Enlaces accesibilidad

'El hijo de la novia' salta del cine al Teatro Bellas Artes de Madrid

  • Con Álvaro de Luna, Tina Sáinz y Juanjo Artero como protagonistas
  • "Es una exhibición de respeto a la palabra amor"

Por

"Una historia grande sobre lo pequeño que le podría pasar a cualquiera de nosotros y que es enorme en su capacidad de emocionar", así define Garbi Losada el montaje teatral de El hijo de la novia que ella dirige.

Esta historia triunfó en el cine en 2001 con Héctor Alterio, Ricardo Darín y Norma Aleandro en los papeles protagonistas pero ahora son Álvaro de Luna, Juanjo Artero y Tina Sáinz los encargados de defender la historia sobre las tablas del Teatro Bellas Artes de Madrid.

"No hemos vuelto a ver la película porque el cine y el teatro son medios completamente distintos, con actores diferentes y lenguaje diferente", ha asegurado la actriz en Las mañanas de RNE.

"Las emociones son distintas, las formas de trasladar los sentimientos al espectador también son distintas, por eso ver la película de nuevo no era necesario", continúa De Luna.

Sin embargo ambos coinciden en que el hecho de ser una historia conocida "tira del público" para que les apetezca ir al teatro.

La obra se mueve en el mismo terreno intermedio entre la comedia y el drama en que se movía la película de Juan José Campanella, "para el actor tiene la dificultad de pasar del llanto a la risa que a su vez es lo que más valora el público, termina lleno y aplaudiendo con profundidad".

En el cine enmarcó en el corralito de Argentina, y la adaptación teatral también reflexiona sobre la crisis que vivimos en España. "Pero en esta crisis económica que vivimos hay una crisis de valores también y uno de ellos es la necesidad de creer en las personas, de creer en el amor", apunta Álvaro de Luna.

"En esta obra hay una exhibición de respeto a esa palabra: amor. No es un amor nostálgico, mi personaje no tiene amor por lo que vivió sino por lo que está viviendo. Está enamorado de su mujer, con alzheimer, y se quiere casar con ella, no por nostalgia, sino porque cree que es su amor".

Por su parte Tina Sáinz asegura que preparar su papel le resultó muy difícil "tengo antecedentes de esta enfermedad pero no he querido recurrir a ello, pero ensayé con los ojos cerrados para sentir la inseguridad, y me tengo que aislar en cada representación".

No duda en reconocer que ha sido el papel más difícil de su vida: "Porque me he encontrado con unos códigos muy diferentes para mí, los ensayos han sido durísimos y me iba a casa todos los días pensando que no lo podía hacer, hasta que un día ya por fin encuentras el camino".