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La sentencia de un tribunal egipcio que el lunes condenó a penas de siete y diez años de cárcel a varios periodistas, tanto nacionales como extranjeros, ha provocado una protesta internacional.

Estados Unidos, uno de los principales donantes económicos de Egipto, instó a su presidente, Abdelfatah al Sisi, a que proteja la libertad de expresión e indulte a los tres periodistas de Al Yazira que permanecen en prisión: el australiano Peter Greste, el canadiense de origen egipcio Mohamed Fahmy y el egipcio Baher Mohamed. Otras quince personas, trabajadores de la cadena catarí y de otros medios, fueron juzgadas en ausencia.

Los padres del australiano Peter Greste, residentes en Brisbane, siguieron el veredicto por televisión y posteriormente dijeron estar devastados. El Gobierno australiano, el canadiense y la propia ONU han protestado también por la sentencia. 

El Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decidirá este lunes si el juez Ismael Moreno continúa investigando la causa abierta contra varios dirigentes chinos por el genocidio del Tíbet o si se archiva en aplicación de la reforma de la justicia universal aprobada el pasado mes de marzo. El debate sobre esta causa fue aplazado en la última reunión del Pleno, convocado el pasado 6 de junio, por la complejidad del caso. 

En su reunión de este lunes, la Sala de lo Penal también analizará el futuro de la causa abierta por la muerte, en noviembre de 2010, del español  Babi Hamdai Buyema, durante el desalojo del  Campamento de la Dignidad  en el Sáhara Occidental, y la excarcelación de varios narcotraficantes egipcios apresados en aguas internacionales.