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El cielo que cubre el Vaticano, al que todo el mundo ha mirado un par de veces a lo largo de la mañana del jueves, mantiene la expectación de curiosos, fieles religiosos y turistas. La vista se posa en la chimenea, aquella que mostrará al mundo si hay un nuevo papa o, por el contrario, será necesario esperar hasta la próxima votación del cónclave.

Hay quien ya tiene preparada la reacción para un humo blanco que, de momento, no llega. "No 'habemus papa'", se lamenta uno de los turistas entrevistados. "Aunque somos muy afortunados, porque llevamos 20 minutos acá y hemos visto la fumata negra", destaca. Algunos volverán para la próxima fumata pero, para otros, esa oportunidad se les ha escapado. Toca seguir mirando al cielo Vaticano hasta que el humo ofrezca una respuesta.

El nombre que elija el nuevo papa dará muchas pistas de por dónde puede ir su pontificado. Jorge Bergoglio quiso llamarse Francisco por san Francisco de Asís, para no olvidarse de los pobres. Juan Pablo I eligió su nombre uniendo a sus dos antecesores que pusieron en marcha el Concilio Vaticano II, el papa Juan XXIII que lo convocó y el papa Pablo VI que lo clausuró. Los más frecuentes, en la historia de la Iglesia, han sido Juan, Gregorio y Benedicto. Aunque a lo largo de la historia los papas no siempre los papas cambiaron de nombre.

Unas 11.000 personas se han congregado en la plaza de San Pedro del Vaticano y su entorno para ver la segunda fumata del cónclave para elegir un nuevo papa, que salió de nuevo negra. Tras esta segunda fumata, los cardenales volverán a reunirse dos veces por la tarde.

Foto: EFE/EPA/ANGELO CARCONI

Comenzamos el segundo día de cónclave para elegir al nuevo papa. En la edición especial de 'Las Mañanas de RNE' desde Roma, charlamos con Diego Alonso Lasheras, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas. "Lo espiritual es muy político y lo político es muy espiritual [...] Ciertas maneras de expresar lo espiritual en lo político del papa Francisco ha podido no gustar en muchos sitios, sobre todo en Occidente". Lasheras considera que Francisco no era "un peronista al uso" y que la división que ha podido crear se atribuiría más a su carácter, y no tanto a una ideología política. "Ha sido sorprendente, muchas veces hablaba sin haber preparado un discurso muy formal".

El profesor de Relaciones Internacionales destaca que la geopolítica es muy importante incluso en la iglesia. "El centro de gravedad de la Iglesia católica se lleva desplazando fuera de Europa unos cuantos decenios", asegura. Subraya que Francisco ha nombrado a más cardenales no europeos. "Tenemos miembros del Colegio Cardenalicio que representan a la Iglesia de Mongolia, teniendo un peso estratégico mínimo [...] Ha privilegiado poner el foco en realidades periféricas".

El Vaticano está blindado de arriba a abajo para albergar el cónclave. En Santa Marta, solo pueden observarse las ventanas cerradas a cal y canto de las habitaciones de cada cardenal elector. Se les han asignado por sorteo, y allí sufrirán los desvelos que implica elegir al mejor de todos ellos.

Los cardenales solo se han dejado ver un momento al salir de la misa pro eligendo Pontifice. Allí hablaban por última vez con personas ajenas al cónclave. Por la salida del Perugino, sacerdotes, monjas y otros invitados abandonaban el Vaticano tras el Extra omnes. Extramuros seguirán atentamente el resultado de las votaciones.

Sin embargo, no son solo muros y piedras lo que separa a los cardenales electores del resto del mundo: también está la tecnología, con inhibidores encargados de anular cualquier señal de los equipos de transmisión, incluidos los de los periodistas.

A las 21.00 horas, la chimenea del Vaticano ha mostrado la fumata negra, lo que supone que no hay acuerdo entre los cardenales en esta primera jornada del cónclave para escoger al próximo papa. La fumata ha sido tardía, porque las puertas de la Capilla Sixtina se ha cerrado a las 17.45 horas.

En la plaza de San Pedro, los fieles, que no han querido perderse el resultado, han reaccionado a la fumata negra entre gritos.

Con el inicio del cónclave, miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro dirigen sus miradas hacia la chimenea más famosa del mundo a la espera de una fumata blanca que dictamine la elección de un nuevo papa.

Sin embargo, desde hace semanas algunas personas focalizan su atención en los conocidos mercados de predicciones, unas plataformas que actúan de manera parecida a las bolsas de valores, pero que en vez de comerciar con acciones mercantiles lo hacen con acciones sobre eventos futuros.

Desde la muerte del papa Francisco, estos mercados ya han movilizado 35 millones de dólares en una sola apuesta: ¿quién será el nuevo pontífice? A pesar de tratarse de meras especulaciones, sus adeptos tienen la certeza de que son más fiables que las encuestas. Precisamente, anticiparon la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, hecho que hizo aumentar desmedidamente su popularidad.

Los seis cardenales españoles presentes en el cónclave han prestado juramento ante el Evangelio. Estos son Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid; Juan José Omella, arzobispo de Barcelona; José Cobo, arzobispo de Madrid; Ángel Fernández Artime, religioso salesiano; Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, y François-Xavier Bustillo, obispo de Ajaccio (Córcega).

Los cardenales del cónclave entonan el Veni Creator (Ven, Espíritu creador), que invoca la presencia del Espíritu Santo. Se trata de la última oración que se hace antes de que los cardenales presenten juramento, por orden de precedencia.

Josep Solé es el catalán organista titular de San Pedro. Su música ha sonado ante millones de personas en los dos últimos funerales papales, el de Benedicto XVI y el de Francisco, y se ha escuchado durante la procesión de los cardenales desde la basílica de San Pedro hasta la Capilla Sixtina antes de encerrarse para elegir al nuevo pontífice.

IMAGEN: EFE/EPA/VATICAN MEDIA

El Colegio Pontificio Español de Roma sirve como residencia para sacerdotes españoles que están estudiando en la ciudad, es una residencia de estudiantes. Aunque tiene un espacio reservado en caso de que algún sacerdote, un obispo o en este caso un cardenal, tenga que venir a Roma y lo necesite para quedarse. En el Programa Especial de RNE sobre el cónclave que elegirá al nuevo papa, Javier Malo, administrador del Colegio Pontificio, explica que "el movimiento durante todo el año es habitual, pero en estos días se ha intensificado multiplicado por 100". Añade que cuando fue el funeral del Papa "han venido casi 30 obispos con algunos sacerdotes para asistir al funeral, hemos tenido también aquí a varios cardenales residiendo desde que murió el Papa Francisco, prácticamente hasta ayer que que se fueron a Santa Marta". Informa Isabel Jiménez, enviada especial a el Vaticano.

Todos los miembros partícipes en el cónclave deben firmar un documento donde juran no desvelar nada de lo que ocurra en el interior de la Capilla Sixtina. Si ocurre, se sanciona con la excomunión automática. Sin embargo, siempre se filtran detalles o conversaciones que permiten conocer que en los últimos cónclaves ha habido muchas sorpresas.

En los últimos años, nadie pensaba que en 1978, Juan Pablo II fuese a ser nombrado papa debida su juventud. Sin embargo, las tornas cambiaron y el enrocamiento de algunos electores dio pie a un papado de 27 años. A su muerte, los cardenales decidieron que el próximo sería de transición. Y así lo fue. Ratzinger, de 77 años duró ocho años como mandatario de la Santa Sede en un cónclave donde empezó a sonar el nombre de un desconocido Bergoglio, por aquel entonces.