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La han diseñado investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid. Lo han hecho observando cómo funcionan las neuronas de los seres vivos. Esta nariz se utiliza ya para detectar uno de los primeros síntomas del Alzheimer, la pérdida de olfato. Pero tiene otras utilidades.

Eso es lo que les pasa a algunas personas que han sufrido daño cerebral por un golpe en la cabeza o un ictus. Los casos conocidos son pocos y ni siquiera hay un diagnóstico claro. Por eso, para poder describir el trastorno, están realizando un estudio en el Centro Estatal de Daño Cerebral Adquirido.

El cirujano, fisiólogo, embriólogo y anatomista alemán Caspar Friedrich Wolff nació en Berlín el 18 de enero de 1733. Hijo de un sastre, comenzó sus estudios de medicina en el Colegio Médico-Quirúrgico de Berlín.

En 1755 se matriculó en la Universidad de Halle, donde se graduó y obtuvo su doctorado, a los 25 años, con su famosa tesis 'Teoría de la generación'. En ella recuperaba la teoría de la Epigénesis defendida por Aristóteles y Harvey que sostiene que un individuo se desarrolla a partir de un zigoto o huevo fecundado.

En 1761, durante la Guerra de los Siete años, Wolff fue llamado a filas como médico militar del ejército prusiano. Fue en esta época cuando inició sus investigaciones anatómicas.

El Hospital Puerta de Hierro de Madrid será el primero en España que realizará un ensayo clínico con lesionados medulares utilizando sólo unas determinadas células madre llamadas estroma. Se extraen de la médula del paciente, se seleccionan y se inyectan en la zona dañada. La técnica se ha probado ya con animales, que lograron levantarse sobre sus patas.