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La ciudad siria de Al Sueida, al sur del país, ha vuelto a registrar este martes fuertes enfrentamientos entre fuerzas drusas y gubernamentales después de que el Gobierno sirio anunciase su despliegue para tomar el control de la localidad. Los combates se han reanudado tras la ruptura de un alto el fuego anunciado por la mañana, lo que alarga un conflicto de varios días que ha provocado decenas de muertos. Además de los combates, Israel ha bombardeado por segundo día consecutivo a las fuerzas gubernamentales al sur de Siria.

Los nuevos choques se han acrecentado ante el descontento popular a raíz de una serie de incidentes cometidos por las tropas de Damasco. Entre ellos, supuestas ejecuciones extrajudiciales de vecinos no armados.

La violencia también se ha extendido a las inmediaciones de la sede del Gobierno regional y de la Comandancia de la Policía, en pleno centro de Al Sueida. Antes de la entrada de tropas gubernamentales, la seguridad en la urbe estaba a cargo de fuerzas locales, que el pasado fin de semana llevaron a cabo intensos combates contras grupos beduinos tras el supuesto robo a un empresario druso.

Foto: GHAITH ALSAYED

Israel libra su guerra más larga y necesita que todos, también los ultraortodoxos, arrimen el hombro. La comunidad religiosa siempre se habían librado de ir al Ejército, pero hace un año el Supremo acabó con las exenciones. Desde entonces, los ultraortodoxos pelean en la calle y en el Consejo de Ministros por eludir el llamado a filas. Sus partidos amenazan con abandonar el Gobierno de Netanyahu si no hay avances en las próximas horas.

Foto: Magda Gibelli / EFE

El Parlamento israelí decide si expulsa a un diputado árabe por unas declaraciones públicas sobre la guerra en Gaza. A Ayman Odeh, bilingüe en árabe y hebreo, le acusan de apoyar el terrorismo por un mensaje publicado en las redes sociales en enero, durante la tregua en Gaza. Se alegraba por la liberación de los rehenes isralíes, pero también por la liberación de presos palestinos.

Una comisión parlamentaria propuso su expulsión. Pero echarlo, advierten cientos de políticos israelíes en una carta abierta, significaría cruzar todas las líneas rojas, una vulneración flagrante de la libertad de expresión incompatible con la democracia.

FOTO: REUTERS/Ronen Zvulun

Más de un millar de artistas españoles han reabierto recientemente el debate sobre el comercio de armas de nuestro país con Israel. Los profesionales de la cultura han enviado una carta dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que piden poner fin a todos los negocios armamentísticos con el gobierno de Netanyahu. Lo contrario, dicen, es ser cómplice de un genocidio.Sobre ello, en el informativo del 24 Horas de RNE hablamos con la actriz María Botto.

La intérprete argentina cree que "cada acción, cada voz, cada movimiento, cada sanción cuenta" y se muestra muy esperanzada con todos los movimientos y actos que se están llevando a cabo para detener el genocidio. Además, Botto reconoce lo siguiente: "Yo pertenezco al mundo de la cultura, pero antes que actriz soy un ser humano conmovido y horrorizado por la masacre que vive Palestina", y por eso hace un llamamiento: "Cada uno de nosotros puede hacer algo, y todos juntos podemos parar este genocidio".

Kayed Hammad fue durante años el productor y traductor de referencia para la prensa española e internacional en Gaza. Ha vivido muchas guerras, pero ninguna como esta. "Esto no es una guerra, es una venganza", denuncia. Las cámaras, dice, no mienten: "Los muertos son mujeres y niños. ¿Dónde están los milicianos?", cuestiona.

Gracias a la presión de periodistas, académicos y políticos, logró salir de Gaza hace dos semanas con su familia. Ahora vive en Málaga, aunque dejó atrás a seres queridos y el cuerpo de su hijo, asesinado en un hospital bombardeado cuando intentaba llevar medicinas a un amigo. "He dejado mi corazón en su sudario", lamenta.

En Gaza sobrevivió comiendo pienso de animales y mudándose constantemente. Nunca dejó de informar. "Pensaba: 'a mí también me pueden bombardear en mi casa o en la calle, así que por lo menos puedo hacer que llegue la imagen de lo que está pasando y si me muero, ¿qué le voy a hacer?'", afirma.

Foto: RTVE