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Axl Rose en AC/DC y otros polémicos cambios de cantante

  • El relevo de Johnson por el vocalista de Guns N' Roses, que canta hoy en Sevilla, divide a los fans
  • Bandas como Queen, The Doors o Genesis continuaron sin sus cantantes más carismáticos
  • En España hay ejemplos como Los Secretos, La Oreja de Van Gogh o Celtas Cortos

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Axl Rose (d) junto a Angus Young (i) en su primera actuación como cantante de AC/DC en Lisboa.
Axl Rose (d) junto a Angus Young (i) en su primera actuación como cantante de AC/DC en Lisboa.

El anuncio del relevo de Brian Johnson por Axl Rose al frente de AC/DC ha reavivado una de las polémicas más recurrentes en el mundo de la música: ¿puede un grupo sobrevivir a la marcha de su vocalista? Al fin y al cabo, los cantantes acaparan los focos y aportan la verdadera personalidad a través de su particular timbre de voz. Pensemos por un momento: ¿serían imaginables los Rolling Stones sin Mick Jagger, los Who sin Roger Daltrey o U2 sin Bono? La realidad nos indica que hay ejemplos de todo tipo.

Los fans de AC/DC -que este martes actúan en Sevilla en uno de los primeros conciertos de su gira europea, tras el estreno de Rose en Lisboa- están divididos ante la llegada del cantante de Guns N'Roses, que toma el lugar de Johnson, quien deja la banda tras más de 35 años ante el riesgo de quedarse totalmente sordo. Algunos aficionados consideran que Rose es el sustituto ideal de Brian Johnson y que solo una leyenda del rock'n'roll como él puede ocupar un puesto como el de vocalista de la banda australiana.

Pero también hay quien teme que el evidente deterioro físico de Axl Rose y su irritante costumbre de retrasar durante horas el inicio de los conciertos -además de otras manías de estrella decadente- arrastren por los suelos la leyenda de una banda mítica como AC/DC, que tradicionalmente ha mostrado una magnífica comunión con sus fans. En buena parte porque apenas han cambiado su fórmula en sus 40 años de existencia.

Lo cierto es que el propio Brian Johnson se vio inmerso en una polémica similar en 1980, tras el fallecimiento de Bon Scott, vocalista de AC/DC en su primera etapa. Los australianos venían de conseguir su primer éxito a nivel mundial con Highway to hell pero parecía difícil superar el trauma de la muerte del carismático vocalista. Sin embargo, decidieron seguir adelante contratando a un semidesconocido como Johnson, con el que grabaron Back in black, su disco más vendido hasta la fecha y el que les confirmó como reyes del hard-rock.

Queen + Paul Rodgers, un polémico relevo

Otro ejemplo es el que protagonizaron Queen y Paul Rodgers. La banda británica dijo adiós tras la muerte en 1991 de Freddie Mercury, una de las voces más personales de la historia del rock. Pero en 2005 dos de sus miembros, el guitarrista Brian May y el batería Roger Taylor decidieron unir sus fuerzas con las del excantante de Free y Bad Company, Paul Rodgers, con quien protagonizaron dos giras y grabaron un disco en estudio.

Queen junto a Paul Rodgers durante un concierto en Basilea en 2005

Queen junto a Paul Rodgers durante un concierto en Basilea en 2005. EFE / MARKUS STUECKLIN

Aunque los integrantes de este proyecto se ocuparon en todo momento de dejar claro que no era una segunda parte de Queen sino una unión temporal, muchos puristas renegaron del proyecto, al considerarlo una falta de respeto a la memoria de Mercury, insustituible no solo por sus capacidades vocales sino también por su carisma escénico. En 2009 las dos partes decidieron separar sus caminos con división de opiniones entre los seguidores.

Más polémica fue la unión entre Queen y Adam Lambert, un vocalista estadounidense con el que han girado de manera esporádica desde 2011 y que ha levantado escasa atención. No en vano Paul Rodgers es una leyenda viva de la música y una de las voces más reconocidas y reconocibles de la historia del rock'n'roll -más allá de que su estilo no se pueda comparar con el de Mercury-; mientras Adam Lambert no deja de ser un producto de American Idol -el equivalente a Operación Triunfo en EE.UU.-, sin una carrera que avale su presencia al frente de una de las grandes bandas de la historia como Queen.

The Doors: reunión con problemática legal

También se puede considerar fallido el intento de The Doors. Con el agravante de que el regreso de los angelinos se produjo más de 40 años después de la muerte de Morrison y tras un larguísimo período de inactividad.

Para ello, el teclista Ray Manzarek y el guitarrista Robby Krieger reclutaron en 2002 al cantante de The Cult, Ian Astbury, con quienes realizaron varios conciertos.

Ray Manzarek, Robby Krieger y Ian Astbury presentan la gira de The Doors en 2003

Ray Manzarek, Robby Krieger y Ian Astbury presentan la gira de The Doors en 2003. EFE/MORELL

Aunque en este caso la secuela de The Doors estuvo inmersa en continuos problemas legales, que les obligó a utilizar diversos nombres como The Doors of the 21st Century, D21C o Riders of the Storm, denominación con la que Manzarek y Krieger siguieron realizando conciertos hasta el fallecimiento del primero en 2013.

Phil Collins al frente de Genesis

Un caso de relevo que provocó resultados desiguales fue la salida de Peter Gabriel de Genesis en 1975. Durante la primera mitad de los 70, Genesis -junto a Yes, Pink Floyd y King Crimson- abanderaron el movimiento del rock-progresivo con discos fabulosos como Selling England by the pound y, sobre todo, The lamb lies down on Broadway. Gabriel, dueño de una voz muy personal y una indiscutible capacidad escénica, parecía insustituible.

Tony Banks, Phil Collins y Mike Rutherford, integrantes de la banda británica Genesis

Phil Collins, en el centro, junto a sus compañeros en Genesis Tony Banks y Mike Rutherford. EFE/Daniel Deme

Sin embargo, y tras ser incapaces de encontrar un cantante a la altura, Genesis decidió dejar la responsabilidad vocal a uno de sus miembros, el batería, Phil Collins, que compatibilizó ambas tareas. Con Collins al frente el grupo fue variando su estilo hacia el pop pero supo sobreponerse grabando discos que se convirtieron en grandes éxitos (A trick of the tail, Abacab, Invisible touch) hasta la marcha de Collins en 1996. Aunque para muchos fans, los verdaderos Genesis dejaron de existir con la salida de Gabriel.

Iron Maiden y Judas Priest, cantantes de ida y vuelta

Iron Maiden y Judas Priest fueron, durante los 80, los indiscutibles reyes del heavy-metal. Pero en los 90, con la decadencia que vivió el género ante el auge del grunge, ambas bandas perdieron fuelle y también a sus cantantes.

Así, en 1992 el vocalista de Judas Priest, Rob Halford, anunció su salida del grupo por diferencias musicales. Aunque parecían abocados a la desaparición, los miembros restantes decidieron seguir adelante tras el fichaje de Tim 'Ripper' Owens, un cantante que militaba en una banda tributo a los propios Priest.

Judas Priest, con Tim 'Ripper' Owen al frente

Judas Priest, con Tim 'Ripper' Owen al frente

Con Owen grabaron un par de discos que pasaron bastante desapercibidos hasta que en 2003 Halford regresó a la formación británica para regocijo de sus fans. Desde entonces, Judas Priest anuncia periódicamente su separación definitiva que nunca se llega a materializar pero que les lleva a protagonizar lucrativas giras de despedida.

Igual de traumática para los seguidores de Iron Maiden fue la marcha de Bruce Dickinson, que en 1993 decidió iniciar una carrera en solitario. Su lugar lo ocupó Blaze Bailey, un desconocido vocalista que logró poco respaldo entre los aficionados al grupo británico. Tras un par de discos que se encuentran entre lo más flojo de su discografía, Dickinson regresó a principios de 1999.

La etapa de Blaze Bailey como cantante de Iron Maiden fue efímera y poco brillante

La etapa de Blaze Bailey como cantante de Iron Maiden fue efímera y poco brillante La etapa de Blaze Bailey como cantante de Iron Maiden fue efímera y poco brillante

Desde entonces, el grupo ha mantenido sus multitudinarias giras mundiales -a bordo de su avión, que pilota el propio Dickinson- e incluso el cantante ha superado un cáncer de lengua que le fue detectado en 2015.

El relevo de cantante en el mundo del hard-rock y el heavy metal está a la orden del día y a él han sobrevivido formaciones como Van Halen (David Lee Roth por Sammy Haggar), Deep Purple (Ian Gillan por David Coverdale) o los padres del género, Black Sabatth (Ozzy Osbourne por Ronnie James Dio), por citar solo algunos ejemplos.

Los Secretos sobreviven a Enrique Urquijo

En España uno de los casos más conocidos es el de la continuidad de Los Secretos tras la muerte de Enrique Urquijo en 1999. Aunque todo indicaba que la banda madrileña no podría continuar sin su cantante y principal compositor, su hermano Álvaro Urquijo y el resto de los músicos decidieron proseguir con su carrera y desde entonces han grabado varios discos de estudio y giran de forma continuada por todo el país

Ramón Arroyo, Álvaro Urquijo y Jesús Redondo decidieron continuar como Los Secretos tras la muerte de Enrique Urquijo.

Ramón Arroyo, Álvaro Urquijo y Jesús Redondo decidieron continuar como Los Secretos tras la muerte de Enrique Urquijo. EFE/ KOTE RODRIGO

Otros grupos españoles que sobrevivieron -con o mayor o menor fortuna- a las salidas de sus cantantes fueron La Oreja de Van Gogh, Celtas Cortos, Olé Olé o Mago de Oz.

Los que pararon a tiempo

También ha habido casos en los que la muerte de su vocalista ha puesto fin a la carrera de varios grupos, incapaces de proseguir sin su miembro más carismático. Los más recientes han sido los ejemplos de Eagles, que hace unos meses perdieron a Glenn Frey; o Motörhead, inviables sin el fallecimiento de Ian 'Lemmy' Killmister. También se disgregaron Nirvana tras el suicidio de Kurt Cobain o Joy Division, que se convirtieron en New Order después de que su cantante, Ian Curtis, decidiera quitarse la vida.

Joy Division dejó de existir tras el suicidio de su vocalista, Ian Curtis

Joy Division dejó de existir tras el suicidio de su vocalista, Ian Curtis, segundo por la izquierda. EFE/PENNIE SMITH

Sea cual sea la decisión de una banda, seguir o marcharse a casa ante la pérdida de su miembro más popular, quizá lo más cabal sea simplemente respetarla y dejar que los fans que lo deseen puedan disfrutar de lo que aún puedan aportar en directo estos clásicos. O, si se teme que la leyenda pueda verse arrastrada por el suelo, mirar hacia otro lado y seguir anclado en la etapa más clásica de una banda.