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El socio auditor de Deloitte descarta delito en la auditoría de las cuentas de Bankia antes de salir a Bolsa

  • Reconoce que "pudo existir una estimación equivocada de deterioros futuros en determinados activos"
  • Cree demostrado que las provisiones de las que disponía el grupo eran suficientes

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Una sucursal de Bankia en Madrid
Una sucursal de Bankia en Madrid.

El socio auditor de Deloitte Francisco Celma, investigado por la salida a Bolsa de Bankia, sostiene que aunque quisiera darse por supuesto que las cuentas de la entidad no reflejaban su imagen fiel como estiman los peritos judiciales, sería "a lo más un error en la interpretación o aplicación de la normativa contable", no un delito.

Así ha explicado Celma en un escrito remitido el pasado lunes al instructor del caso Bankia, Fernando Andreu, en el que reconoce que "sí pudo existir una estimación equivocada de deterioros futuros en determinados activos", si bien continúa defendiendo la validez de los estados contables remitidos por el banco para su debut bursátil.

Además, reitera que la sanción impuesta por el Instituto de Contabilidad y Auditoría (ICAC) a Deloitte por infracción muy grave del deber de independencia no constituye antecedente delictivo alguno, y rechaza que existiera una "cooperación dolosa" entre él y los administradores de Bankia de cara a estafar a los inversores.

Celma se desmarca también de la elaboración de las cuentas "de una entidad que representaba el 26% del PIB español y que estaba sometida a una intensa supervisión por parte del Banco de España tanto en su operativa como en los estados contables del grupo", que no era responsabilidad suya sino de los administradores.

Sobre el papel del Banco de España, destaca que el organismo realizó en todo momento un "seguimiento continuado", en contacto permanente con Bankia y con los auditores, pero esa cooperación no equivale a admitir una "teoría de la conspiración" entre ambos. Para que eso hubiera sido posible hubiera sido necesario un "concierto de voluntades" entre el auditor, partícipe de la elaboración de unas cuentas falsas, y los supervisores, "en definitiva, la Administración", tesis que ya fue rechazada por el juez instructor.

Celma menciona en el escrito, al que ha tenido acceso Efe, los reparos que el inspector del Banco de España José Antonio Casaus puso a la viabilidad del Grupo BFA-Bankia antes de la salida a Bolsa, algo que hizo con los estados contables de los que disponía, lo que en su opinión equivale a considerarlos "objetivamente verdaderos".

Con relación a los cuatro correos electrónicos remitidos recientemente a la causa por el Banco de España y que podrían mostrar la preocupación por la viabilidad futura de la entidad, Celma considera que no aportan nada que no estuviera incluido en la documentación previa.

Asimismo, el auditor cree demostrado que las provisiones de las que disponía el grupo antes de la salida a Bolsa eran suficientes para hacer frente a deterioros futuros.