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El Real Madrid aún no sabe a nada

  • Empate a uno en el verdadero debut de Ronaldo y Benzema en casa, con gol de Raúl
  • El saudí Al Ittihad deja en evidencia las asignaturas pendientes del equipo de Pellegrini
  • La máquina blanca no encandiló a los apenas 20.000 aficionados que fueron al Bernabéu

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Cristiano Ronaldo, de rodillas en el césped en una acción ante el Al Ittihad.
Cristiano Ronaldo, de rodillas en el césped en una acción ante el Al Ittihad.

Inodoro, incoloro e insípido. El Real Madrid fue como el agua en su estreno en el Santiago Bernabéu, pero nada refrescante. El estreno del Real Madrid, nuevo pero aún incompleto, deparó un pobre espectáculo que no logró avivar a la afición que se dejó caer por Chamartín con el pretexto de ver a su equipo en el primer partido de la 'Peace Cup'. Más bien vio lo de otras veces, un equipo con capacidad de golpeo, pero aún a medio gas, y que, a falta de rodaje, tira de su elemento básico, el capitán Raúl [Así fue el partido].

Resulta paradójico que para ver a Cristiano Ronaldo jalear un 'Hala, Madrid', dar cuatro toques y repartir otros tantos besos se llenara el Bernabéu y que apenas se llegara a 20.000 para verle jugar noventa minutos con el resto de sus compañeros. De momento, la 'Peace Cup', vendida como la Champions League del verano, no tiene tirón, y en la parte meramente deportiva, tampoco ha tenido jugo.

Y eso que la ilusión se prendía en el ambiente cuando el portugués aceleraba el ritmo, amagaba pedaladas de sus habituales bicicletas y trazaba diagonales; pero el equipo de Pellegrini siguió padeciendo los mismos defectos que en el partido ante el Shamrock Rovers en Irlanda: exceso poblacional en el centro y falta de conexión con sus estrellas ofensivas, que se buscaba tapar con exceso de revoluciones.

Pese a ello, tanto Ronaldo, como Benzema y Raúl -siempre Raúl- se buscaron bien la vida con incursiones, desmarques y remates. Puestos a destilar sensaciones, el joven delantero francés tiene cualidades para hacer olvidar el hueco de la llegada no cumplida de Villa.

En pretemporada, da gusto ver el esfuerzo de jugadores como Sneijder, Robben o Drenthe, como si fueran meritorios de una superproducción, por convencer al entrenador de que merecen un papel en el grupo. Su esfuerzo subraya, además, las ausencias y las carencias de un equipo que necesita ferozmente la presencia de un centrocampista creador y de un catalizador -Guti lo demostró con cuatro gotas y Kaká lo mostrará a chorros-.

El entrenador también se aplica lo suyo. Manuel Pellegrini movió la pizarra para sacar a CR9 volcado a la izquierda y a Sneijder, a la derecha, buscando diagonales, en una combinación que no se vería con tanta probabilidad si el rival no fuera un equipo saudí, claramente inferior, que cayó por 3-1 frente a la Liga de Quito, el próximo rival del Real Madrid el martes.

Granero, profeta en su tierra

Dos jugadores fueron celebrados en especial: Raúl, el más motivado de todos, como si fuera su primera temporada; y un canterano en todos los sentidos, Esteban Granero, que fue recibido con una ovación; el hijo pródigo, el jugador de casa que siente los colores, comprometido con el club y que juega en un puesto que necesita el equipo.

Sin ocasiones dignas de tal nombre acabó la primera parte. En la segunda, el equipo entró mucho más enchufado, presionando en el campo árabe y moviendo el balón, hasta que una combinación de la que se presume dupla titular, Benzema y Raúl, acabó con un buen gol a la media vuelta de éste.

Poco duró la alegría. A los nueve minutos, los saudíes empataron con un gol al menos tan bueno como el primero, un remate de cabeza impecable de Aboucherouane tras una falta lateral. Gol a balón parado en el Bernabéu, tampoco una novedad.

Pellegrini optó por cambiar el ritmo y sentó a Ronaldo Benzema y Gago para poner en juego a Higuaín, Robben y Guti. Y se notó el cambio, pero en especial cuando debutó Granero en su nueva etapa madridista, que casi pone en pie a su entusiasmada afición cuando enganchó un disparo que acabó rebotando en el larguero. 

También pudo marcar el Al Ittihad, por dos veces en sendos mano a mano con Dudek, pero la cosa no fue a mayores. Como el partido en general.