Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Eslovenia y Croacia celebran hoy 30 años de independencia. Su secesión, en 1991, fue el detonante de la guerra de los Balcanes y la desaparición de la antigua Yugoslavia. Ambas han conseguido estabilidad política, han democratizado sus instituciones y se han integrado en la Unión Europea. Se han convertido en el modelo para el resto de repúblicas del antiguo pais comunista, donde siguen pesando los odios étnicos y el victimismo histórico, que lastran su evolución como repasamos en este reportaje de Aurora Moreno.

Las autoridades de Reino Unido han anunciado este jueves que Baleares pasa a ser incluido en su 'lista verde' de viajes de riesgo por la COVID-19, una modificación que entrará en vigor el próximo 30 de junio.

El Gobierno británico ha decidido tener en cuenta las especificidades regionales de las islas Baleares, que pasan a la 'lista verde' mientras el resto de las comunidades españolas se mantienen en la lista 'ámbar'.

Foto: Reuters

En Italia, un chico de 17 años ha pedido amparo legal para vacunarse, porque sus padres no le dan la autorización. En el país se ha abierto un debate, sobre si la vacunación es una cuestión de salud pública, o un asunto familiar.

Foto: EFE/Alberto Valdés.

La mayoría de jefes de Estado y de Gobierno han hecho un frente común este jueves contra la polémica ley del húngaro Viktor Orbán que prohíbe hablar de homosexualidad en los colegios y en los medios de comunicación, en la primera jornada de la cumbre europea en la que el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, fue el más tajante: "Hungría ya no tiene cabida en la UE", ha dicho.

En una rotunda intervención antes de la cumbre, Rutte ha afirmado que Hungría "debe derogar" su controvertida ley y respetar los derechos humanos fundamentales consagrados en el artículo 2 del Tratado de la UE "que no son negociables, o debe irse".

En la cumbre europea presencial en Bruselas se tratará, desde el rechazo mayoritario a la legislación húngara sobre la difusión de información LGTBI, hasta las relaciones con Rusia, pasando por las negociaciones del pacto europeo de Migración y Asilo. El gobierno húngaro se escuda ahora en que no se trata de ir en contra del colectivo LGTBI, sino de proteger a los niños. Alemania ha sido una de las impulsoras de una propuesta para invitar a Rusia a una de las cumbres. El gobierno de Macron también apoya esa propuesta y parece que quiere sentarse en la mesa con Putin. La Comisión quiere una política migratoria basada en España e Italia, Bruselas se vuelve a plantear sacar la cartera para contener los flujos migratorios en Turquía y los líderes hoy han condenado la instrumentalización de los migrantes.

Con los corresponsales de Radio Nacional en Bruselas, María Carou; en Berlín, Gabriel Herrero; en París, Paco Forjas; en Roma, Jordi Barcia; y en Moscú, Erika Reija.

Mallorca, Menorca e Ibiza podrán recibir turistas de todo Reino Unido a partir del 30 de junio. Las autoridades británicas consideran las islas un "destino seguro", ya que la incidencia británica dobla la balear. Se podrá viajar sin necesidad de hacer cuarentena al regresar, aunque se requerirá un test al entrar al país y otro estando ya allí. En la mesa del gobierno de Boris Johnson, que las personas con vacunación completa puedan viajar, lo que podría beneficiar a más del 60% de la población británica tiene la pauta completa. Informa la corresponsal en Londres, Sara Alonso.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha rechazado las críticas a la ley húngara rechazada por la mayoría de líderes de la UE, por la discriminación contra la comunidad LGTBI y aseguró que es un "defensor" de los derechos de los homosexuales.

"No tenemos ese tipo de ley (contra los homosexuales). Tenemos una ley sobre la defensa de los derechos de los niños y los padres", aseguró Orbán a su llegada al Consejo Europeo en Bruselas. "Soy un defensor de los derechos. Fui un luchador de la libertad contra el régimen comunista, la homosexualidad estaba castigada y combatí por las libertades y los derechos y estoy defendiendo los derechos de los homosexuales",  ha asegurado

En una carta enviada la víspera a la ministra de Justicia de Hungría, los comisarios europeos de Justicia, Didier Reynders, y de Mercado Interior, Thierry Breton, dijeron que Bruselas "no dudaría en tomar medidas de acuerdo con sus poderes en virtud del Tratado" si la ley obtenía la aprobación final.

Tres décadas después, dos de los países nacidos de la desintegración de Yugoslavia forman parte de la Unión Europea: Eslovenia, que incluso la presidirá el próximo semestre. Y Croacia, el último miembro en sumarse a la Unión. En 1991, Vukovar sufrió las primeras carnicerías de la cadena de guerras que se prolongaron casi una década en la antigua Yugoslavia. Un asedio de tres meses por parte del ejército yugoslavo y milicias serbias, un éxodo forzado y la primera matanza multitudinaria, antes de Srebrenica. El primer episodio de limpieza étnica en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

Yugoslavia, la unión de los eslavos del sur, existió mientras existió Tito, quien falleció en 1980. Pero tras su muerte salen a relucir las tensiones internas entre los estados federados. También las dificultades económicas, el temor general a la prepotencia de Belgrado y, lo que es peor, el nacionalismo. Especialmente el nacionalismo serbio, fomentado por Slobodan Milosevic. Su prepotencia y sus afanes de dominio crearon una enorme inquietud en Croacia y Eslovenia.

En abril de 1990 los eslovenos celebraron las primeras elecciones libres, al margen de Belgrado. Medio año después se votó por la independencia: un 88% de los ciudadanos dijeron sí a la secesión, y otro tanto ocurrió con los vecinos croatas. El 25 de junio ambas repúblicas se declararon independientes. Pero había una diferencia fundamental entre ellas: Eslovenia, con dos millones de habitantes, era una república prácticamente homogénea, es decir, con pocos ciudadanos de otras repúblicas, mientras que en Croacia, con cuatro millones, tenía, según el censo de entonces, un 12% de serbios dentro sus fronteras. El Ejército yugoslavo, que era el brazo armado de Milosevic, no podía permitir esos movimientos separatistas y actuó: primero en Eslovenia, donde la guerra duró 10 días y luego en Croacia. Allí los enfrentamientos fueron mucho más crueles y se produjeron matanzas y destrucciones masivas. Hay que subrayar que eslovenos y croatas contaron con unos padrinos de excepción: el canciller Helmut Kohl y su ministro de Exteriores, Hans Dietrich Genscher. La ya reunificada República Federal reconoció a Eslovenia y Croacia como estados independientes el 23 de diciembre de ese 1991. La Unión Europea, pocas semanas después, el 15 de enero de 1992.

Para hablar de la declaración de independencia de Eslovenia nos acompañan Carlos González Villa, politólogo, profesor de la Universidad de Castilla - La Mancha, y Juan Fernández Elorriaga, veterano corresponsal de la agencia Efe en Yugoslavia, premio Cirilo Rodríguez de Periodismo Internacional, y fue director del Instituto Cervantes de Belgrado. González Villa asegura que en Croacia el partido comunista fue más conservador a la hora de movilizar la cuestión étnica, pero sí lo hicieron serbios y eslovenos. "Hay otro tipo de nacionalismo, el esloveno, de un barniz más progresita entre comillas, que abogaba por la descentralización, los derechos humanos, pero al mismo tiempo insolidario con respecto a las demás Repúblicas, mucho más pobres", ha dicho. Y añade que la guerra no era inevitable por que en el año 96, cuando terminaron los conflictos, las propuestas de paz eran las mismas que en el 91. Fernández Elorriaga asegura que hay nostalgia de la antigua Yugoslavia, pero que se va desvaneciendo. "Tito lo copaba todo. Pero ahora ya en Serbia empieza a volver a vivirse bien, a remontar. Si no estalla un follón serio en Kosovo, Serbia se va a recuperar", dice. Porque ese es, según explica, el resquicio que queda para que vuelva a surgir un conflicto.

Toni Mrlak, piloto esloveno en el ejército yugoslavo, fue derribado por sus propios paisanos en los primeros combates de la guerra, hace ahora treinta años. Las fuerzas territoriales de Eslovenia atacaron su aeronave, a pesar de que Mrlak planeaba abandonar las filas de Yugoslavia y unirse a la causa eslovena. Tres décadas después de su muerte, la familia del piloto relata a RNE cómo siguen trabajando para restituir su memoria, que aún es incómoda para Liubliana.

Un reportaje de Santiago Echevarría