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El alemán Bert Grabsch, nuevo campeón del mundo de contrarreloj

  • Levi Leipheimer, gran favorito, cedió incluso el bronce ante su paisano David Zabriskie
  • Los españoles quedaron lejos, con Iván Gutiérrez en el puesto 16º y Rubén Plaza en el 32º

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Bert Grabsch, campeón del Mundo de contrarreloj

El alemán Bert Grabsch se ha impuesto en el Campeonato del Mundo de contrarreloj, celebrado en Varese (Italia), sobre un circuito de 43,7 kilómetros, con un tiempo de 52.01 minutos a una media de 50,4 kilómetros por hora.

El canadiense Svein Tuft, a 43 segundos del ganador, consiguió la medalla de plata y el estadounidense David Zabriskie fue bronce a 52 segundos de Grabsch.

Grabsch, de 33 años y campeón de Alemania de contrarreloj este año y el pasado, dio la sorpresa en una prueba donde el principal favorito, Levi Leipheimer, no pudo subirse al podio a pesar de la ausencia por cansancio del suizo Fabian Cancellara, que se llevó el oro en los Juegos de Pekín.

El estadounidense, bronce en contrarreloj en los Juegos Olímpicos de Pekín y ganador de las dos contrarrelojes de la última edición de la Vuelta a España, cedió la medalla de bronce en esta ocasión en favor de su compatriota Zabriskie.

Los españoles se quedaron lejos de los puestos de privilegio, con Iván Gutiérrez en el puesto 16º, a 1:54 del ganador y Rubén Plaza en el 32º lugar, a 3:29 de la medalla de oro. Plaza salió en quinto lugar, por lo que pagó caro el no tener referencias del resto.

Carrera abierta por la ausencia de los grandes favoritos

La prueba era propicia a que saltaran las sorpresas. Sin Cancellara sobre el circuito de Varese, un recorrido de 43,7 kilómetros en la Lombardía italiana, permitió que se reivindicasen algunos corredores que no entraban ni en las apuestas de los más  optimistas.

Fue el caso de Grabsch, un veterano corredor que alcanzó la gloria con un tiempo extraterrestre. 52:01fue la marca que estableció en la línea de meta, rodando casi a 50 kilómetros por hora y destrozando por más de un minuto al gran favorito Levi Leipheimer.

Hasta que el ciclista del Astana, flamante subcampeón de la Vuelta a España, completó el recorrido, Grabsch se consumía en nervios. No podía imaginar que después de la gran prueba se fuese a quedar sin el premio gordo justo al final.

Pero no las tenía todas consigo. Antes de que Leipheimer llegase a meta, también estaba en liza el sueco Gustav Larsson, nuevo fichaje del Caisse d'Epargne, que fue plata en Pekín. Y es que el final explosivo de Leipheimer -que le arrebató el bronce en los Juegos a Contador por ocho segundos- se convirtió en agua de borrajas.

Se desinfló el americano y Larsson, algo mejor en la tercera referencia (32,5 kilómetros), firmó el mismo tiempo al final. Sólo 42 centésimas por debajo de Levi. Ahí, Grabsch soltó todo el aire que llevaba dentro y Tuft, la gran sorpresa, no podía imaginar que estuviese tan cerca del cielo.

El tercer lugar del cajón no fue para Leipheimer, pero a éste se subió su compatriota David Zabriskie, que ya sabía lo que era colgarse un metal tras su plata en Salzburgo (Austria) en 2006. Con un buen tiempo en el segundo punto de control (22:25), el de Salt Lake City culminó con un final sensacional que le valió una presea. 

Los españoles, muy lejos del éxito

Por su parte, los dos españoles en esta prueba, Rubén Plaza e Iván Gutiérrez, se quedaron muy lejos de los puestos de honor. Ambos desaprovecharon una oportunidad única de alzarse, o al menos quedarse, cerca del podio, tal y como demostró el desenlace.

Con Leipheimer fuera del podio y la renuncia del campeón Cancellara, todo era posible. Sin  embargo, Plaza, perjudicado por su orden de salida, acabó a casi tres minutos y medio de Grabsch, enterrando prácticamente sus opciones en el primer punto de control.

Por su parte, Gutiérrez mejoró la actuación de su compañero y selló el 16ºmejor crono. Sus tiempos fueron más cercanos a los del 'top ten', pero los últimos 13 kilómetros pesaron en las piernas del cántabro.

Así, España centra ahora todas sus miradas a la prueba en ruta del domingo donde las esperanzas se personifican en Alejandro Valverde y Óscar Freire, que tiene la posibilidad de alcanzar su cuarta corona  Mundial, si es que el 'Grillo' Bettini lo permite.