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La crisis de Ucrania será uno de los principales asuntos que se abordarán en la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se inaguraba este viernes y marcará la agenda de este fin de semana. El mensaje de Múnich es claro: la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, le pide a Moscú que entable un "diálogo serio y empiece a dar pasos de desescalada". Entre los asistentes a esta conferencia de seguridad encontramos a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que ha insistido en que una agresión militar a Ucrania tendría graves consecuencias para Rusia. Harris ha hecho referencia al paquete de sanciones financieras y controles de exportación.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aboga por trabajar por la independencia energética de Europa, para que no dependa tanto de Rusia.

InformaBeatriz Domínguez, corresponsal en Alemania

Si el objetivo del Kremlin es tener menos fuerzas de la OTAN en sus fronteras, está obteniendo lo contrario, ha dicho el secretario general de la Alianza. El canciller alemán propone tanta diplomacia como sea posible, pero sin caer en la inocencia. Según la presidenta de la Comisión Europea, los acontecimientos de estos días pueden cambiar todo el orden internacional. Von der Leyen cree que Rusia y China prefieren aplicar la ley del más fuerte, antes que el derecho. Por su parte, el Ministro de Exteriores de China, que ha intervenido por videoconferencia, ha dicho que hay que completar los acuerdos de Minsk, que prevén reconocer la autonomía de Donetsk y Lugansk.

Foto: El canciller alemán, Olaf Scholz, junto a la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris (Sven Hoppe/POOL/AFP)

Después de la retirada de tropas de Afganistán, Ucrania es la primera gran crisis internacional para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Washington está ganando protagonismo como líder de la OTAN, pero si estalla la guerra es incierto cómo afectará al liderazgo de Biden.

En cuanto a la economía, Estados Unidos ya está exportando en barcos a Europa más gas licuado que nunca, para sustituir al gas ruso y crece también la exportación de armas. A Ucrania le están enviando toneladas de ayuda militar.

FOTO: REUTERS/Kevin Lamarque

Estados Unidos sigue manteniendo que Rusia invadirá Ucrania en los próximos días. Lo ha dicho el presidente Joe Biden, que ha insistido en que las fuerzas rusas en la frontera siguen reforzándose y adoptando posiciones de combate. Así lo ha reiterado el secretario de estado, Antony Blinken, ante elConsejo de Seguridad de la ONU, que se ha reunido hoy para analizar el riesgo en la región del Donbás. También ha advertido de que el reconocimiento de la independencia de Lugansk y Donetsk violaría los acuerdos de Minsk y tendría graves consecuencias. Ha propuesto a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, una reunión la próxima semana, así como preparar una cumbre de los líderes. Asimismo, ha emplazado a Rusia a que se comprometa públicamente a que no va a haber una invasión. Por su parte, el viceministro de exteriores ruso, Sergei Ryabkov, en su intervención ante el Consejo, ha acusado a Estados Unidos de ser quien está propiciando una guerra y ha dicho que Rusia está retirando algunas tropas de la frontera.

Informa Fran Sevilla, corresponsal en Washington

La tensión internacional se mantiene alrededor de Ucrania. Las autoridades rusas continúan anunciando la retirada de unidades militares de la frontera, pero Occidente contiene la euforiaEstados Unidos desmiente ferozmente la desescalada y asegura que Moscú, lejos de espantar los vientos de guerra, ha enviado un nuevo refuerzo de 7.000 soldados a la frontera con Ucrania en la última semana. Este incremento de los cálculos sobre el contingente militar ruso concentrado alrededor de Ucrania justificaría, según Estados Unidos, que Rusia pudiera atacar al país vecino “en cualquier momento”.

Al mismo tiempo, las milicias separatistas prorrusas de las regiones de Donetsk y Lugansk han anunciado ataques con artillería pesada del Ejército ucraniano a sus posiciones en cuatro ocasiones en las últimas 24 horas. Kiev lo niega y, en cambio, acusa a los separatistas de lanzar una ofensiva con proyectiles contra un centro infantil. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha calificado lo ocurrido de"provocación".