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El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, es uno de los cuatro cardenales españoles que tendrán derecho a voto en el cónclave para elegir al sucesor de Francisco. Nombrado por Francisco en 2017, Omella asegura a TVE que acude al encuentro que se celebra este miércoles entre los cardenales "con los ojos abiertos, los oídos y el corazón" y "con la libreta y la página en blanco". De cara a la elección del nuevo papa, afirma que una de las cosas que hay que plantear es "qué desafíos tiene en estos momentos tanto la Iglesia como la sociedad" y dice que no se trata "tanto si es progresista o si es retrógrado, sino si es fiel al Evangelio".

Foto: Lorena Sopêna / Europa Press

Francisco siempre defendió la "Iglesia de las periferias". Utilizaba esa expresión para destacar el trabajo de los católicos en lugares lejanos y pobres, alejados de la jerarquía, y eso se refleja en la Villa 21, un barrio a las afueras de Buenos Aires. Allí hay una pequeña parroquia en la que muchos de sus fieles conocieron al entonces padre Bergoglio.

Hugo, que toca en el coro, vino de Paraguay hace ya unas cuantas décadas. Le acompañamos a su casa para que nos enseñe el álbum familiar, donde guarda como un tesoro el momento en que Francisco le confirmó. Asegura que el papa era callado, simpático y muy humilde.

Foto: Tomas Cuesta/Getty Images

Austen Ivereigh, biógrafo del papa Francisco, ha hablado con TVE en Roma. El autor de los libros "El gran reformador" y "Pastor herido" recuerda al papa como "una persona excepcional".

Empezaron a trabajar juntos cuando Ivereigh le propuso hacer un libro que abordase el "cómo podíamos salir mejor de la pandemia". A partir de ese momento se empezó a tejer una "relación tierna", según la describe el escritor.

Uno de los mayores recuerdos que Ivereigh tiene del pontífice es "su empeño misionero en todos los contextos". La última vez que lo visitó en Roma "tenía una bronquitis fuerte", recuerda. "Al irme de su apartamento, tuve la sensación de que iba a ser la última vez que le iba a ver". Ahora se despide de él en el Vaticano.

Bajo un sol de abril que parece de julio, una gran multitud espera en largas colas para ver por última vez al papa Francisco, para despedirse de él y para agradecerle la gran transformación de la Iglesia realizada durante su papado. Colas de feligreses que anhelan disfrutar de unos minutos de silencio junto a Francisco una vez que lleguen a la basílica de San Pedro. Algunos están dispuestos a esperar todo el día, si fuera necesario, otros se resguardan del calor bajo un paraguas, y todos coinciden en que el instante que estén en la capilla, no lo olvidarán en toda su vida.

Desde el inicio de la mañana, numerosos religiosos se han despedido del papa Francisco en la plaza de Santa Marta. En el interior de la capilla, los cardenales han acompañado al cuerpo del pontífice hasta el inicio de su traslado a San Pedro. A continuación, han entrado los "sediarios", laicos romanos que se encargan desde hace siglos de esta tarea. Primero, han usado ruedas y, después, han cargado el féretro a hombros. Los fieles han estallado en aplausos al paso de la comitiva. Ya en la basílica, han depositado el cuerpo ante el altar de confesión, en el suelo.

Raúl Berzosa es un pintor español que recibió un e-mail del Vaticano para un proyecto sobre el papa Francisco: "La sorpresa fue bastante grande. Que se pongan en contacto contigo desde el Vaticano... Aunque sea para pedirte imágenes, no encargos, eso es que te tienen echado el ojo", señala. En 2013, justo cuando Francisco se convirtió en papa, le pidieron fotos de su fresco de Santa Teresa de Jesús, que se encuentra en la Iglesia del Santo Ángel, ubicada en Sevilla. En 2016, le llegó su primer encargo: hacer un retrato del papa Francisco. La obra, titulada Francisco, se creó para la casa sacerdotal San Juan de Ávila, en Almería.

Una de las preocupaciones del papa Francisco fueron las finanzas del Vaticano. Después de varios escándalos tomó medidas para prevenir actividades ilegales como el lavado de dinero y reforzó los controles de las cuentas. Por otro lado, impuso recortes, entre ellos, bajadas de salarios, a los que se opuso parte de la curia romana.

Siguiendo el camino de su predecesor, Francisco quiso sanear las cuentas vaticanas y ordenó que un tribunal laico juzgara escándalos financieros anteriores. Pidió auditorías internas en el Banco Vaticano y cerró más de cinco mil cuentas sospechosas. Un año después de ser nombrado papa, en 2014, creó la Secretaría para la Economía, un órgano de coordinación y control de las finanzas.

Juan Antonio Guerrero, quien fue prefecto de la Secretaría para la Economía del Vaticano, comenta que estas medidas iban dirigidas a tener "una mayor transparencia y para tener visibilidad". Añade que "cuando se tiene visibilidad baja bastante la corrupción".

El Vaticano tiene un déficit de más de 80 millones de euros y la previsión es que aumente debido a la caída de las donaciones. La recaudación por el jubileo de este año es imprescindible.

En Ucrania, los esfuerzos diplomáticos languidecen y la guerra no se detiene. Este miércoles han muerto al menos nueve personas en un ataque ruso a un autobús. Mientras, en Londres, se esperaba un encuentro entre Estados Unidos y sus aliados europeos, en busca de un alto el fuego. Pero a última hora, el secretario de Estado estadounidense ha cancelado el viaje. La abrupta retirada de Marco Rubio llega con Washington en plena presión sobre Ucrania y a Rusia.

Se abre un nuevo frente entre los socios del Gobierno. El Ministerio del Interior ha formalizado un contrato de compra de armas a Israel que se comprometió a cancelar, más de 6,6 millones de euros en munición. Sumar exige dar marcha atrás e Izquierda Unida va más allá y abre la puerta a salir del Gobierno.

Fuentes del Ministerio del Interior dicen que la Abogacía del Estado les desaconsejó anularlo porque la tramitación ya estaba muy avanzada y que, si lo cancelaban, tendrían que pagar igualmente, aunque sin recibir nada.

Cientos de religiosos, diplomáticos y curiosos se han despedido este miércoles del papa Francisco en una misa de réquiem en la basílica del Santo Sepulcro, localizada en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Según ha informado la actual corresponsal de RTVE en Jerusalén, Almudena Ariza, allí han acudido a rendir tributo no solo los cristianos católicos de Tierra Santa, sino también ortodoxos y protestantes. El papa, incluso dos días antes de su muerte, mantuvo el hábito de llamar a la única parroquia católica que existe en la Franja de Gaza, la Sagrada Familia, a fin de hablar con hermanas religiosas y el vicario, a quienes preguntaba por los niños de Gaza y sobre si tenían suficiente comida.

Con la muerte del papa Francisco, el Gobierno italiano ha activado un megaoperativo de seguridad para controlar la llegada masiva de fieles, y ha delegado en Protección Civil la gestión de las operaciones de emergencia y la logística. Las medidas comenzaron a aplicarse desde este lunes, tan solo unas horas después del fallecimiento del pontífice, cuando algunas calles cercanas al Vaticano se cerraron por precaución.

Francotiradores, escuadrones anitbomba, grupos caninos o, incluso, bomberos estrenados para diferentes amenazas nucleares o químicas, son algunas de las unidades que conforman el amplio operativo de seguridad, que también está enfocado en la llegada de jefes de Estado de varios países del mundo.