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El escarabajo verde: La segunda muerte de Lorca

La especulación destruye la Vega de Granada, el paisaje que inspiró a Federico García Lorca a lo largo de toda su obra. El hispanista Ian Gibson, el mayor especialista mundial en la obra y la biografía del poeta, afirma que éste fue un gran ecologista.

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El escarabajo verde - La segunda muerte de Lorca

La Vega de Granada es el valle que forman el río Genil y sus afluentes al pie de Sierra Nevada y Sierra Elvira. Es una de las tierras más fértiles de España y existe constancia documental de que ya era explotada desde el tiempo de los romanos. Los árabes trazaron una tupida red de acequias para facilitar el regadío y, con ello, se forjó una cultura agrícola, un vocabulario específico, un folklore y una gastronomía basada en los productos de las huertas.

Antiguamente, este paisaje se configuraba a partir de la confluencia del Darro -el río que vivifica con sus arrullos saltarines los palacios de la Alhambra- con el Genil., en las afueras de Granada. Pero hoy todo ha cambiado. Granada crece sin cesar, así como las localidades del entorno. El horcajo fluvial del Darro con el Genil se encuentra hoy prácticamente en el centro de la capital y el cemento se come las antaño feraces tierras de la Vega. Y no sólo las tierras: el Genil, columna vertebral de este paisaje, fluye seco en este tramo. Los cañones de nieve artificial de la estación de esquí y las urbanizaciones de Sierra Nevada beben toda su agua desde la cabecera fluvial.

Federico García Lorca nació y creció en el corazón de lo que fue este paisaje. Su obra está llena de referencias a lo que él consideraba el paraíso terrenal.Pertenezco al corazón de la Vega, escribió.

Gibson asegura que la obra de Lorca no sería la misma sin las referencias paisajísticas que subyacen en la totalidad de su corpus literario.

El cemento se come la Vega y con ello una cultura, lo que fue la despensa de Granada y un paisaje sublimado por la literatura. Su destrucción comporta -a decir de Gibson- una segunda muerte del poeta.

Sin ir más lejos, en Francia, los paisajes de Arles que pintó Van Gogh están protegidos. Se les denomina paisajes artísticos.