Una empresa alemana ha querido aprovechar el espectacular robo en el Louvre para hacer caja. Los ladrones usaron una de sus escaleras para salir de forma silenciosa y la compañía lo ha convertido en una campaña de marketing al destacar, en tono de humor, lo silenciosas y efectivas que son.
"El humor siempre es mucho más memorable en publicidad, y en el caso de la viralidad, es más fácil que reproduzcas un contenido que te haya hecho gracia o que te ha parecido ingenioso o simpático", explica a TVE la profesora en la EAE Business School. Además, los impactos publicitarios que se generan son poco intrusivos, ya que no pretenden vender, sino fijar la imagen de marca.
También lo usó el exfutbolista y empresario Gerard Piqué cuando se dejó ver con el coche al que hacía alusión su expareja Shakira. Lo mismo ocurrió con una aerolínea cuando Brad Pitt y Angelina Jolie se separaron, que lanzó ofertas de vuelos a Los Ángeles, lugar de residencia de la pareja. Y lo hizo bajo el reclamo: "Brad está soltero".