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Fútbol | Pep Guardiola

Guardiola, el sello inconfundible del Barcelona

  • El técnico que supo recoger y mejorar el estilo del 'Dream Team' azulgrana
  • Guardiola forjó una trayectoria de leyenda en cuatro años con el Barcelona

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La exitosa trayectoria de Guardiola al frente del Barça

Nadie podrá negar que Pep Guardiola marcó una época en sus cuatro años como entrenador del FC Barcelona. Ninguno de los 48 entrenadores de la historia del FC Barcelona anteriores a Guardiola ganó tanto en tan poco tiempo y ninguno en la era moderna, salvo Johan Cruyff, impuso un estilo tan preciso y profundo en el equipo.El técnico catalán iniciará, a partir de julio de 2013, una nueva etapa en el Bayern de Múnich.

Pretendido por los grandes clubes continentales y por más de una selección nacional de campanillas, Guardiola se tomó un año sabático desde que abandonara el FC Barcelona, en el pasado mes de junio. Siete meses después llegó el anunció de su compromiso con el Bayern de Múnich, en el que Pep dejará, sin duda, su impronta en los tres años que durará su contrato.

Del 'Dream al Pep Team'

El "Pep Team" llegó a superar incluso a aquel mágico "Dream Team" del técnico holandés, de quien Guardiola se reconoce como discípulo. Incansable trabajador y obsesivo estudioso del fútbol, el "Noi de Santpedor" recibió las influencias y padrinazgo de Johan Cruyff, Juanma Lillo y Marcelo Bielsa, hasta llegar a la cima del éxito en su profesión, en la que fue considerado en dos ocasiones como mejor entrenador del mundo.

En estos cuatro años, Guardiola recompuso y mejoró la obra que inició Cruyff. Heredó de Rijkaard una magnífica plantilla a la que supo dar su propia forma y de la que eliminó componentes discordantes.

El entrenador catalán construyó su plantilla en torno a Xavi, Iniesta, Puyol o Messi, que ganaron enteros con él; mejoró esquemas con las llegadas de jugadores como Abidal, Alves o Villa; se deshizo de quienes no dieron resultado, casos de Chygrynski, el gran fiasco, o Bojan, la eterna promesa; y retiró a aquellos con personalidad demasiado conflictiva, como Ibrahimovic, el más sonoro enfrentamiento.

Unos comienzos difíciles

Pero los inicios no fueron fáciles para Pep Guardiola, que empezó al frente del filial zulgrana en Tercera División, en la temporada 2007- 2008. El ascenso de categoría no pasó desapercibido para los directivos del club, que decidieron que Guardiola tomará las riendas de la primera plantilla, en sustitución de Frank Rijkaard.

Decisión arriesgada y de la que muchos desconfiaron al comienzo de la campaña 2008- 2009. Máxime cuando su primer partido de Liga acabó en derrota contra el Numancia y el siguiente, su debut en el Camp Nou, acabó en empate contra el Racing.

La sangre no llegó al río y Guardiola reaccionó rápido. Su equipo enlazó 21 triunfos consecutivos y comenzó la vertiginosa escalada hacia el Olimpo del fútbol, con sus seis títulos en la primera temporada.

Liga, Copa del Rey, Liga de Campeones, Supercopa de Europa, Supercopa de España y Mundial de Clubes... ninguna competición parecía ser suficientemente complicada para Guardiola y su equipo, que ha pasado a ser en este tiempo santo y seña del barcelonismo.

Fútbol de calidad

A lo largo de estos años la fórmula fue tan simple como la del trabajo incansable del técnico, que perdió pelo y peso al ritmo que ganaba cada uno de sus 14 títulos. Con los ingredientes de la motivación al jugador, de la que Pep es un maestro, la humildad, la solidaridad, el perfeccionismo en la táctica, la innovación en el juego y la confianza en la cantera.

Elementos fáciles de enumerar, pero de sacrificada ejecución y delicada combinación. Conservó nueve hombres de aquel equipo que ganó el Mundial de Clubes de su primera temporada y mejoró su rendimiento, al tiempo que potenció sus virtudes.

La llegada de Alexis y Cesc Fábregas amplió opciones para la creación y la ofensiva por los extremos. Con la posesión y toque de balón contínuos por bandera, el Barça de Guardiola convirtió en arte la permuta de posiciones, el juego entre líneas y la apertura de pasillos imposibles entre la zaga contraria.

A ello añadió también su última receta táctica, como es la defensa de tres con posesión de balón. Además de todo ello, el técnico fomentó como ningún otro entrenador la inclusión de nuevos valores como Cuenca, Thiago, Fontás o Tello... Así hasta sumar 22 jugadores de la cantera que debutaron con Guardiola.

Cuatro temporadas son una eternidad en el mundo del fútbol, aunque en realidad es un corto periodo de tiempo. En este plazo, Guardiola supo asociar para siempre su nombre al de un equipo y una forma de hacer fútbol, inconfundibles.