de Onís.

El comienzo del fin

Desde allí, junto a su director Miguel Ángel Echávarri, Indurain acabó la etapa contemplando por televisión la batalla entre Jalabert y Zulle por conquistar Covadonga. Tranquilo y consciente de lo que acababa de ocurrir, Indurain culpó a un proceso vírico que le impedía ir como el "quería". Más tarde, el ciclista navarro atendería a TVE en riguroso directo.

En aquella entrevista Indurain explicó con su habitual naturalidad que sus problemas respiratorios podían ser los culpables de su debacle: "Sí, puede ser que el catarro sea la causa de mi mala forma. No es muy grave, pero tampoco me permite rendir al máximo". El ciclista, que se bajó en Cangas, ya se había quedado en la subida al puerto previo, el Fito, y había comenzado a masticar su retirada.

Este 2 de septiembre, domingo, casi dieciséis años después de aquella tarde, la Vuelta volverá a subir uno de sus puertos más tradicionales, los Lagos de Covadonga, a los que llegará el pelotón tras una etapa de 186,5 kilómetros que nace en La Robla y en la que se esperará con interés la actuación del mejor ciclista español del momento,  Alberto Contador. El pinteño también está de regreso a la Vuelta a España, una carrera que ganó en su única participación hasta ahora, en 2008, y a la que ha regresado para empezar a limpiar su nombre tras cumplir castigo por dopaje.