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Como este del 2019/20 a causa del coronavirus, el curso escolar de 1986/87 tuvo también problemas durante todo un trimestre. Entre diciembre y febrero se sucedieron las protestas y las manifestaciones de los estudiantes, sobre todo de enseñanza secundaria y universitaria. Fueron casi tres meses sin clases.

Los estudiantes, a los que más tarde se unirían los profesores, demandaban una rebaja de las tasas académicas, rechazaban la selectividad y exigían la creación de nuesvos centros públicos de enseñanza. El curso no se perdió aunque tampoco hubo un aprobado general y más tarde se intentó recuperar los contenidos que no se habían impartido.

En aquellas protestas estudiantiles participó entre otros el entonces secretario general del Sindicato de Estudiantes, Juan Ignacio Ramos, que nos recuerda en este reportaje emitido en elTelediario de TVE cómo fueron aquellos convulsos meses y los posibles paralelismos con la situación creada en 2020 por la crisis sanitaria del coronavirus.

“De aprobado general, nada. Los equipos de evaluación decidirán si el alumno está preparado para superar el curso”. Así ha salido al paso laministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, en Las Mañanas de RNE con Íñigo Alfonso, de las conclusiones que se han sacado de la reunión que mantuvo ayer con las comunidades autónomas para tramitar el cierre del curso en plena crisis del coronavirus. Celáa mantiene que no es el ministerio el que tiene que fijar la cuestión de los suspensos, ni las repeticiones, sino el equipo de evaluación de profesores de cada centro, pero subraya que el hecho de que un alumno repita curso es una excepción en el sistema y “en las circunstancias excepcionales que vivimos lo debe ser más aún (…)Sería injusto evaluar a los alumnos como si nada hubiera ocurrido”. Celaá considera que “la repetición por sí misma no hace mejorar al alumno más que un refuerzo” y hace hincapié en que el sistema español tiene tres veces más de repetidores que los países de su entorno. La ministra cree que el alumnado podría regresar a las aulas algunos días en junio “si las cosas van bien”.

Salvo casos excepcionales, todos los alumnos pasarán de curso. La ministra de Educación Isabel Celaá explica que las materias impartidas de forma telemática no se evaluarán y el tercer trimestre se utilizará como uno de repaso y para recuperar las asignaturas de los dos anteriores. Así, el próximo curso deberá adaptarse para impartir lo que no se ha dado en este.  Se podrán abrir los colegios en julio para dar clases de refuerzo y actividades lúdicas en julio que darían otros profesores distintos de los titulares. La última palabra la tienen las autonomías, pues son ellas las que tienen las competencias.

En paralelo, el ministro de Universidades Manuel Castells ha tenido una reunión con las CC.AA. y mantendrá el calendario: el curso acabará en mayo.

La ministra de Educación Isabel Celaá ha recordado que la medida en relación con la EBAU acordada con todas las Comunidades Autónomas "el alumno será requerido de aquellas materias que efectivamente han sido trabajadas, que no significa que sea más fácil sino que incorpora mayor opcionalidad, precisamente por ser equitativa ya que algunos almunos no han podido cubrir toda la materia".

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Los puntos esenciales sobre la finalización del curso escolar anunciados por la ministra de Educación Isabel Celaá son "el mantenimiento de la duración del curso escolar con aprendizajes adaptados a las circunstancias previstos hasta junio a excepción de las pruebas de la EBAU con actividades de refuerzo en verano aunque sin actividad lectiva".

Además "se habilitan herramientas de educación a distancia con especial atención a los alumnos con especial dificultades y se flexibillizará el currículum y las programaciones didácticas centrándose en los aprendizajes esenciales y no recargando en exceso a los alumnos utilizando el tercer trimestre para la recuperación, el repaso y el refuerzo".

También "se readaptará la evaluación, promoción y titulación con el objetivo que no pierdan el curso teniendo en cuenta la situación de los alumnos más vulnerables a través de una evaluación contínua con la promoción de curso como principal objetivo; la repetición de curso será una medida excepcional que deberá estar sólidamente argumentada y acompañada de un plan preciso de evaluación".

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A las 18:30 conoceremos más detalles en la comparecencia de la ministra Isabel Celaá, pero por el momento se conoce que el Gobierno dará via libre en a que las comunidades autónomas abrán en julio para dar clases de refuerzo y voluntarias. Con todo, la decisión depende de las autonomías, ya que las competencias están transferidas, y estas han pedido, además, un plan económico excepcional para hacer frente a este mes extra de docencia que, en ningún caso, impartirán los profesores titulares: las clases las darán voluntarios. Asimismo, no habrá aprobado general y las repeticiones de curso serán de carácter excepcional.

La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha descartado el regreso a las clases de los escolares hasta que el Ministerio de Sandiad, "autoridad máxima en la crisis del coronavirus", informe de manera favorable para ello.

"No son circunstancais que dependan de Educación, sino de Sanidad, que es la autoridad máxima en la crisis del coronavirus. Cuando Sanidad nos informe de que se dan las circunastancias para abrir las escuelas, lo haremos muy gustosamente", ha explicado en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

La pregunta de la diputada del PP Sandra Moneo le ha exigido un calendario y le ha recordado que existe una "brecha digital" que junto con el "cierre prolongado de los colegios" agravará la situación de alumnos con dificultades.

Además del debate de qué va a ocurrie con las evaluaciones y el curso escolar, hay un sector que sufre más esta situación: los alumnos con alguna discapacidad. En España hay más de 70.000 alumnos con discapacidad intelectual y varios colectivos denuncian la falta de apoyos. Además, muchas de las familias con un niño con este tipo de discapacidad también pueden sufrir la brecha económica y digital, lo que dificulta la situación aún más.

Informa Daniel Bermejo.

ESN ha realizado un estudio a nivel europeo para conocer el impacto que la crisis del coronavirus ha tenido en la movilidad internacional y el programa Erasmus. El estudio se realizó online las dos últimas semanas de marzo, recibió 3.000 respuestas y concluye “que aproximadamente el 40% de los estudiantes decidió regresar a casa, que un 25% de las movilidades fueron canceladas y que cerca de 3.000 estudiantes tuvieron problemas con cancelaciones en los transportes”

Javier Clavieri es un estudiante que ha tenido que dejar su Erasmus+ por el coronavirus, y nos cuenta cómo fue el regreso: “La verdad es que el momento del regreso si fue muy muy estresante porque nos dijeron el viernes que cerraban la universidad y a partir de ese día ya la gente empezó a comprarse billetes de vuelta a España. Entonces ya quedaban menos, había menos plazas y se cancelaban más. En mi caso me cancelaron dos vuelos estando ya en el aeropuerto con las maletas. Además, a medida que iba pasando el tiempo la ciudad ya no funcionaba como antes, tenía que devolver una bicicleta con la que me movía por Estrasburgo y la tienda estaba cerrada y tuve que hacerlo online. También tenía que gestionar cosas con el banco y fue un lío porque los horarios habían cambiado. En definitiva, fue un horror.”