Estados Unidos se prepara para rendir homenaje a las casi 3.000 víctimas mortales de los atentados del 11-S, el mayor ataque terrorista en la historia del país, y ha empezado con un minuto de silencio en la Bolsa de Nueva York. La ciudad que más vidas perdió cuando los terroristas estrellaron dos aviones contra las Torres Gemelas, en pleno corazón financiero de Manhattan.
Foto: Minuto de silencio en la Bolsa de Nueva York (REUTERS/Brendan McDermid)
Manny Gómez es consultor en seguridad, experto en terrorismo, pero hace 20 años formaba parte del FBI el día que derribaron las Torres Gemelas. "Recuerdo que era un martes normal, entonces escuché que un avión se estrelló contra una torre", explica Gómez al informativo 24 horas de Radio Nacional de España, "Todo el mundo trataba de ayudar, de sacar a la gente... pensábamos que era un accidente hasta que impactó el segundo avión". El exagente del FBI dice que las agencias de inteligencia estadounidenses aprendieron de aquel día que debían trabajar unidas para parar este tipo de ataques y que "guardar la información no le servía de nada a nadie: "En 12 horas pudimos descubrir todo, pero lo triste es que lo debimos hacer antes. De haber conectado antes todos los puntos, quizás podríamos haber salvado vidas". Gómez cree que la retirada de Afganistán supondrá un problema para el país ya que evacuaron a más de cien mil personas "sin saber quiénes eran" y si tenían vinculación con alguna organización terrorista: "No es cuestión de si habrá un ataque, sino de dónde y cuándo lo habrá. Nueva York es el objetivo número uno de los terroristas".
Los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos cambiaron el mundo, pero ¿qué cambió? Afganistán es la zona donde nace Al Qaeda, el grupo terrorista autor de los atentados. El 11S supuso un cambio radical en las relaciones de EE.UU. con Oriente Próximo, aunque contaba con los apoyos de Israel y Arabia Saudí. En Rusia, el cambio de estrategia exterior estadounidense significó que la guerra contra el terrorismo se pusiera en primer lugar y la guerra Washington-Moscú quedara a un lado. En Europa, destaca el papel de la OTAN tras los atentados. Además, los ataques supusieron un cambio en la seguridad interior de la Unión Europea. En el Reino Unido, se produjeron cientos de detenciones tras el 11S y también el país fue objetivo posterior de los terroristas. Alemania tuvo conexión directa con los atentados porque varios de los terroristas estudiaron en el país. Francia, por su parte, fue el primero en mostrar su solidaridad y apoyo a la administración Bush, pero luego las relaciones se truncaron por la guerra de Irak.
Con los corresponsales de Radio Nacional en Jerusalén, María Gámez; en Bruselas, María Carou; en Moscú, Erika Reija; en Londres, Sara Alonso; en Berlín, Gabriel Herrero; y en París, Antonio Delgado.
William Rodríguez tenía previsto librar el 11 de septiembre de 2001, pero su jefe insistió en que acudiera a trabajar. Él aceptó, aunque llegó 30 minutos más tarde de lo habitual. Rodríguez limpiaba cada día escalera a escalera los 110 pisos de la torre norte del World Trade Center. A las 8:46 de la mañana del martes 11 de septiembre del 2001, Rodríguez estaba en el sótano cuando los terroristas estrellaron el vuelo 11 de American Airlines contra el piso 93 de la torre norte. Aquel retraso fue determinante en su vida.
Así fueron los preparativos para el 11-S. Diecinueve secuestradores. Cinco comandos, aunque uno nunca llegó a actuar. El plan original tenía 11 objetivos, pero el propio Osama Bin Laden lo consideró poco factible y se redujo a cinco.
La idea era de este hombre: el kuwaití Jalid Sheij Mohammed, encarcelado en Guantánamo desde 2006. Fue él quién se lo presentó al líder de Al Qaeda en 1996. Y con su visto bueno se lo encargó a la llamada Célula durmiente de Hamburgo. Jóvenes yihadistas, la mayoría saudíes, que estudiaban en la ciudad Alemana y a los que dirigía el egipcio Mohammed Atta. Eludiendo el radar de los servicios secretos, viajaron a Estados Unidos, y se prepararon. Durante meses realizaron reconocimientos de aviones y aeropuertos. Y se formaron en escuelas de aviación de Florida, con especial dedicación en virajes y despegues, pero ningún interés en los aterrizajes.
"No me sorprendió que Atta estuviera tramando algo terrible, porque no tenía pinta de ser alguien que disfrutara de la vida ", recordó tiempo después el dueño de una de esas academias de vuelo.
Atta viajó a Madrid entre enero y julio, donde se cerraron los últimos flecos. En agosto llegó la autorización final de los líderes de Al Qaeda y a cada comando se le adjudicó un vuelo, un objetivo. Y "la fecha de la Boda", como llamaban al día del ataque
El 10 de septiembre, Mohammed Atta y Abdelazziz Al Omari, miembros del primer comando, alquilaron un coche y condujeron desde Boston hasta Portland. Pasaron la noche los alrededores del aeropuerto. Y a primera hora del 11-S, volaron de nuevo hasta Boston. Allí embarcaron en el vuelo final: el 11 de American Airlines con destino Los Ángeles, que minutos después se estrellaba contra la Torre Norte del World Trade Center. Detrás vendrían los demás. Los que se estrellaron contra la Torre Sur, contra el Pentágono y el que lo hizo en campo abierto por la rebelión de los pasajeros. No alcanzó su objetivo, que en realidad era el Capitolio.
Hace años que Brad Garrett enmarcó su placa de agente especial del FBI. Llegaron a apodarlo 'Doctor Muerte' por todos los homicidios que resolvió. Interrogó a Ramzi Yousef, cerebro del primer ataque contra el World Trade Center, en 1993.
Después de veinte años, la pregunta para muchos ya no es ¿qué hacías cuando cayeron las Torres Gemelas de Nueva York?, sino ¿qué sabes del 11-S? Es la pregunta que le hemos hecho a unos varios jóvenes que nacieron el mismo año de los atentados y que sólo han podido saber de ellos por lo que les han contado o lo que han estudiado.
Foto: Un hombre observa un informativo en una televisión en el parqué de la Bolsa de Nueva York (REUTERS/Brendan McDermid)
Uno de los cambios inmediatos después de los atentados fue el aumento de la seguridad, Y desde entonces ha cambiado nuestra forma de viajar. Se han multiplicaron los controles en los aeroupertos y se han convertido en algo casi rutinario para todos.
FOTO: Varios agentes vigilan en las inmediaciones del lugar donde se ubicaba el World Trade Center, en Nueva York. REUTERS/Jeenah Moon.
EE.UU. se prepara para conmemorar el 20 aniversario de los atentados más graves de su historia. Los actos oficiales previstos se vivirán este año en un clima especial. Los supervivientes de aquellos atentados recuerdan con claridad, veinte años después, la tragedia y el impacto emocional que supuso para ellos, con unas consecuencias psicológicas que aún perduran.
Uno de los aviones secuestrado por los terroristas se estrelló contra el Pentágono. Murieron casi doscientas personas, ciento veinticinco de ellas se encontraban en la sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos, entre ellos el entonces subsecretario de defensa, Roger Pardo. Y de la situación en Afganistán se habla hoy en Islamabad. Allí está el ministro español de exteriores José Manuel Albares, que pedirá la colaboración de Pakistán para ayudar a los afganos amenazados por el gobierno talibán.
Analizamos cómo cambió el mundo después de aquel 11S. En Las Mañanas de RNELas Mañanas de RNE hablamos con Javier Solana, exsecretario general de la OTAN y ex alto representante de política exterior de la UE, cargo que ostentaba cuando ocurrió todo.
Se encontraba ese día en Crimea para llevar a cabo una reunión con su presidente. Durante su encuentro, le llegó una llamada explicando lo que pasaba. Tomaron la decisión de volver a Bruselas y allí, en el hangar del aeropuerto, hicieron la primera declaración de la jornada.Las comunicaciones fueron complicadas, y no fue hasta su llegada a Bruselas cuando pudo hablar con el país americano. En Europa, señala que "enseguida hubo un sentimiento de que había que hacer algo que fuera realmente de afecto hacia EEUU". Los norteamericanos se encontraron con la simpatía del mundo, recuerda.
A día de hoy, reconoce Solana que las decisiones que se tomaron no fueron las más adecuadas. "Yo creo que donde seguramente se equivocó EE.UU. fue en crear la idea de la guerra contra el terror. Son 20 años que hemos vivido obsesionados", declara, "algunas cosas se han hecho bien y otras mal". Tras este suceso, "Bush desapareció" y a los mandos quedaron representantes "no de lo más moderado". Afirma que la primera reacción, bombardear Afganistán por la creencia de que había campos de entrenamiento, "es un poco sorprendente". El presidente Joe Biden ha mostrado su interés por descalificar todo lo que está secreto desde ese día, algo que dice, puede desvelar "sospresas importantes" sobre aquellas horas. La UE no dudó, afirma, "se pudo del lado del presidente Bush y de los dirigentes americanos", al igual que lo hizo la alianza atlántica. Las fuerzas europeas han estado "desde el primer día hasta el último".
La salida de EEUU de Afganistán "no ha sido un éxito. Incluso podría decirse que ha sido un cierto fracaso", afirma Solana. "Lo que parecía que se había hecho por parte de sus mejores generales, [...] se disuelve como un azucarillo". "Es muy difícil que ayude a la reconstrucción, sobre todo cuando tú has sido el destructor", aclara sobre el papel del país americano en la zona. Además, Solana cree que la llamada de Xi Jinping al presidente Biden es "interesante" porque refleja que China es un país clave para ayudar en esta situación, y señala que "la solución de Afganistán no pasa por el mundo occidental, tiene que ser resuelto por los países que están alrededor".