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Riadas de palestinos siguen llegando a sus casas en Ciudad de Gaza, tras la entrada en vigor del alto el fuego y la retirada del Ejército israelí. Lugares que conservan poco más que el nombre, ya que la destrucción por la ofensiva los hace prácticamente irreconocibles. Debajo de los edificios derruidos hay, además, miles de cadáveres, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. "Es un sentimiento indescriptible", ha dicho Nabila, que llega con su hija, que tiene graves heridas de guerra y que espera que esta tregua le permita al fin curarse. "Estamos muy cansados", cuenta, por su parte, Ramzi. Este palestino de 73 años emprende su regreso a Ciudad de Gaza en silla de ruedas y solo pide encontrar un rincón donde vivir en paz. Foto: AP Photo/Jehad Alshrafi

Pedro Sánchez viajará el lunes a Egipto para la firma del acuerdo de paz entre Israel y Hamás. El presidente del Gobierno recibió anoche la invitación por parte del presidente egipcio. La firma se llevará a cabo en la ciudad balnerario de Sharm el-Sheij, en el sur del país, donde han tenido lugar esas últimas conversaciones de paz. También se espera la asistencia de otros representantes europeos y árabes y la presencia del artifice de plan: el presidente de EE.UU Donald Trump.

FOTO: REUTERS/Piroschka van de Wouw

La directora ejecutiva de la UNRWA en España, Raquel Martí, confirma en el informativo 14 horas Fin de Semana que la ayuda humanitaria ya está empezando a entrar en la Franja de Gaza, un día después de que entrara en vigor el alto el fuego en el enclave y con la vista puesta en lo que ocurra el lunes en Egipto. Señala que está entrando a través del paso de Rafah aunque espera que pronto abran otro paso por el norte para que los camiones que la organización tiene en Jordania puedan llegar también a la zona. No solo será ayuda humanitaria, dice Martí, también bienes para el comercio, lo que ayudará a bajar los precios de los alimentos. La población gazatí, señala, "está feliz" porque "es la primera noche que duermen sin el ruido de los drones y las bombas", y muchas familias han podido reunificarse, sobre todo periodistas, cuenta.

Las partes deberían empezar a negociar ya la segunda fase del acuerdo de paz, en la que Hamás debería entregar las armas. La milicia está dispuesta, pero sólo cederá el poder a un comité egipcio-palestino, no a uno internacional de transición que esté en manos de Tony Blair, como se ha comentado.

Más difuso es el tema de la reconstrucción de Gaza: un gran negocio, del que sólo se habla en términos vagos, como grandes inversiones para generar riqueza y prosperidad.

Por último y de máxima importancia: la creación del Estado palestino sólo se menciona como una mera posibilidad. Netanyahu y su Gobierno lo rechazan. En el plan de Trump ni siquiera se menciona a Cisjordania, que junto a Gaza y a Jerusalén Este son las partes esenciales del futuro Estado de Palestina.

Foto: Mohammed Saber — Ciudad de Gaza

Entre las paredes de la ONU, Trump convenció a los aliados árabes. Luego arrancó el sí de Netanyahu. Exudando confianza prometió "la paz eterna en Oriente Medio". Solo faltaba la respuesta de Hamás. Dijeron sí, pero con condiciones. Trump se lo tomó como un sí, a secas, y todos fueron a Egipto a negociar.

Trump confió en dos hombres muy cercanos, su yerno y su antiguo amigo, dos hombres de negocios. Llegaron a Egipto el miércoles con una misión clara: salir de allí con un sí, al menos a la primera fase: liberar a los rehenes.

¿Pero cómo convencer a Hamás de quedarse sin lo que hasta ahora era su baza para negociar? En Egipto estaban los aliados árabes y musulmanes y Trump se puso varias veces al teléfono. Les dio su palabra de que él no dejaría que Netanyahu rompiese la tregua. Estados Unidos también ofreció otra garantía: 200 soldados en la zona para vigilar el alto el fuego.

Horas después, los dos hombres de Trump vieron un punto de inflexión y llamaron a su jefe para decirle que creían que lo tenían. Trump cantó victoria con la esperanza de que nadie se atrevería a decirle que no.

Foto: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS/AFP

El acuerdo de alto el fuego en Gaza ha entrado en vigor tras la ratificación por parte de Israel, pero la espera por los rehenes capturados por Hamás aún continúa. En el compás de espera, en la plaza de los rehenes de Tel Aviv, se mezclan la esperanza y la impaciencia. En el caso de Michel, los sentimientos no son exactamente los mismos. "En una mezcla de alegría y tristeza", asegura. Tiene miedo de que cuando le toque reconocer el cuerpo de su hijo, ya muerto, no sea como lo recordaba.

Foto: AP Photo/Francisco Seco

El acuerdo de alto el fuego en Gaza ha entrado en vigor este mediodía. El Ejército Israelí debe retirarse a la zona que recoge la primera fase, aunque seguirá controlando más de la mitad de la Franja. Después de que Hamas entregue a los rehenes, habría una segunda retirada y, por último, se creará una zona de seguridad. Sin embargo, tras dos años de guerra y destrucción, será un camino difícil.

Foto: REUTERS/Ramadan Abed