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Elsa Punset: "El afecto es lo que más dispara nuestra capacidad de superar obstáculos"

  • La divulgadora científica presenta su nuevo libro en Las mañanas de RNE
  • "La soledad tiene impacto físico sobre el cuerpo", asegura

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Aquello del "soy como soy" ya no sirve como excusa para justificar malas decisiones y comportamientos que hacen daño a los demás y a nosotros mismos. Podemos cambiar nuestra forma de ser y nuestras relaciones sociales. Nos lo enseña Elsa Punset en su nuevo libro, El mundo en tus manos. No es magia, es inteligencia social, publicado por la editorial Destino.

La escritora y divulgadora científica nos ofrece en esta obra una guía práctica para "entrenar" el cerebro y mejorar nuestras habilidades sociales. El objetivo último: ser mucho más felices y sentir que tenemos las riendas de lo que nos ocurre en la vida.

No hay peros, ni siquiera la edad. "Podemos aprender a entrenar la inteligencia en cualquier momento de la vida -ha asegurado Elsa Punset en Las mañanas de RNE-. Era triste cuando nos decían que a partir de los 18 años todo era cuesta abajo. Realmente, tú sigues generando neuronas y puedes cambiar tu forma de pensar hasta el último día de tu vida".

Lo primero es aprender a gestionar las emociones y ser conscientes de que el afecto no es algo que nos haga débiles, sino todo lo contrario.

"Si una persona que no conoces se sienta a tu lado y te toma la mano mientras te están haciendo una prueba médica, baja tu sensación de dolor. Tenemos un enorme poder sobre los humanos y el afecto de los demás es lo que más dispara nuestra capacidad de superar obstáculos", afirma la divulgadora.

Contra la "epidemia" de soledad, abrazos de seis segundos

Para Elsa Punset, la única manera que tenemos de afrontar la "epidemia" de soledad que asola el mundo actual, superpoblado e hiperconectado, es reclamar sociedades donde se tenga en cuenta que necesitamos estar "físicamente vinculados".

"Cuando yo estoy escribiendo detrás de una pantalla no se puede poner en marcha la conexión física de la empatía -explica-, con lo cual rompo un cauce de comunicación que es el natural entre los humanos y te puedo llegar a decir cosas terribles porque porque no veo tu reacción y no me la contagias. Estoy rompiendo esta empatía física".

Vivimos como máquinas, como si no necesitaramos relacionarnos, y eso tiene consecuencias que van más allá de lo que imaginamos. "La soledad tiene impacto físico sobre el cuerpo, no es solo una cuestión de malestar", advierte.

Para empezar a aliviar nuestro dolor, un abrazo puede ser un buen comienzo. Y mejor si dura seis segundos, seis. "Somos seres hechos de química y de electricidad y necesitamos un tiempo de atención plena hacia los demás para que se genere la química del afecto, del abrazo", dice Elsa Punset, que nos recomienda también no huir de la tristeza, sino gestionarla, y "entrenarse en positivo", es decir, dar más importancia a las emociones positivas que a las negativas.

Se puede pensar que llevar a cabo todos estos consejos no es fácil, pero Elsa Punset insiste en que es muy sencillo y que, además, deja huella en nuestro cuerpo: "Cuando cambias tus pensamientos y tu comportamiento con entrenamiento, cambias la estructura física de tu cerebro".