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Hoy Italia estrena medidas mucho más duras contra el coronavirus: el país amanece prácticamente en régimen de aislamiento, no solo en la zona norte, y se convierte en el primer país del mundo en declarar todo su territorio como zona protegida contra el covid-19. El país transalpino restringe de manera drástica los movimientos de sus 60 millones de habitantes, cambiando el estilo de vida y las costumbres. No está permitido salir de donde se vive a no ser que haya un motivo justificado de necesidad, trabajo o salud. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte apelaba a la responsabilidad de cada uno para cumplir las normas: "La decisión justa es quedarse en casa, el futuro de Italia está en nuestras manos". Preocupa especialmente la población mayor en un país especialmente longevo y que no colapsen los hospitales con los cuidados intensivos casi saturados. El coronavirus deja allí casi 8.000 contagiados y 463 muertos. Italia dice adiós -al menos hasta el 3 de abril- al ocio, la vida social, cultura, deportiva, académica o religiosa en grupo. Sin cines, teatros, museos, estaciones de esquí o gimnasios. También se han suspendio todas las competiciones incluida la seria A de fútbol. El día a día se vive con normalidad, dentro de lo que cabe. Las tiendas y los supermercados están abiertas, funciona el transporte público y también los restaurantes y bares (hasta las 6 de la tarde) eso sí: siempre respetando siempre el metro de distancia entre las personas. Lo cuenta Sagrario Ruiz de Apodaca, corresponsal en Roma de RNE.

Javier Padilla, médico y autor del libro "¿A quién vamos a dejar morir?" (editado por Capitán Swing), ha pedido en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso que ante la crisis del coronavirus "no se banalice ni se llegue a un alarmismo más allá de lo clínicamente razonable", pero ha advertido del riesgo real de colapso del sistema sanitario, ya que "no es lo mismo atender dos mil casos en tres día que en tres semanas". Padilla, experto en sanidad pública, ha pedido que esta crisis sirva para cambiar el modelo sanitario que, en su opinión, "debería ir acompañado por un fortalecimiento de la atención primaria". Además, ha explicado que "tenemos que ser conscientes de que esto es gestión de la incertidumbre" y, por tanto, las medias que se vayan tomando pueden ir variando en cuestión de días o incluso horas.

China lleva dos días seguidos registrando menos de 50 nuevos casos diarios, pero el Gobierno no se plantea aún levantar las medidas de aislamiento para seguir trabajando en prevención y evitar así nuevos repuntes. El 10 de marzo se cierran en Wuhan 14 hospitales temporales donde se ha atendido a 12.000 pacientes con neumonía pero con síntomas leves. ya no son necesarios porque se han liberado 10.000 camas.

La competición de fútbol italiana se queda en suspenso por el coronavirus. El decreto del gobierno sobre la limitación de movimientos en el norte del país afecta al deporte. El ministro Vicenzo Espadafora y la asociación de futbolistas no quieren que se juegue; tampoco la Federación, pero la Liga sí. Además, están en el aire las competiciones europeas, con el Valencia- Atalanta del martes, el Inter-Getafe del jueves e incluso el Juventus- Lyon, para el día 17. Algo similar ocurre con el baloncesto. En el resto del mundo, la lista de pruebas deportivas afectadas por la expansión del coronavirus no deja de crecer. Ecuador celebró a puerta cerrada su triunfo sobre Japón en Copa Davis y sin contacto entre tenistas y recogepelotas.

El Gran Premio de Bahreín de Fórmula 1 se disputará también a puerta cerrada. Y la confederación asiática de fútbol ha aplazado hasta octubre los partidos de clasificación de la zona para el Mundial 2022. El ciclismo por su parte está muy afectado, aunque la París-Niza sí ha comenzado este domingo entre excepcionales medidas para prevenir los contagios.