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  • El nuevo ministro de Finanzas heleno dice que llegará este martes o miércoles
  • Será la última presentada antes del referéndum "con mejoras", dice Atenas
  • Dijsselbloem espera que Grecia pida de forma "inminente" un tercer rescate
  • Juncker avisa que la solución no puede pactarse "de la noche a la mañana"

Las dos próximas semanas vuelven a ser clave para Grecia y la zona euro. La permanencia del país en la unión monetaria y las reformas que podría acometer son dos de los asuntos que marcarán la agenda de los socios europeos. Nueva cumbre europea y cuenta atrás para Grecia y los acreedores internacionales, sobre la mesa reformas a cambio de más ayuda. Los expertos creen necesarias reformas estructurales que afectan al funcionamiento de los mercados porque muchos sectores en Grecia no tienen apenas competencia, funcionan de forma oligopolística. Instan a reducir el déficit público, con cambios estructurales para crecer y obtener recaudación y devolver la deuda que debe a los acreedores. En Grecia, una mayoría de los ciudadanos aboga por la permanencia en la unión monetaria. Las encuestas dicen que entre el 70 y el 75% de los griegos quieren seguir en el euro, pero no a cualquier precio. La nueva fecha límite, el 20 de julio, cuando Grecia deberá pagar casi 3.500 millones de euros en vencimientos de deuda al BCE, que es ahora mismo quien evita la asfixia financiera del país. 

El primer ministro griego Alexis Tsipras afronta la recta final de una negociación que puede marcar el futuro de su país. Pese a su soledad, sabe que cuenta todavía con algunas bazas. El principal, el rotundo respaldo que le otorgaron los griegos en el referéndum del domingo. Un 61% de los votantes rechazaron la última propuesta de los acreedores y, aunque ello no otorgue un salvoconducto, tampoco puede ser ignorado por el resto de socios. El primer ministro griego, además, acude a Bruselas con el mandato de las principales fuerzas políticas de su país, todos salvo neonazis y comunistas, para intentar cerrar cuanto antes un acuerdo con los acreedores. Tsipras volverá a insistir en la necesidad de reestructurar la deuda griega e incluso de proceder a una nueva quita. Llevará bajo el brazo el informe emitido por el Fondo Monetario Internacional, la semana pasada, en similares términos. El último as en la manga de los negociadores griegos es el miedo a lo desconocido. La zona euro está mucho mejor pertrechada que en 2010 para afrontar un Grexit pero nadie puede asegurar que todo seguiría igual.

Una cara nueva, la de Euclides Tsakalotos. Es el recién estrenado ministro de Finanzas heleno, el sustito de Yanis Varufakis, el que presenta al Eurogrupo la última hoja de ruta de Alexis Tsipras para esquivar la quiebra de Grecia. Tsakalotos, mucho más discreto que su predecesor, nació en Holanda hace 55 años en el seno de una rica familia: de ahí el apodo de "aristócrata rojo". Formado en Reino Unido, estudió en Oxford, y llegó a Grecia en los 90. Forma parte del núcleo de Syriza desde sus inicios y se le ubica en el ala más a la izquierda. Ahora el nuevo ministro griego, de nombre Euclides como el matemático que sentó las bases de la geometría, deberá confirmar si la recta es o no la distancia más corta entre dos puntos.

Europa retoma las negociaciones en busca de una solución. Se celebra una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, y una reunión del Eurogrupo. La apuesta porque Grecia siga en el euro es unánime. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha afirmado ante el Parlamento Europeo que está en contra de la salida de Grecia de la moneda única.

  • El presidente de la Comisión Europea descarta una solución inmediata
  • El primer ministro francés advierte que esa cuestión no debe ser "tabú"
  • El ministro de Finanzas alemán: ese alivio "no es posible", según las normas
  • De Guindos cree que la reestructuración no es lo más urgente

Con una nueva cumbre europea en el plano político, en el financiero Grecia afrontará en cuestión de 15 días el pago de casi 6.500 millones en vencimientos de deuda. Los dos primeros son letras del tesoro de 2.000 y 1.000 millones de euros respectivamente. El pago depende de los bancos griegos, los únicos compradores de deuda del país y por tanto, de la ayuda de liquidez de emergencia que les provee el Banco Central Europeo. El impago en ambos casos sí se considería un 'default'. Aunque es el 20 de julio la fecha cumbre: Grecia debe afrontar dos pagos de casi 3.500 millones en total al BCE. Si no los hace efectivos,las agencias de calificación crediticia no las consideran como impago pero podría hacer peligrar la línea de asistencia de Fráncfort de la que tanto dependen los bancos griegos.

La victoria del 'no' deja a  Grecia  en una encrucijada económica más difícil aún que la que tenía. Ya está en situación de mora con el FMI y ahora necesita más de 6.800 millones de euros para distintos vencimientos en este mes. Los economistas destacan la urgencia de un tercer rescate, una opción que ha descartado Alemania. La prioridad, para los ciudadanos, es que el Gobierno pague a los pensionistas y a los proveedores, a los que debe 7.000 millones de euros. La mayoría quiere que el país siga en el euro, pero creen que a corto plazo, la economía de los hogares no va a mejorar. Algunos expertos creen que Grecia debería poner en marcha un nuevo programa de reformas que la UE debería supervisar de cerca, para evitar que descarrille como los anteriores. La Eurozona se mantiene en vilo. Algunos hacen ya cuentas de lo que puede costar la salida de Grecia del euro. Según el Royal Bank of Scotland el impacto económico de un 'Grexit' se acercaría a los 250.000 millones de euros. 

Los vecinos de Kolonak, un barrio de clase alta de Atenas, no veían con buenos ojos las noticias de los periódicos griegos con el triunfo del 'no'. El paisaje y el cambio de ánimo era distinto en los barrios donde se ven las cicatrices de la crisis. Los bancos helenos siguen cerrados salvo para los pensionistas que no tienen tarjeta y en los cajeros se pueden seguir sacando 60 euros al día, como establecen las medidas de control de capitales.

  • Syriza se siente reforzada por el rechazo de la propuesta de los acreedores
  • Berlín se muestra reticente a negociar con Atenas tras el resultado
  • París y Roma piden retomar las conversaciones
  • El BCE debe decidir si mantiene a flote a los bancos griegos
  • Gane el 'sí' o el 'no' en la consulta, el país estará en una situación complicada
  • Los acreedores y las autoridades griegas difieren en lo que está en juego
  • La UE insiste en que se decide la permanencia del país en la eurozona
  • Atenas asegura que se vota sobre la continuidad de la austeridad
  • Las consecuencias de ambos resultados pueden ser múltiples

La situación crítica que atraviesa Grecia es el foco de atención no sólo de la eurozona sino de muchas otras potencias que, por sus intereses económicos y políticos, se verían afectadas por una hipotética salida del país heleno del euro. Es el caso de China que ha realizado importantes inversiones sobre todo en el puerto de El Pireo.