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Fede Cardelús y el sociólogo Daniel Rodríguez ponen el foco en el informe FOESSA de Cáritas que analiza los datos de exclusión social en España, fijándose en la pobreza, la desigualdad, la vivienda y el empleo. Apunta, por ejemplo, que 4,3 millones de personas en España se encuentran en exclusión social severa, y 1 de cada 3 de ellos son menores.

En España, en 2024 se registró una media diaria de 34.000 personas mayores de 18 años alojadas en centros de atención a personas sin hogar, según el Instituto Nacional de Estadística. Las organizaciones sociales elevan la cifra a 40.000 si se cuenta a quienes no acuden a centros de acogida.

Las causas son múltiples: pérdida de empleo, 63%, problemas de acceso a una vivienda asequible, rupturas familiares, procesos migratorios y, con frecuencia, el 70%, problemas de salud mental o adicciones que actúan como factores agravantes.

El perfil es mayoritariamente masculino (82%), si bien la cifra de mujeres va en aumento. La edad media ronda los 47 años.

El Estado y las entidades sociales disponen de recursos: albergues, comedores, pisos de emergencia y el recién aprobado marco de la Estrategia Nacional 2023-2030 para combatir el sinhogarismo, además de servicios municipales y ONG como Cáritas y organizaciones sectoriales que realizan atención social y sanitaria.

A pesar de estas cifras, España, con el 0,06% de su población, se sitúa por debajo de la media europea de personas sin hogar, con el 0,1% en el conjunto de la Unión Europea.

Según el último informe de la Federación Europea de Asociaciones que Trabajan con Personas sin Hogar, el número de personas en situación de sinhogarismo aumentó un 43,8% en el último año, pasando de 890.000 a más de 1,2 millones en 2024.

Foto: Getty Images

La Comisión Europea ha mejorado sus previsiones para la eurozona y para España, cuyo PIB crecerá un 2,9 por ciento este año, más del doble que el conjunto de los países que comparten divisa. España, sin embargo, se sitúa a la cola del paro dentro de la Unión Europea, ya que la tasa no bajará del 10 por ciento.

El Gobierno también tiene previsto presentar su propio cuadro macroeconómico, en el que por primera vez incluirá metas para reducir la desigualdad y la pobreza. Actualmnte, una de cada cuatro personas viven en España en riesgo de pobreza.

Foto: GETTY IMAGES

Hablamos con nuestra compañera Isabel Jiménez sobre el último informe Foessa de exclusión social. Hay dos aspectos importantes: la falta de políticas del Estado para evitar el mal y la vivienda como gran elemento empobrecedor.

La clase media se estrecha. Según el último informe de Cáritas, cada vez más familias caen a niveles económicos más bajos. "Lo que antes era mucho más fácil como pagar la vivienda, como llegar a final de mes, como tener incluso un ocio, cada día es un poquito más complicado", explica el secretario técnico de la Fundación FOESSA de Cáritas, Raúl Flores.

Entre las razones, destacan la precariedad laboral y el acceso a la vivienda, a la que las familias deben destinar cada vez más recursos.

La pobreza se agudiza en España, según Caritas. En 17 años, la exclusión severa aumentó un 52% y afecta ya a más de cuatro millones de personas. Además, el colchón familiar se deteriora. "Tienen cada vez menos capital social, menos personas a las que acudir, menos personas que les puedan echar una mano", explica Flores.

FOTO: GETTY IMAGES

España pasa por un proceso de desfragmentación social: la clase media se contrae y muchas familias pasan a estratos inferiores; además, la precariedad del empleo o la crisis de la vivienda son causas de esta situación, según datos del informe IX FOESSA de Cáritas. Solo en 2024 la exclusión severa se sitúa un 52% por encima de 2007. El estudio advierte de la "brecha generacional que se está llevando por delante un pacto social" y como algo llamativo, la inmensa mayoría de las personas son españolas. Informa Isabel Jiménez, periodista del área de Sociedad de RNE.

Manuel Arias Alvarado, voluntario de Cáritas que trabaja con personas en situación de exclusión, asegura en 'Mediodía en RNE': "Pido ayudas porque, si no, me hubiera sido imposible, económicamente dependo un poco de protección de menores y porque yo trabajo". Manuel quedó bajo acogida de sus tíos desde que era pequeño y ahora cuida de sus hermanos: "He tenido la suerte de acoger a mis hermanos en una residencia escolar, entonces no dependen de mí y esa es una ayuda para que yo pueda estudiar y además socializar un poco". Como voluntario cuenta que gracias a entrar en Cáritas la gente puede "evadirse de sus problemas y también ayudar a los demás, entonces es algo genial".

Independizarse se está convirtiendo en un sueño irreal para muchas personas. Los precios del alquiler están por las nubes, pero al mismo ritmo que crecen, aumenta el patrimonio de los grandes tenedores. Un pez que se muerde la cola ante el que Jaime Palomera, doctor en Antropología Económica y codirector del Instituto de Investigación Urbana, propone vías de salida: "Por ejemplo, impedir que la vivienda funcione como un activo de inversión. En tan solo una década, el número de individuos con más de diez pisos ha aumentado un 20 por ciento, mientras que cada vez hay más gente que no logra tener ni una sola casa. ¿Esto cómo lo frenamos? Pues como hizo Singapur hace años: a la persona que está haciendo acaparar casas con la expectativa de subir precios, un impuesto más alto. Y, a la persona que ahora mismo no puede acceder a una casa, bajarle los impuestos para que se pueda construir un futuro. Porque la actual situación atenta contra la igualdad de oportunidades, atenta contra los derechos más básicos".

Jóvenes y mayores de todas las edades, con la única posibilidad de alquilar o de compartir piso, se ven sumidos en un callejón sin salida ante la falta de ofertas económicas de calidad. "En el Monopoly de la vida real", añade Palomera, "lo que está pasando es que a los jugadores que ya tienen muchas casas, cada vez que pasan por la casilla de salida, le damos muchísimo dinero para que compren más… Y al resto de jugadores, cuando pasan por esa casilla, les toca pagar… Esta es la realidad de la gente joven y no tan joven que no tiene casa".

FOTO: Informe Semanal

Argentina renueva este domingo el Congreso en unas elecciones legislativas trascendentales. Javier Milei quiere controlar las cámaras para impulsar su política ultraliberal. El presidente presume de haber bajado los índices de pobreza, pero muchas familias siguen dependiendo de los comedores sociales para llenar el estómago.

Ocho de cada diez personas en España creen que viven en un país profundamente desigual, que tener trabajo ya no garantiza una vida digna. Uno de los factores que influyen en esta percepción es el tema de la vivienda, además opinan que el acceso a la salud mental o a la educación superior depende, cada vez más, del nivel de renta. Esto es lo que revela el último informe de Oxfam Intermón sobre desigualdad, pobreza y concentración de la riqueza que se titula "Vivir la desigualdad", su autor Ernesto García López ha explicado que "hay una fuerte percepción de desigualdades": "Un 30% de las personas encuestadas tienen dificultades y se llaman vivienda y bajos ingresos", afirma. Solo el Solo el 14,4% de los españoles ve posible comprar una vivienda en el futuro, García subraya que hay un "desafío" de país enorme. Destaca que las personas que más están sufriendo estas desigualdades son "las mujeres, los jóvenes, las personas racializadas y los hogares de bajos ingresos", por tanto, "la desigualdad sí entiende de clases". Lo que plantean desde Oxfam es que "haya una política integral, una de acuerdo", concluye.

La radiografía de la pobreza en España, según el informe de las entidades que luchan por combatirla, dice que en España hay 12,5 millones de ciudadanos que están en riesgo de pobreza. En total son unos 200.000 menos que el año pasado. Esa reducción sin embargo no se nota si hablamos de personas que viven en pobreza severa, que son ocho de cada 100, lo que suponen algo más de cuatro millones de personas.

¿Y cuántos niños se ven afectados por esta situación? Pues el informe refleja que la pobreza infantil roza el 30 por ciento y esto se traduce, por ejemplo, en no poder tener gafas cuando las necesitan. FOTO: GETTY / RACHEL ANNIE BELL

España mantiene desde hace décadas tasas elevadas y persistentes de pobreza y exclusión social. Un problema estructural que ni el crecimiento económico ni las políticas actuales han logrado corregir y así lo refleja la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. Carlos Susías, presidente de esta plataforma, ha explicado en Las mañanas de RNE con Juan Ramón Lucas que en su nuevo informe 'El Estado de la Pobreza', han analizado varios indicadores a nivel autonómico y nacional y también en comparación con el resto de países de la Unión Europea, y España no sale bien parada. "Es verdad que han mejorado los datos macroeconómicos con carácter general, pero no está llegando a las personas vulnerables", ha afirmado. Además, ha remarcado las diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas, ya que el territorio constituye un factor clave de desigualdad en nuestro país, con datos que empeoran de norte a sur. Por otra parte, ha explicado que "la vivienda y la baja calidad del empleo son los dos principales problemas que tenemos ahora en España". Respecto al primero de ellos, la subida de los alquileres ha agravado la pobreza y la desigualdad, siendo Madrid, Baleares y Canarias las regiones más afectadas por este problema.