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Agustí Villaronga: "Si Cuba fuera un género sería tragicomedia"

  • El cineasta presenta en San Sebastián El rey de la Habana, película participada por TVE
  • Un fresco de la isla en los años 90 basado en la novela de Pedro Juan Gutiérrez

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Agusti Villaronga en la presentación de 'El rey de La Habana'.
Agusti Villaronga en la presentación de 'El rey de La Habana'.

Agustí Villaronga vuelve al cine y a San Sebastián, donde en 2010 inició el periplo de su mayor éxito: Pa negre. Ahora presenta El rey de La Habana, adaptación de la novela de Pedro Juan Gutiérrez, que recorre de la mano de un pobre y sensual pícaro los difíciles años 90 en la isla. La película, que cuenta con la participación de TVE, compite por la Concha de Oro.

El director catalán defiende que El rey de La Habana es su película con más toques de comedia y menos de autor, aunque no deja de ser un mural durísimo de la miseria cubana. “Es un fresco de muchos personajes y situaciones. Es mostrar una época y mirarla con los ojos de Pedro Juan principalmente: todas las tramas y diálogos están en la novela”, dice el director en una entrevista para RTVE.es.

El rey de La Habana son las andanzas de Reinaldo, un adolescente escapado de un correccional que sobrevive en los bajos fondos trapicheando lo que puede. Coronado como ‘rey’ por el tamaño de su pene, es acogido por una prostituta con quien estable una relación machista, tierna e imposible.

“Es un personaje machista, desgraciado y muy sexual. La película está contenida, porque el libro no tiene muchos tapujos. Supongo que es porque no tienen nuestro sentido el pecado. No hay mucha sensiblería en la película, todo es muy a lo bruto”.

La relación del cineasta con la isla arranca a comienzo de los años 90, cuando ejerció de profesor en la escuela de cine de San Antonio de los Baños. “No tuve una impresión muy agradable. Fue justo en la época del llamado ‘período especial’, cuando existían las diplotiendas de dólares. La gente no podía comprar y te daban el dinero para que compraras por ellos. Y no podían tener relación con los extranjeros”.

Villaronaga no pudo rodar la película en Cuba. “Pedro Juan no es una persona muy querida por el régimen. Puede entrar y salir, pero algunos de sus libros están prohibidos. Se puede poner imaginación e imaginarse lo que ocurrió: después de estar cinco o seis meses ahí, a través de una productora independiente, se descolgaron diciendo que este tipo de productoras eran alegales. Les pedimos hacer la película a través del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y nos dijeron que estaban muy ocupados”, relata Villaronga. Resultado: la película se rodó en le República Dominicana.

El escritor Virgilio Piñera dijo que si Kafka hubiera sido cubano sería un escritor costumbrista. El rey de La Habana tiene algo de novela picaresca, de melodrama tropical con triángulo amoroso incluido, y de novela tremendista por el desolador determinismo que parece colgar del mísero protagonista. Cuba, como el huracán que barre a los personajes en la película, parece que se lleva las convenciones narrativas por delante y es un género en sí misma.

Si Cuba fuera un género, sería tragicomedia”, opina Villaronga. “El cubano en sí es trágico, pero de una manera muy intensa. Y luego tiene una habilidad para tomarse a risa las dificultades. Lo que pasa es que tenemos la visión del lado de Miramar, de gente con más acceso a la cultura. Pero la mirada a esos barrios marginales no se ha hecho tanto. Y eso puede sorprender”.