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Muchas incertidumbres rodean la celebración el próximo domingo del referéndum en Grecia, en el que los ciudadanos deben decidir si aceptan o no las últimas exigencias marcadas por sus acreedores para seguir prestando dinero al país. Las dudas comienzan por la propia legitimidad de la consulta -sobre la que se pronuncia este viernes el más alto tribunal del país-, siguen por el resultado que puede esperarse y finalizan por las consecuencias que pueden derivarse si ganan el 'sí' o el 'no'.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, estaría dispuesto a aceptar el grueso de las exigencias planteadas por los acreedores en su última oferta -publicada el domingo pasado-, que une la propuesta de reformas presentada el viernes con la posibilidad de reestructurar la deuda griega. Así se desprende del contenido de la carta enviada el martes por el líder griego a las instituciones -Comisión Europea, BCE y FMI- y que el Eurogrupo volverá a analizar con detenimiento este miércoles. Así, en la modificación del IVA, se aceptaría la última propuesta de las instituciones con la única condición de mantener el descuento del 30% que se aplica actualmente en las islas. Respecto a las pensiones, convertido en el gran escollo de las negociaciones, Tsipras transige con las exigencias, pero pide que el atraso de la edad de jubilación empiece a elevarse gradualmente a partir del próximo octubre -en lugar de inmediatamente, como pedía la antigua troika- y se complete en 2022 (al principio, Atenas proponía 2025).

  • En su carta a las instituciones, solicita que sean la base de un nuevo rescate
  • La propuesta aceptada incluiría la posibilidad de reestructurar la deuda
  • A cambio, el Gobierno griego podría pedir un voto favorable en el referéndum
  • Berlín ya avisa que un nuevo programa tendría otras condiciones
  • Merkel insiste en que no se negociará nada hasta pasado el referéndum

Los principales acreedores de Grecia, con más de 140.000 millones de euros, son los países de la eurozona, a través del Fondo Europeo de rescate. Por países, Alemania, seguida de Francia e Italia son los  que más han aportado al fondo de rescate heleno. 

No hay plazo de gracia para Grecia. En este escenario de impago los analistas barajan varias hipótesis. Una de ellas es que ese impago provoque a corto plazo la retirada de la liquidez de emergencia del BCE. 

El pueblo griego debe votar que sí a las propuestas de las instituciones acreedoras para enviar el mensaje de que quieren seguir en Europa. Así ha resumido este lunes el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la encrucijada abierta en Grecia por la convocatoria por parte del Gobierno de Alexis Tsipras de un referéndum sobre la última oferta de la propia Comisión, el BCE y el FMI. Juncker ha señalado a los griegos que "no hay que suicidarse porque se tenga miedo a la muerte".

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha señalado este lunes que no va a hacer ninguna propuesta a Grecia porque sobre la mesa ya están "todos los elementos para un acuerdo integral", con lo que -a su juicio- "podríamos haber acordado de forma sencilla el sábado".

  • Los Tratados de la UE no contemplan que un país pueda abandonar el euro
  • El impago de las deudas griegas, momento clave para decidir si se queda
  • Si el BCE corta la liquidez a la banca helena podría forzar la salida de la zona
  • Las consecuencias inmediatas en Grecia serían dramáticas para la población
  • La eurozona se debilitaría al esfumarse una de sus bases: la irreversibilidad