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El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha asegurado este lunes que el FBI ha conseguido acceder al teléfono iPhone utilizado por el autor del tiroteo en la localidad californiana de San Bernardino, en el que murieron 14 personas. Los agentes federales han desbloqueado el aparato sin la ayuda de Apple, que hasta ahora se había negado a colaborar con las autoridades, con lo que se pone fin al conflicto entre la compañía y el Gobierno de EE.UU.

El anuncio pone fin a un duro pulso entre el Gobierno y Apple que arrancó cuando una magistrada federal ordenó a mediados de febrero a la empresa a ayudar al FBI a acceder a los datos del móvil de Syed Farook, que murió tras el tiroteo del pasado diciembre por disparos de la policía. Sin embargo, Apple se negó a atender a las peticiones del Ejecutivo tras aducir que al hacerlo pondría en peligro la seguridad de todos sus teléfonos y comenzó la batalla legal.

La batalla entre las autoridades federales de Estados Unidos y las empresas tecnológicas en torno a la creación de un acceso a dispositivos encriptados, conocido como puerta trasera (back door), se ha desatado definitivamente con la decisión del gigante tecnológico Apple, que se ha negado a desbloquear el teléfono móvil de uno de los autores del tiroteo de San Bernardino, en el que murieron 14 personas, lo que representa el inicio de lo que promete ser un largo y tenso pulso judicial. Una jueza federal, Sheri Pym, había ordenado este martes a Apple que ayudará a la Oficina Federal de Investigación (FBI) a desbloquear y acceder al teléfono móvil usado por Syed Rizwan Farook, que murió por disparos de la policía junto con su esposa, Tashfeen Malik, después de que ambos atacasen a sus compañeros de trabajo en San Bernardino.

Es el primer accesorio inteligente de la compañía, tiene el foco en temas de salud y deportivos, como medir el ritmo cardiaco, decirnos si hacemos suficiente ejercicio o las calorías que consumimos.